domingo, 23 de agosto de 2020

Estrellas tocadas....

 

El Prerrománico, «un paciente con patologías»

Una joven pasea por delante de la iglesia prerrománica de San Julián de los Prados, pendiente de tres actuaciones. / MARIO ROJAS
Una joven pasea por delante de la iglesia prerrománica de San Julián de los Prados, pendiente de tres actuaciones. / MARIO ROJAS

Las humedades provocan los principales problemas de conservación de San Julián de los Prados, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo

ROSALÍA AGUDÍNOVIEDO.

El Prerrománico atrae cada año a miles de turistas y cuenta de ello son las colas de estos días en el Naranco para visitarlo. Los monumentos son únicos, pero necesitan mimos. Cuidados especiales porque su origen data del siglo IX.

Las humedades son el principal quebradero de cabeza: las sufren San Julián de los Prados, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, siendo el primero el que necesita una restauración de mayor profundidad. Aguarda por tres obras, según enumera su párroco, Jesús Rodríguez. Actuaciones que la restauradora Natalia Díaz Ordóñez opina que se deben ejecutar por «fases». Si se hacen de forma conjunta, la iglesia estaría varios años cerrada porque cada «pared es un mundo». Es como un «paciente con muchas patologías», compara, que necesita un comité de expertos para mejorar su estado. Añade que la restauración será «costosa» y urge una solución a la contaminación que sufre por la cercanía de la entrada de la antigua autopista 'Y', por la que pasan cada día miles de coches.

Las mejoras previstas por el cura, retrasadas por culpa de la pandemia, empezarán por resolver los problemas de humedades que «están afectando a las pinturas interiores». El primer paso será «recubrir la piedra exterior», actuando después sobre los lienzos y mejorando la iluminación. «No sé cuál de estos dos últimos trabajos se hará primero, pero lo prioritario son las filtraciones de agua. Si no se actúa sobre ellas, lo que se haga en el interior no vale para nada», advierte.

Consciente de estos problemas es el presidente del Principado, Adrián Barbón. Este lunes visitó San Miguel de Lillo y el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico de Oviedo y allí recordó que «hay inversiones previstas» para este templo, pero no concretó fechas. «Tenemos que invertir más, eso es evidente, pero también tienen que hacerlo otras administraciones. La local, por supuesto, y la estatal, que aquí ha financiado obras importantes», animó, pero también «la propia Iglesia». «Todos tenemos que intentar arrimar aún más para dar mayor protagonismo al Prerrománico», dijo en tono colaborador.

Hasta San Miguel de Lillo, cuyas obras de restauración de sus pinturas murales finalizaron en mayo, necesita mejoras. «La cubierta se encuentra en mal estado. Hay problemas de estanqueidad, pero se empeñaron en hacer primero lo otro. Evitar las filtraciones de agua son medidas poco populares y se suelen posponer hasta la siguiente legislatura», afea el restaurador Chus Puras.

El Principado, en boca de la consejera de Cultura, Berta Piñán, destinará 50.000 euros para solucionar parte del problema aumentando el vuelo del alero norte y mejorar así la canalización de aguas de lluvia.

Reciente también es la restauración acometida en Santa María del Naranco, que tiene pendientes otras mejoras desde 2017, y donde Puras predice que las obras de mejora de las humedades que sufre «no son de grandes dimensiones». «Puntualmente alguna zona necesita una intervención y, por ejemplo, hay problemas de humedad por los parámetros», especifica.

De Foncalada a Bendones

La fuente de la calle Foncalada es otro de los monumentos prerrománicos de Oviedo. Única por su conservación en Asturias, se sitúa en un entorno «hostil», rodeada de edificios con viviendas. Tiene un «estado aparente que no es del todo malo aunque es mejorable». Precisamente el estar tan rodeada es uno de los problemas de la museización al aire libre. «Hay partes que están sueltas y los niños juegan con las piedras. Además, se han perdido algunas de las inscripciones», según relata el divulgador Francisco Borges, quien añade que poco a poco esta joya se va «deteriorando» sin que nadie por el momento le ponga remedio.

Otro de los monumentos prerrománicos que tiene el concejo es la iglesia de Santa María de Bendones, conocida como la hermana pequeña de San Julián de los Prados. El abandono por parte de las administraciones hace que esta misma primavera los vecinos hayan segado sus alrededores para uso y disfrute de los turistas.

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