lunes, 28 de octubre de 2024

Mala conciencia amigo!!!!

Nortes | Centraes na periferia ActualidáTemesCulturesMemoriaOpiniónGaleríesXenteHazte socia de Nortes ActualidáDestacaesTemesXente “No entiendo que una parte de la izquierda alemana apoye a Israel y a la OTAN” Klaus Armbruster, militante alemán afincado en Bilbao, presentó en Asturies "Acción antifascista. Historia de un movimiento de izquierda radical". Por Diego Díaz Alonso 28 octubre 2024 Klaus Armbruster en Xixón. Foto: David Aguilar Sánchez Klaus Armbruster (Stuttgart, 1956) estuvo este fin de semana en la CNT de Xixón y La Llegra de Oviedo/Uviéu para presentar ‘Acción antifascista. Historia de un movimiento de izquierda radical’, exhaustiva obra del historiador y activista Bernd Langer, de la que es traductor y co-editor. Histórico militante de los movimientos sociales anticapitalistas, reside desde hace 25 años en Bilbao, donde forma parte de la asociación asociación vasco-alemana Baskale. ¿Cómo se politiza un joven en la República Federal de Alemania de los años 70? Llego a la militancia un poco después de las revueltas estudiantiles de 1968, a principios de los años 70, a través del movimiento juvenil. En esa época lo que se había llamado la Oposición Extraparlamentaria se está empezando a dividir y la gente que participaba en ella va cogiendo diferentes caminos. Por un lado hay gente que se va a lucha armada, otros a organizaciones comunistas, otros apuestan por “la larga marcha a través de las instituciones” y se meten en el ala izquierda del Partido Socialdemócrata o fundan Los Verdes, y luego estamos los que formamos el movimiento autónomo. Militantes de la Oposición Extraparlamentaria berlinesa, 1969. ¿Cómo veían esos jóvenes autónomos de la RFA a la República Democrática Alemana? Con poca simpatía. No era el socialismo en el que creíamos. Tenía mucho autoritarismo y límites. Había jóvenes del Partido Comunista de la RFA que iban a la RDA de vacaciones o a hacer cursos, pero a nosotros no nos interesaba ese socialismo, aunque no apoyásemos por eso a los EEUU y la OTAN. Sólo estuve una vez en la RDA, y fue en 1989, poco antes de que se tirase el Muro. Foto: David Aguilar Sánchez La denominación “autónomo” fue muy común también en Italia. ¿En qué se parecían y diferenciaban la autonomía italiana y alemana? Italia y Alemania tuvieron en común la existencia de organizaciones armadas comunistas en los años 70, pero en Italia existía sobre todo un movimiento obrero muy radical, con mucha base en las fábricas, que era algo que no de daba en Alemania, donde todo el sindicalismo estaba y sigue encuadrado en una central socialdemócrata. En Alemania el movimiento autónomo no tenía esa base obrera. Era antifascista, con tendencias comunistas y anarquistas, y le daba mucha importancia al ecologismo y a la lucha contra las centrales nucleares. El movimiento antinuclear estaba muy asociada a la lucha contra el militarismo y la carrera armamentística, porque detrás de la energía para uso civil se sabía que venían las armas nucleares. Si tenías la tecnología civil podías fabricar las armas. El movimiento era muy diverso y se dedicaba a muchas cosas. En los 80 y 90 llegó a haber incluso grupos que practicaban el sabotaje y revistas clandestinas con mucha distribución que te explicaban cómo derribar una torre de alta tensión. “En Alemania el movimiento autónomo no tenía la base obrera de Italia” ¿Cómo es el movimiento antifascista de esos años? Los socialdemócratas de izquierdas, Los Verdes o los sindicatos se manifestaban contra el fascismo, pero a un kilómetro de distancia. Nosotros en cambio íbamos donde estaban ellos y nos enfrentábamos. Si querían hacer un congreso o una manifestación nuestro objetivo era ir allí e impedirlo. Era un fascismo muy diferente al de ahora, que va con traje y corbata, está en las instituciones y tiene un aspecto de seriedad que no tenía en los 80 y 90. Klaus Armbruster en la CNT de Xixón. Foto: David Aguilar Sánchez ¿Qué lectura se hacía del fracaso del antifascismo alemán de los años 30? Acción Antifascista se funda en 1932 por el Partido Comunista Alemán, sólo un año antes de la victoria de Hitler. La izquierda alemana tardó mucho en reaccionar a lo que se venía. Los comunistas tenían razón en criticar a los dirigentes socialdemócratas que reprimieron de manera muy sanguinaria la revolución alemana, pero al llamar “socialfascista” al SPD también ofendieron y atacaron a sus bases, y eso hizo imposible la unidad contra los nazis. Además, en 1939 Hitler y Stalin firmaron un pacto y eso terminó de desmoralizar a los militantes que quedaban. En 1944 hubo un intento de matar a Hitler, pero por parte de militares fascistas que veían perdida la guerra y querían salvarse firmando la paz con los Aliados. Acción Antifascista en 1932. Alemania en teoría se había desnazificado pero una vez más vuelve el fascismo… En teoría el fascismo alemán acabó en 1945, pero hoy sabemos que no fue así. Hubo un proceso de desnazificación a nivel nacional, regional y local bastante serio mientras estuvo bajo supervisión de los Aliados, pero ese nivel de exigencia se rebajó al pasar a manos alemanas. Antiguos nazis, incluso de las SS, participaron en la construcción del Ejército, otros pervivieron en la judicatura, y hasta tuvimos dos cancilleres con pasado fascista. Ahora las cosas han cambiado, a mucha gente le cuesta ver el nuevo fascismo porque ha ganado mucha respetabilidad y habla muy parecido a la derecha tradicional. ¿Cómo ve la evolución de la izquierda alemana con la ruptura de Die Linke (La Izquierda)? Die Linke atraviesa una crisis muy profunda. No tiene una posición común en casi nada. Hay sectores que apoyan a Israel y a la OTAN en la Guerra de Ucrania. Me cuesta entender que una parte de la izquierda lo haga. La escisión, el partido de Sahra Wagenknecht, se dice de izquierdas pero defiende sobre la inmigración cosas que podrían decir los fascistas de Alternativa por Alemania. Hoy el anticapitalismo es una corriente muy minoritaria en la izquierda alemana. El apoyo al sionismo de una parte grande de la izquierda alemana es sorprendente visto desde España En Alemania hay gente de izquierdas que es muy solidaria con los kurdos o con otros pueblos, pero que luego apoyan a Israel. No tiene ninguna consistencia. Una parte de la izquierda tiene mucho miedo al antisemitismo y a un nuevo Holocausto, pero al mismo tiempo una falta de empatía absoluta con el sufrimiento del pueblo palestino. Parece como si Israel tuviera derecho a hablar en nombre de todos los judíos y de todas las víctimas del Holocausto, y que cualquiera que discrepe es un antisemita. Incluso una organización como Judíos por una Paz Justa en Oriente Medio que se pronuncia en contra del régimen de Netanyahu ha sido acusada de antisemita y han prohibido parte de sus actividades en Alemania. Con la guerra de Ucrania pasa algo parecido. Puedes condenar la invasión rusa y oponerte a Putin, pero no obviar el papel de la OTAN en preparar la guerra. He tenido problemas con viejos amigos que ahora apoyan a la OTAN. Para despedirnos, ¿qué le parece el caso de las sindicalistas de La Suiza? Es un escándalo. Es un ataque a un derecho fundamental que ha costado conquistar décadas de lucha y muchísimo sacrificio. Los sindicatos tienen que moverse, porque esto va con ellos. Acabar con los sindicatos siempre es su plan.

No hay comentarios: