Un vertedero junto a Santullano
La basura se acumula en una parcela contigua a la iglesia San Julián de los Prados | La zona linda con la parte trasera del templo prerrománico y los vecinos urgen su limpieza ante el «total abandono»
Chatarra, balones de distintos tamaños, plásticos, una maleta, innumerables botellas de vidrio y maderas de todo tipo. La iglesia prerrománica de San Julián de los Prados linda en su parte sur con un vertedero.
Una parcela, situada al lado del parque de San Julián de los Prados y muy próxima a la calle Murillo, estaba hasta hace poco tiempo llena de maleza. Las ramas alcanzaban una altura considerable y a finales del año pasado los operarios las cortaron. Fue entonces cuando se vieron los restos de basura que había en la zona.Los vecinos están alarmados por los deshechos que allí hay. En un principio, se llevaban las manos a la cabeza porque el entorno del templo, construido de principios del siglo IX, estaba lleno de ramas, pero ahora la situación es aún peor.
«La zona está totalmente abandonada. No sé si la finca es privada, pero debería estar limpia al estar al lado de una joya del prerrománico», comentó ayer Montse Álvarez, vecina de Ventanielles. Mucho más preocupada se mostró Isabel Fernández. Esta residente en La Tenderina tampoco conoce de quién depende «la limpieza de la zona», aunque tiene claro que es un «foco de ratas e infecciones». «Ahí hay de todo y da muy mala imagen para las personas que vienen a visitar el templo», añadió, mientras que Pepe Barbero, que camina todos los días por el parque de San Julián de los Prados, apuntó que le parece «mal» cómo se encuentra esta gran parcela. En un principio, dice, se indignaba cuando veía la maleza que había: «Sumaba más de un metro de altura». Después, creía que la situación iba a mejorar con el corte de las ramas, pero la realidad fue bien distinta. «Al limpiar la zona proliferó la basura».
Entre los restos hay un poco de todo. Abundan las maderas de los árboles que había hasta hace pocas semanas. También hay plásticos de todo tipo: desde botellas de lejía, latas de bebidas o bidones. Pero lo que más llama la atención a la gente son los restos de carrocerías. Se acumulan en la zona más próxima a las viviendas y pertenecen a diferentes vehículos. Unas piezas son verdes, otras rojas y algunas azules.
Grafitis en bancos y señales
El mal aspecto no solo se encuentra en la cara sur del templo. El parque de San Julián no está mejor, aunque el césped está muy bien cuidado. Los tres bancos que dan al lateral del templo prerrománico tienen cada uno un grafiti. En él se puede leer la palabra 'montes' y existen problemas de canalización del agua. En la zona más próxima a esta joya del perrománico existe un charco de agua acompañado de barro. Esto impide el paso con normalidad. Solo una esquina está limpia y hay ocasiones en las que los peatones esperan para poder pasar sin mancharse.
Otro de los problemas que ofrece el entorno es que las pintadas llegan hasta las señales de tráfico que hay en el bulevar de Santullano. La más cercana al templo, y que indica a los conductores que existe un peligro porque hay un semáforo próximo, está con una firma. También abundan por las farolas y papeleras.
Mientras, el Ayuntamiento busca una solución para alejar el tráfico. El templo se sitúa al lado de la antigua entrada a la autopista 'Y' y el tripartito convocó un concurso de ideas que ganó la UTe Bosque y Valle. Diseñaron un plan que no convence al bipartito. El alcalde, Alfredo Canteli, apuesta por un semisoterramiento junto al templo prerrománico. Ahora está por ver qué se va a hacer.
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