sábado, 14 de diciembre de 2019

Ruta para el BREXIT...

Así se gestionará el Brexit

La UE admite que es un reto complejo alcanzar un gran tratado comercial en menos de un año.
Los líderes de la Comisión Europea y los jefes de Gobierno de los estados miembros recibieron ayer con una mezcla de pena y alivio el resultado de las elecciones británicas. Aunque acaba con la posibilidad de un nuevo referéndum que hubiera permitido a Reino Unido seguir en la UE, también facilita implementar el acuerdo alcanzado en octubre con Boris Johnson para ejecutar el Brexit, impidiendo una ruptura brusca el 31 de enero de 2020.

La mayoría del Partido Conservador de Boris Johnson en el Parlamento británico se traducirá en la aprobación en las próximas semanas de la Ley de salida de la UE. A su vez, el Parlamento europeo también deberá ratificar el pacto de separación.
Pero a partir de ahí, empieza una tarea más ardua. El acuerdo de salida solo resuelve los temas más urgentes. como el tratamiento de la frontera irlandesa, la factura que Londres debe pagar antes de irse, y el respeto a los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido y viceversa.
Pero queda por discutir un uevo gran tratado que defina las relaciones futuras entre las dos partes en un amplio número de asuntos: flujos comerciales, intercambio de servicios, conectividad aérea, acceso de las flotas pesqueras a las aguas de una y otra parte, movimiento de trabajadores y turistas y coordinación en seguridad, entre otros.
El pacto actual solo deja un plazo de once meses para resolver todas estas cuestiones, periodo en el que las dos partes mantendrán el mutuo acceso libre. Luego, Reino Unido abandonará el 31 de diciembre de 2020 el mercado común y la unión aduanera, fecha que podría retrasarse de común acuerdo por dos años. Pero Johnson ha prometido en la campaña electoral que el plazo de implementación no se extenderá, lo que mete una enorme presión a los negociadores de ambas partes. Además, el pacto señala que el potencial aplazamiento debe ser autorizado antes del 30 de junio de 2020.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, admitió ayer tras una cumbre en Bruselas que "el calendario presenta un claro reto. Pero estamos preparados para sacar el máximo partido al plazo establecido".
La canciller alemana, Angela Merkel, señaló que se trata de un proceso "muy complicado", ya que hay resolver un amplio abanico de relaciones, , en comercio, pesca, seguridad y política exterior. El principal obstáculo es que se necesita resolver estos asuntos rápidamente".
Según explicó Emmanuel Macron, el presidente francés, todo dependerá del nivel de alineación que Reino Unido mantiene con las normas europeas. Conforme más se desvíe de ellas, menos acceso tendrán sus empresas al mercado común. "Creo que no se puede tener una relación estrecha con el mercado común europeo si hay diferencias en las regulaciones medioambientales, económicas o sociales", avisó Macron después de la cumbre.
Aunque hay voces en el Partido Conservador que piden a Johnson un proceso de desregulación total para crear un "Singapur en el Támesis", el primer ministro parece remiso a esa estrategia, especialmente porque le podría hacer perder apoyos entre los votantes de clase baja que le acaban de apoyar. Ayer, por ejemplo, insistió en su voluntad de un gran acuerdo con los "aliados europeos", y mostró su deseo de mantener una normativa exigente en materia medioambiental y laboral.

Europa o Estados Unidos

Muchos analistas en la City de Londres creen que Johnson irá maniobrando hacia un Brexit suave, al tener una amplia mayoría que no le hace depender del ala más euroescéptica de su partido. Además, la apuesta de muchos inversores es que, finalmente, el primer ministro aceptará la necesidad de extender el periodo transitorio para evitar el riesgo de una ruptura brusca de las relaciones comerciales al final del año próximo.
Pero Dominic Walsh y Stephen Booth, del centro de estudios londinense Open Europe, no lo esperan así. "Extender la transición no solo rompería una promesa electoral, sino que también abre el riesgo de una difícil negociación sobre contribuciones financieras adicionales [al permanecer más tiempo en el mercado común] y sobre derechos pesqueros. Alcanzar un acuerdo comercial con la UE en 11 meses es un reto, pero no es imposible". Estos comentaristas tampoco creen que Downing Street girará hacia una relación más estrecha con Bruselas. "La preferencia de Johnson es por una divergencia regulatoria con la UE", anticipan. Esto le permitiría sellar amplios pactos con otros países, como Estados Unidos.
Según David Owen, economista de Jefferies, "la cuestión clave durante el periodo transitorio será ver si Johnson se acerca más a Estados Unidos, o retiene una cercana relación con la UE".

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