viernes, 16 de marzo de 2018

Caramelos en forma de tipos de Ints.

El volumen de deuda en circulación continúa creciendo en términos absolutos: 979.211 millones de euros solo del Estado y hasta febrero. Pero el pago de intereses, lejos de crecer, continúa disminuyendo. En concreto, el sector público se habría ahorrado el año pasado más de 825 millones de euros en el servicio de la deuda. O lo que es lo mismo, pese a que la deuda continúa aumentado —en coherencia con un déficit que en 2017 habrá cerrado en el 3,1% del PIB—, los gastos financieros caerán, hasta situarse en unos 30.600 millones, la cifra más baja desde el año 2011, cuando el conjunto del sector público acumulaba una deuda muy inferior.
Ese año, el endeudamiento total de las administraciones públicas ascendió a 744.323 millones y hoy (tercer trimestre de 2017) ha escalado hasta los 1,13 billones. Es decir, con casi 400.000 millones más de deuda pública, se pagan menos intereses.
La causa, lógicamente, tiene que ver con el desplome de la rentabilidad de la deuda pública. Una tendencia que, lejos de amainar, continúa. Los últimos datos del Tesoro muestran que el coste medio anual de la deuda del Estado se ha hundido hasta el 2,51%, muy lejos del 4% que se pagaba al comienzo de la crisis. Y a años luz de niveles superiores el 5,3% que se registraban en 2002, al comienzo de la unión monetaria.
  Fuente: Tesoro Público.
Fuente: Tesoro Público.
En relación al producto interior bruto (PIB), eso significa que el año 2017 —los datos definitivos se conocerán el próximo 27— se habrá cerrado con un endeudamiento que equivale al 2,6% del PIB, y un nivel similar se espera para este año 2018. El plan presupuestario del Gobierno, incluso, prevé que tanto el año próximo como en 2020 seguirá bajando el coste del servicio de la deuda, hasta el 2,5%, pese a la existencia de déficits públicos que necesitarán financiación.
Los costes financieros alcanzaron su máximo nivel en términos relativos en 2013, cuando llegaron a representar el 3,5% del PIB. La política de compra de deuda por parte del BCE dio al traste con esa tendencia y desde entonces todo han sido buenas noticias para el Tesoro, que sigue disfrutando, incluso, de tipos negativos en las emisiones de corto plazo. La curva de tipos de interés se mueve entre el -0,54% (letras a tres meses) y el 2,69% (obligaciones a 30 años).
 Fuente. Bloomberg.
Fuente. Bloomberg.

La financiación está asegurada

El escenario de absoluta calma en los mercados de deuda no se ha visto afectado, siquiera, ni por la inestabilidad política en algunos países centrales (Alemania, Italia o Reino Unido). Y nada indica que se vaya a producir un cambio significativo. Como sostienen los analistas de Bankia Research, el Tesoro continúa cubriendo sus necesidades “a buen ritmo”. Y es previsible que lo haga también en abril, que será un mes “exigente” desde el punto de vista de los vencimientos (casi 25.000 millones). De hecho, en apenas un trimestre, el Tesoro tiene cubierto ya más del 40% de la emisión neta prevista para todo el año (unos 40.000 millones).
 Fuente: Tesoro Público.
Fuente: Tesoro Público.
Un estudio del Banco de España ha estimado que el ahorro para un país fuertemente endeudado como es España ha sido ingente. El Estado se habría ahorrado nada menos que un punto de PIB (en torno a 11.000 millones de euros) entre 2014 y 2016 por lo que el BCE denomina “política no convencional”.
En otros países, como Alemania y Francia, donde el impacto de estas medidas sobre los tipos soberanos ha sido más reducido, este ahorro se habría situado entre una y tres décimas del PIB. Es decir, que con el mismo contexto económico, unos países se benefician más que otros de los bajos tipos de interés, y España (junto a Italia) está a la cabeza debido a su elevado endeudamiento.
Es más, según los cálculos del Banco de España, el déficit público se habría reducido desde mediados de 2014 —debido a la política monetaria ultraexpansiva del BCE— en 0,9 puntos de PIB como resultado de los efectos directos sobre la carga de intereses, y en 0,9 puntos adicionales por el efecto macroeconómico inducido por aquellas. Es decir, 1,8 puntos del PIB en total, lo que explica en parte muy fundamental la reducción del déficit público.

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