sábado, 5 de octubre de 2019

No se hizo la Miel.....

Los quesos asturianos, en el punto de mira de Trump

Las empresas agroalimentarias venden en Estados Unidos productos por valor de 1,4 millones, de los que más de 600.000  euros son quesos

Gamonéu y Cabrales
Gamonéu y Cabrales


Redacción
La globalización de la economía tiene importantes ventajas para el comercio mundial, pero también tiene sus riesgos. Una decisión de un pequeño país puede tener consecuencias impredecibles en la otra punta del planeta, pero si la que introduce cambios en las reglas de juego es la primera potencia del mundo, su impacto puede ser demoledor. En este escenario entra en juego el factor Trump, el hombre más poderoso del mundo, que acaba de anunciar nuevos aranceles para las empresas que decidan vender sus artículos en Estados Unidos. Afecta especialmente a los productos agroalimentarios, y en Asturias los más perjudicados son los lácteos, concretamente los quesos. 
Las amenazas de Trump todavía no se han traducido en medidas concretas. El presidente americano ha adelantado que los aranceles serán de entre el 10 y el 25% en función del artículo y el catálogo de afectados, pero no es definitivo el porcentaje que aplicará finalmente a cada uno. Eso sí, su idea es empezar a cobrar los nuevos gravámenes el próximo 18 de octubre. Durante los dos últimos años, el total de exportaciones asturianas a Estados Unidos se situó en 200 millones de media y el número de empresas del Principado que vendieron allí sus empresas fue de una media de 370, según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX). En lo que va de año, con datos hasta julio, ya van 170 millones exportados, resultado de las actividades de 288 compañías. De esas cifras, unos dos millones son del sector agroalimentario, de los que 1,4 millones son lácteos y 638.000 euros son en quesos. Por tanto, las consecuencias en la región serán limitadas, pero sí que tendrá repercusión en las pequeñas y medianas empresa en las que esas ventas suponán un porcentaje importante de su facturación.
Las naranjas, el aceite, el vino y los lácteos son los productos más afectados. Entre las grandes empresas asturianas, los aranceles tendrán consecuenas para Capsa, que no vende directamente en Estados Unidos pero la medida aumentará la competencia en otros mercados; Industrias Lácteas Asturianas (ILAS), aunque tiene una factoría allí y otra en México, por lo que podrá salvar la situación; y El Gaitero y Sidra Mayador, con exportaciones mínimas al país americano.
Más repercusión puede tener para los pequeños empresarios. Los requisitos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), la agencia encargada de los controles, son exigentes. Por eso, lo habitual es que vendas sus artículos a través de exportadores autorizados y empresas expertas. En Asturias, varias queserías se asociaron en 2001 en el Consorcio de Alimentos Tradicionales de Asturias (CATA). Hace unos años llegaron a exportar productos por valor de un millón al año, aunque ahora las cifras son inferiores. Eso sí, desde CATA aseveran que la decisión de Trump tendrá consecuencias y afectará a su producción. «Cada tres semanas aproximadamente mandamos pedidos a Estados Unidos y ya nos están diciendo que vamos a tener que hacer descuentos para afrontar los cambios», explican desde el consorcio.
Los clientes de estas empresas están fidelizados y los canales de distribución suelen ser gourmet. Es decir, los consumidores están dispuestos a pagar precios elevados por los quesos asturianos, pero una subida del 25%, la que contempla el peor escenario de las amenazas de Trump, podría suponer el fin de estas exportaciones al dejar de ser competitivos.
Consecuencias nacionales
El impacto de los aranrenceles en el conjunto del sector agroalimentario español sí que será más contundente. Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la Unión Europea. Las exportaciones superan los 2.030 millones (principalmente, aceite de oliva, vino y mosto, conservas de aceitunas y quesos). También es el principal origen de las importaciones, con 1.998 millones (frutos secos, habas de soja y bebidas espirituosas).

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