viernes, 30 de agosto de 2019

Un Ayto. de los años 50....Oviedo.

El Ayuntamiento paraliza la tramitación del plan de Movilidad para «revisarlo»

El documento pretendía convertir La Escandalera en un intercambiador del transporte público. / M. ROJAS
El documento pretendía convertir La Escandalera en un intercambiador del transporte público. / M. ROJAS

Pide a la empresa encargada de redactar la evaluación ambiental del documento que renuncie al contrato

GONZALO DÍAZ-RUBÍNOVIEDO.
La concejalía de Infraestructuras ha decidido paralizar la revisión del plan de Movilidad, encargado a la consultora Vectio en septiembre de 2017 y al que la entrada en vigor de la Ley de Transportes y Movilidad Sostenible, obligó a añadirle un informe de evaluación ambiental que no estaba previsto en el contrato inicial. La exigencia paralizó los trámites del plan e impidió su aprobación inicial. El anterior equipo de gobierno optó por contratar a otra empresa, Curuxona S.L., el documento ambiental para completar la tramitación. Hasta ayer. El concejal de Infraestructuras, Nacho Cuesta (Ciudadanos), firmó ayer una resolución en la que pide a esta empresa que abandone los trabajos, «dado que no han sido iniciados» y propone resolver el contrato.
Las razones las deja claras el primer teniente de alcalde: el documento de evaluación ambiental, «está íntimamente relacionado con el plan de Movilidad y este debe ser revisado por la nueva Corporación surgida de las elecciones del pasado mes de mayo».
El escrito confirma la opinión de Cuesta sobre el plan de Movilidad Urbana: «Es del anterior gobierno y lo tenemos que valorar para ver si es asumible o en parte», afirmó a mediados de julio, en una rueda de prensa en la a la vez que anunció la paralización de la ampliación de la red de transporte público prevista y de la gratuidad del transporte para los menores de 13 años.
Sin documento ambiental, el trabajo de Vectio no puede ser aprobado de forma inicial ni sometido a información pública. La propuesta apostaba por reducir el uso del vehículo privado en el centro de Oviedo, para lo que postulaba prohibir el estacionamiento en superficie en todo el centro de la ciudad antes de ocho años. Lo hacía definiendo una zona de bajas emisiones en el área comprendida entre la avenida de Santander y las calles Asturias, Santa Susana, Federico García Lorca (Calvo Sotelo), la plaza de Castilla, Muñoz Degraín, Padre Suárez, San Pedro Mestallón, la Ronda Sur, Campo de los Patos y General Elorza. En todo ese perímetros se prohibiría el estacionamiento en superficie, pero también la circulación privada contaminante que no tenga como destino un aparcamiento subterráneo o un garaje privado.
Todo el área quedaría reservada para el transporte público, los servicio de carga y descarga en sus horarios autorizados y los residentes, con prioridad absoluta para peatones y las bicicletas. Es el signo de los tiempos. El Gobierno, empujado por la UE, quiere que todos los municipios de más de 50.000 habitantes tengan zonas restringidas al tráfico y de bajas emisiones contaminantes antes de 2023. Madrid, que con el cambio de gobierno se apresuró a quitar la suya, tuvo que dar marcha atrás a la carrera para evitar una nube de sanciones desde la UE. Oviedo tiene aún margen, pero la tramitación de un nuevo plan o una reforma de la propuesta elaborada por Vectio el pasado mandato conllevará meses de reuniones con vecinos, transportistas, taxistas, empresas de alquiler de coches o de movilidad compartida o concesionarias de servicios municipales. Meses de reuniones de trabajo, documentos, alegaciones y propuestas que hacen imposible o casi tramitar el documento en menos de dos años.

Revisión

Sea cual sea el camino a seguir a partir de ahora, Oviedo tendrá una zona de bajas emisiones en 2022 o tendrá que afrontar sanciones a partir de ese año. La UE ha aprobado una serie de directrices para luchar contra los efectos de la contaminación del aire y el cambio climático, que chocan frontalmente con las ideas del alcalde, Alfredo Canteli. El primer edil ha señalado en repetidas ocasiones que hay que facilitar la entrada de visitantes hasta el centro de la ciudad para favorecer la actividad comercial, apoyando, por ejemplo, la continuidad del estacionamiento de La Escandalera. Choca también con la oposición del regidor al plan para el bulevar de Santullano, para el que propone mantener los cuatro carriles y hacer un semisoterramiento.
El plan de Movilidad ahora paralizado preveía justo lo contrario: crear una red de estacionamientos públicos y privados en los límites de la zona restringida y trasladar a esos barrios todas las plazas de estacionamiento regulado, zona azul. De hecho su diseño, en parte, parece responder a la existencia de oferta de estacionamiento subterráneo suficiente en los bordes de la misma e incluye la propuesta de crear otra serie de estacionamientos junto a los principales accesos a Oviedo para los «foráneos».
La apuesta del documento es unir estos estacionamientos con el centro y otros nodos de atracción mediante transporte público con una frecuencia de entre cinco y diez minutos que se considera suficiente para ser atractiva como alternativa, pero también crear itinerarios peatonales o ciclistas que, una vez eliminado el tráfico contaminante privado de todo el centro, hagan aún más fácil moverse a pie o en bicicleta por la ciudad.
De hecho, el documento contempla reurbanizar las calles del «ámbito 1», de este área central sin coches. Los sentidos de circulación de estas calles se mantendrán para evitar mayor desconcierto, pero en todos los casos se reducirán a un único carril por sentido; del aparcamiento, solo quedarán las plazas dedicadas a personas con movilidad reducida y nuevas zonas de carga para vehículos eléctricos, y el espacio para los peatones y para el tráfico estará a la misma altura.

Una tramitación con escollos

El documento de Vectio llegó a estar casi listo para su aprobación inicial antes de tropezar con la nueva norma autonómica, pero antes también generó choques internos. El documento se tramitaba bajo el impulso de la concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente, que dirigía entonces Ignacio del Páramo (Somos Oviedo), mientras que de revisar el mapa del servicio de Transporte Urbana, se encargaba Servicios Básicos, Ana Rivas (PSOE) El plan, lógicamente, pisaba competencias de Rivas -la zona azul, por ejemplo, y falló la coordinación entre los dos socios principales del gobierno tripartito. El plan quedó sobre la mesa de la junta de gobierno el suficiente tiempo como para que le pillase la nueva normativa regional y fuese necesario encargar la evaluación ambiental. Según los estudios, el coche en Oviedo se usa para hacer apenas dos kilómetros, con un solo ocupante y más de la mitad de los desplazamientos son internos. ¿Te gusta caminar?

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