domingo, 16 de agosto de 2020

Manualillos costumbristas....( La Hosteleria en almoneda )

 

Rafael Cofiño: «Habrá que convivir con el virus otros dos años; tendremos que cambiar»

Rafael Cofiño, director general de Salud Pública, en un parque en el barrio gijonés de Laviada. / DAMIÁN ARIENZA
Rafael Cofiño, director general de Salud Pública, en un parque en el barrio gijonés de Laviada. / DAMIÁN ARIENZA

«La preocupación de la hostelería es legítima. Claro que podemos ir a los bares, pero los bares tendrán que convertirse en espacios seguros»

LAURA FONSECAGIJÓN.
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Huye del lenguaje bélico que asegura ha impregnado el relato de la pandemia por el coronavirus. Evita hablar de trincheras cuando se refiere al sistema sanitario y a sus profesionales, y de blindaje al mencionar las actuaciones llevadas a cabo en las residencias de ancianos. Rafael Cofiño Fernández (Gijón, 1969), director general de Salud Pública, prefiere poner el acento en lo comunitario y en lo social y está convencido de que la respuesta a la pandemia «deberá ser generosa con los más desfavorecidos». Médico de familia, formador de una potente cantera de salud comunitaria y, también, escritor ha sido uno de los artífices de los buenos resultados de la COVID en Asturias. Dice que con los virus no hay que ser triunfalista «ya que nunca se sabe cómo se comportarán» y en su blog se presenta ante sus colegas como una persona «con miedo a las alturas, y miedo en general. Padre de Martín y Lucía, al que en 1989 le regalaron dos peces de colores. Miope e hipertenso leve».

-¿En qué situación estamos?

 

-En Asturias seguimos manteniendo una incidencia contenida donde la mayoría de casos son importados, es decir, de gente que vino o que había estado fuera. Igualmente, éramos conscientes de que cuando aumentara la movilidad íbamos a tener contagios. Lo que hay que hacer ahora es que no vayan a más.

-¿Y eso cómo se hace?

-Intentando que los brotes no se expandan y en eso es fundamental la labor del equipo de rastreadores que se encarga de localizar a los contactos estrechos de los contagiados. Lo que hacemos en cada brote, sobre todo cuando se ven implicados clientes de locales hosteleros y trabajadores, es establecer un círculo de seguridad alrededor y así vemos cuánto virus hay circulando.

-¿Y cuánto virus hay?

-La mayoría de los brotes están afectando a contactos estrechos, y eso nos indica que no hay transmisión comunitaria.

-Se habla mucho de la transmisión comunitaria, ¿qué es exactamente?

-Es cuando el virus ya circula de forma más intensa y hay casos que se escapan a los brotes. Por eso es importante el tema del rastreo y la vigilancia de contactos. En estas últimas semanas hemos aumentado gradualmente el equipo y pasamos de 40 a disponer de 96 profesionales.

-Con una quincena de brotes declarados y casi 400 contagios desde que se levantó el estado de alarma, ¿qué horizonte barajan para las próximas semanas?

-Creemos que a mediados de agosto habrá un descenso de visitantes y bajará la densidad de población. Es ahí cuando se prevé que caiga el nivel de contagios, aunque hay que tener en cuenta que la incubación del virus es de 14 días por lo tanto habrá que esperar ese tiempo. Será iniciado septiembre cuando tendremos una foto fija de la situación epidemiológica y podremos hacer previsiones para el otoño.

-¿Estamos ante días críticos?

-Si, claramente. Desde la Consejería de Salud siempre mantenemos la tensión porque si algo nos ha demostrado el coronavirus es que no te puedes relajar.

-En los últimos días hemos tenido 32 contagios diarios, una cifra superior a la que se llegó a registrar al inicio de la pandemia. ¿Preocupa ese dato?

-Preocupados estamos siempre, con un caso, sin ninguno o con treinta, pero hay que tener en cuenta de que las cifras de Asturias muestran una incidencia no demasiada alta. No obstante, la situación actual dista mucho de la que teníamos al principio de la pandemia, ya que la mayoría de los contagios son de personas asintomáticas y con cuadros leves. Hay que verlo como un iceberg: a principios de marzo solo veíamos la punta y ahora estamos viendo la parte de abajo.

Nuevas restricciones

-Si la mayoría son casos asintomáticos y cuadros leves, ¿porqué tanta alarma?

-Es que en unos pocos días, el coronavirus puede dejar a todo un territorio en una situación epidemiológica delicada, por eso hay que extremar la precaución.

-¿Por eso cierran bares de copas y discotecas y se prohíbe fumar al aire libre en todo el país?

-En gran medida, sí. En una situación epidemiológica como la actual es fundamental una actuación conjunta de las autonomías.

-Decía que en septiembre sabremos cuál es la situación real del coronavirus en Asturias. Para entonces, el curso escolar tendría que haber empezado. ¿Habrá o no vuelta al cole?

-Aunque hay un plan de contingencia que la Consejería de Educación ha elaborado y trasladado a los centros educativos, a finales de agosto tendremos que actualizarlo en función de la incidencia que haya del virus. Para nosotros el tema de la vuelta al cole es prioritario y confiamos en que se pueda retomar aunque haya que hacerlo con más medidas de seguridad. Hay que pensar que el virus estará entre nosotros unos dos años y habrá que adaptarse en todos los ámbitos.

-¿Cómo es que se pudo volver a los bares y no a los colegios?

-Eso sería mejor que lo respondieran desde el ámbito educativo, pero hay que pensar en la situación que teníamos a finales de marzo. La vuelta al cole no solo es una decisión sanitaria y política sino que debe ir de la mano de la comunidad educativa. En aquel momento nos pareció la decisión correcta para evitar más contagios pero ahora el escenario es diferente ya que disponemos de medidas de seguridad para poder volver a la escuela.

-La mayor parte de los casos en Asturias tras el estado de alarma es de gente que vino de fuera o que estuvo fuera, ¿fue un error abrir la comunidad?

-Es una decisión compleja porque en algún momento hay que intentar recuperar cierta normalidad o, al menos, intentarlo. El riesgo cero no existe y como decía antes, el horizonte que tenemos delante es que deberemos convivir con el virus otros dos años y no podemos estar siempre confinados. Lo que hay que hacer es moverse en entornos seguros, tanto en colegios, como en la hostelería, en la calle...

-¿Que hemos aprendido?

-El coronavirus nos llevó a todos a una situación de estrés. En lo que nos atañe, en Sanidad, creo que quedó demostrado que el sistema sanitario asturiano es un buen sistema, aunque posiblemente hay que mejorar en lo relacionado con lo social. El virus nos forzó a cambiar formas de trabajo y nos llevó a fórmulas más colaborativas. Eso es bueno.

Gripe y vacunación

-¿El coronavirus afecta a todos por igual o golpea más duro a los más desfavorecidos?

-Los efectos, sobre todo sociales y económicos, son más devastadores en población más vulnerable. Por lo tanto, la respuesta a la COVID va a tener que ser sanitaria pero también social.

-¿Cuánto tiempo tendremos que convivir con la COVID hasta que llegue la vacuna?

-Hay diferentes horizontes, porque una cosa es que encontremos una vacuna y otra muy diferente es que la tengamos puesta en la población. Cierto es que España ha entrado en la alianza para la compra y distribución de la vacuna, pero creo que así y todo tenemos por delante al menos dos años de convivir con el virus.

-O sea que este invierno habrá COVID y gripe, ¿qué prevén?

-Es una incógnita, no podemos vaticinar nada ya que el escenario de convivencia entre el virus de la gripe y la COVID es inédito. Creemos que el lavado de manos, el uso de mascarilla y la distancia social harán que los procesos infecciosos bajen.

-En Argentina, donde llevan en cuarentena desde finales de marzo, la incidencia de la gripe cayó un 60%. ¿Es un buen indicador para lo que podría suceder este invierno en Europa?

-Es un dato positivo. Estimamos que la gripe podría verse reducida por las medidas preventivas impuestas y también porque pretendemos vacunar al 75% de los mayores de 65 años.

-¿Barajan confinamientos?

-Barajar, barajamos todos los escenarios. Cada mañana me levanto pensando en todo lo que puede pasar, pero mi sensación es que de ir a algún confinamiento sería parcial.

-Piden que aplacemos actividades innecesarias. ¿Por ejemplo?

-Por ir a algo práctico, no es lo mismo cenar con tu grupo de amigos o con las personas con las que convivas que reunirte con veinte colegas. Lo que hay que hacer es minimizar el riesgo y relacionarse con grupos pequeños.

-¿Cuñados fuera?

-(Risas). Cada uno sabrá.

-Volvamos a temas serios, ¿la prohibición de fumar al aire libre ha venido para quedarse?

-Ojalá. Hay algunas medidas que confió en que se queden. No solo evitar fumar en terrazas sino también no ir a trabajar cuando tienes síntomas de enfermedad respiratoria.

-Las últimas medidas sobre el cierre de bares de copas y discotecas, y la obligatoriedad de cerrar restaurantes a la una de la madrugada ha puesto al sector en pie de guerra. ¿Se atreve a ir a una terraza estos días?

-Sí, sí, ¿por qué, no? Reconozco que la preocupación del sector de la hostelería es legítima, pero hay que asumir que ciertas actividades tal y como la veníamos haciendo no se podrán mantener o habrá que revisar. Claro que se puede ir a los bares, pero los bares tendrán que convertirse en espacios seguros.

-Los familiares de residentes en geriátricos tampoco están contentos y empiezan a criticar tanta medida de confinamiento.

-La situación epidemiológica de marzo y abril nos obligó a tomar medidas estrictas ya que los mayores son el grupo más vulnerable. Lo que tenemos que buscar ahora son fórmulas para generar espacios promotores de salud incluso mientras dure la pandemia.

-Los que también están cabreados son los jóvenes; dicen que les culpabilizamos de los contagios. ¿Está de acuerdo?

-A mí me gusta dar mensajes en positivo. Señalar con el dedo no sirve de nada y hay que reconocer que hay jóvenes, grupos e instituciones juveniles que lo están haciendo muy bien.

-Los centros de salud, ¿cuándo tendrán más actividad presencial?

-La labor hospitalaria ha sido magnífica y de un grandísimo esfuerzo, pero la Atención Primaria es la que ha llevado el peso de la atención COVID en Asturias. El aumento de la actividad presencial en los centros de salud irá en relación a la situación epidemiológica. De cara al otoño es crucial mantener el triaje y el circuito de enfermos respiratorios.

-Antes hablaba de conductas de riesgo, ¿una reunión familiar es ahora mismo un peligro?

-Puede ser de riesgo, sí.

-Es verano y vienen amigos y familiares de fuera, ¿cuál es su consejo, no verles?

-Los encuentros con personas no convivientes tienen que ser siempre con distancia social y mascarilla, y cuanto más reducido sea el grupo, mejor. Ahora, si hay personas vulnerables, como puede ser la gente mayor, es mejor aplazar el encuentro.

-A este paso, la cena de Nochebuena ¿será con mascarilla?

-... Con mascarilla y, sobre todo, manteniendo mucho cuidado con los mayores y evitando grandes encuentros familiares. Van a ser unas fiestas navideñas complicadas porque, además, coincidirá con la temporada gripal.

-Vive en Gijón, ¿qué le parece la peatonalización del Muro?

-Uf, no iba por el paseo del Muro desde que empezó la pandemia (risas). Fui el otro día, y al margen del diseño que puede gustar a no, lo que tenemos que aprender de la COVID es que debemos desarrollar ciudades diferentes en movilidad, economía y sostenibilidad. Un elemento clave es la generación de espacios peatonales, con o sin COVID.

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