En los últimos años, las políticas neoliberales han elegido recortes y mejoras impositivas, junto con la reducción de las políticas de gasto y la privatización, lo que ha llevado a una mayor desigualdad social y pobreza.
En las últimas décadas, estas políticas neoliberales implementadas indiscriminadamente por los gobiernos del PP y el PSOE en España, han concentrado la riqueza entre las élites económicas y financieras, han empeorado los ingresos laborales y han beneficiado los ingresos de capital.
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Por ello, es necesario cambiar el paradigma económico para que los que más tienen, los que se han visto beneficiados por estas decisiones del bipartidismo, sean ahora los que más aporten a las arcas públicas para lograr una redistribución de las ganancias.
Sin mayor contribución fiscal de las clases más altas, la redistribución se realiza entre clases, dentro de la propia clase trabajadora, quitando renta a los trabajadores con empleos más dignos, para dárselo a los trabajadores con empleos más precarios o en desempleo.
Estas tres propuestas, tanto aplicables en España como en los diferentes países de la Unión Europea, ayudarían a lograr un justo reparto:
  • Subir el impuesto a las grandes fortunas, también conocido como el impuesto al patrimonio personal o a la riqueza. En España, Unidas Podemos propone un impuesto a la grandes fortunas individuales, bajo el nombre de «tasa de reconstrucción», en Suiza miembros de partidos con escasa representación promueven un «Impuesto de Solidaridad de Coronavirus» para gravar la fortuna de los más ricos y en Reino Unido algunos parlamentarios de oposición están valorando la propuesta.
  • Subir el impuesto a la propiedad de las personas. En Alemania, miembros del SPD propusieron un impuesto extraordinario a la propiedad para recaudar fondos frente a la pandemia. Emilio Pineda, jefe de la División de Gestión Fiscal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es partidario de subir el impuesto a la renta de las personas, pero al mismo tiempo, aumentar la eficiencia del gasto público.
  • Subir el impuesto a la renta personal. El impuesto a la renta personal grava los ingresos de las personas, es decir, las ganancias generadas por su capital, habitualmente invertido en acciones, y otros ingresos que pueden provenir, por ejemplo, de salarios. En Guatemala parlamentarios de oposición propusieron aumentar este gravamen y en Italia promueven la idea de crear un impuesto excepcional, llamado «Tasa Covid» de carácter progresivo durante 2020 y 2021, para aumentar el gravamen sobre las ganancias anuales de las personas.
Santiago Díaz de Sarralde, director de Estudios Tributarios del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) señala: «La combinación de medidas y el reparto solidario del coste de la crisis será imprescindible».»Qué tipo de combinación de impuestos y cómo hacer un reparto solidario del coste de la crisis, tendrá que interpretarlo cada país, porque además hay que preservar la recuperación».
Sebastián Nieto de la OCDE indica que: «Hay una oportunidad para generar consenso sobre una de las principales reformas pendientes, que es reforzar la protección social y la inclusión gracias a mejoras en el campo fiscal». «Estamos en un momento de bajos niveles de confianza y satisfacción ciudadana, y los gobiernos deben aprovechar este impulso de solidaridad para pasar reformas fiscales y repensar el pacto social».
Los no partidarios de este tipo de medidas consideran que una alza tributaria haría más difícil la recuperación económica y dañaría la inversión y creación de empleos. Además se provocaría una fuga de capitales a países donde se paguen menos impuestos.