lunes, 28 de octubre de 2019

Insensateces....

El Ayuntamiento de Oviedo pide rebajar la protección del Campo para su «reforma integral»

El Campo San Francisco, con La Escandalera en primer término. / M. R.
El Campo San Francisco, con La Escandalera en primer término. / M. R.

El gobierno de Alfredo Canteli pretende realizar una rehabilitación interior del jardín histórico, pero el concurso de ideas queda aparcado

A. ARCEOVIEDO.

El Campo de San Francisco fue declarado jardín histórico e incluido en el inventario de patrimonio cultural del Principado de Asturias el 16 de febrero de 2016, una petición que venía de largo. La medida estuvo ideada en un principio para proteger al pulmón verde de la ciudad de Oviedo de posibles desaguisados urbanísticos; sin embargo, no ha tardado en volverse contra el conjunto, donde las obras pendientes se acumulan y los desperfectos eclipsan a algunos de sus atractivos fundamentales. El alcalde del municipio, Alfredo Canteli, ya había manifestado que «tal es el grado de protección, que no podemos ni cambiar un bordillo. Hay que pedir agilidad en todos estos asuntos», había explicado, y fuentes municipales confirmaron ayer a este diario «la necesidad de rebajar esa categoría» para poder llevar a cabo la «reforma integral» del jardín urbano que pretende el actual equipo de gobierno.
La historia del Campo está unida a la historia de Oviedo. Su origen se encuentra ligado a la construcción en el siglo XIII de un monasterio franciscano, ya desaparecido, cuyos frailes equiparon con un huerto en el espacio que hoy ocupa el parque. Hoy cuenta con paseos y avenidas, estanque y conocidos monumentos como la estatua de Mafalda, la de José Tartiere o la recientemente desaparecida 'Naturalezas', del artista Benjamín Menéndez, retirada por los operarios municipales por el riesgo de caída del árbol que la completaba.

De hecho, el estado actual del «espacio emblemático» aún dista mucho del que imagina la Corporación. El kiosco de la Chucha, aunque ya ha sido pintado -y repintado- por los muchos grafitis que lo tapaban, permanece cerrado; las fuentes están apagadas; el mosaico del paseo de Los Álamos, obra de Antonio Suárez, se ha parcheado con pegotes de cemento; y hay señales que identifican las especies arbóreas que están rotos.
La reordenación el entorno del Campo fue uno de los planes estrellas del tripartito, pensado con el objetivo de evitar su condición de rotonda, de distribuidor del tráfico, que lo aísla de la trama urbana, y unirlo a las plazas de la Escandalera y de España, dando protagonismo al peatón y la bici. La intención del exconcejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, era que las obras comenzasen el año pasado. Ocho empresas se presentaron al concurso internacional de ideas para reordenar el Campo, pero no ha habido aún ganadora. El nuevo equipo de gobierno había anticipado que estudiaría este plan, pero de momento, desde el área de Urbanismo e Infraestructuras, la decisión de sus responsables, por el momento, ha sido dejarlo a un lado en favor de una rehabilitación del entorno hacia adentro, aún por definir.
El Campo aún deberá esperar, en la agenda del nuevo Ejectivo regional todavía no se ha abordado la solución que exige el Consistorio ni sus posibles implicaciones.

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