OVIEDO
La alarma sonó por última vez la semana pasada, cuando los niveles de benceno volvieron a dispararse en Trubia. Un repunte que se dio también en Oviedo, en el barrio de Ventanielles, y que se produce de forma regular en un concejo que tiene varios frentes abiertos en materia de contaminación.
A pesar de que las fábricas no tienen una presencia demasiado elevada, entre las industrias en las que Oviedo se sitúa en cabeza están las extractivas. «Están invadiendo el monte Naranco», indica Fructuoso Pontigo, miembro de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies. Señala que las que ya se han agotado están pendientes de restauración y que el resto tienen un impacto muy negativo en la naturaleza. «Es una zona de tanto valor natural, histórico y paisajísitico y se lo están cargando», añade.
Un coste que también sufren los residentes de las zonas en las que se instalan debido al polvo y al ruido. Un problema que podría agravarse en el valle de Las Caldas si saliese adelante el proyecto para abrir en Priorio una planta de asfalto y otra de hormigón. «Es un disparate, los vecinos quedarán aún más perjudicados de lo que ya están», lamentan desde la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
Aire contaminado
Desde la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies apuntan a varias líneas de mejora para proteger el medio ambiente y la salud de los vecinos. Una de ellas es la calidad de lo que se respira en Oviedo. Durante los últimos años se han repetido episodios de partículas en el aire que obligaron a realizar limitaciones de tráfico y recurrir a otras medidas como los baldeos en la capital.
Trubia es uno de los polos industriales del concejo y «el punto con mayor contaminación por benceno de España». Se trata de un compuesto orgánico potencialmente carcinogénico y que se detecta con mayor frecuencia desde que los ecologistas lograron que hace tres años se cambiase de ubicación la estación que mide este tipo de parámetros. Se encontraba alejada de las principales fábricas.
«Cada vez que hay picos en Trubia se detectan también subidas en Ventanielles, que está a catorce kilómetros. Esto significa que la contaminación que se genera allí afecta a todo el concejo y da una idea de lo que han estado sufriendo los vecinos gracias a la complicidad del Gobierno Asturiano y el Ayuntamiento de Oviedo», denuncia Fructuoso Pontigo. «Es un problema gravísimo en vías de solucionarse», añade para celebrar que la nueva ubicación de las mediciones ha provocado la reacción de las empresas de la zona.
Tráfico y carriles bici
Otro de los problemas relacionados con la contaminación se deriva del tráfico y los atascos. Como ciudad de servicios y educativa, Oviedo recibe «mucha gente que estudia o trabaja en la localidad pero que no vive allí». Esto, combinado con un transporte público que «cada vez va a peor», provoca un elevado número de desplazamientos. Desde la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ponen como ejemplo el HUCA, que «no tiene bus directo ni tren y, sin embargo, es la única referencia para muchos enfermos».
Todo ello, consideran, se agrava por la inexistencia de carriles bici. Una receta contra la movilidad que, tal y como apunta Fructuoso Pontigo, ayudaría también a facilitar los desplazamientos dentro de la ciudad.
Agua y electricidad
Otras cuestiones que perjudican al medio ambiente y la salud son los vertidos de aguas residuales que en algunos puntos del concejo se siguen haciendo al Nora o al Nalón. Un problema que se da en diversas localidades de la zona rural y también barrios como La Corredoria, donde la mala planificación se paga cara. «Se hicieron muchas viviendas pero no se adecuaron los colectores», denuncia Fructuoso Pontigo, que apunta al soterramiento y desvío de líneas de alta tensión como otras cuestiones importantes para resolver los problemas de contaminación del concejo.
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