miércoles, 23 de octubre de 2024

Me gusta el Fútbolín.....Vinicius muy superior como atacante que Mbappé....

Cuando ya atisbaba el naufragio, aún con 1-2, Carlo Ancelotti olfateó un aroma familiar. Tenía ya listos en la banda a Camavinga y Tchouameni para provocar algo, y llegó el empate de Vinicius, que había agarrado el partido como una cuestión personal, un sistema de ataque en sí mismo al que no importan los desajustes estructurales ni las búsquedas de sentido general. El brasileño había incendiado el choque y la grada volvía a arder como en aquellas noches sinsentido de otras remontadas. Ancelotti detuvo los cambios y dejó que Vinicius siguiera volteando un partido del que solo él había encontrado las llaves. A menos de una semana de la entrega del Balón de Oro y cuatro días del clásico, volvió a emerger el genio incontrolable para tumbar con su agitación y un hat trick al Borussia Dortmund, que había llegado al Bernabéu como líder hasta entonces de esta nueva Champions. Cámbiate a la versatilidad con el Multivan Volkswagen Cámbiate a la versatilidad con el Multivan Publicidad Hasta la aparición de Vinicius, la noche pintaba a algo muy raro. La Copa de Europa, que tantas veces ha servido para fijar la talla de la grandeza del Madrid, devolvía en esta ocasión la medida de la desorientación. Ahí estaba de nuevo el Dortmund, el rival al que ganaron la última Orejona hace menos de cinco meses. Aunque ni siquiera era aquel equipo de Wembley, sino uno bastante afeitado por las salidas de jugadores y por las lesiones. Mientras que el Madrid, sobre el papel, se parecía bastante al de Londres, con el añadido de Mbappé, la pieza más deseada de la década, y sin Kroos. Pero esta banda no toca ni por asomo aquella música. Y eso que Ancelotti lo intentó regresando a lo básico. Retomó el 4-3-3 bajo el mando de Luka Modric, cuya renovación no fue casi nunca una prioridad la temporada pasada. La pieza más prescindible entonces resulta ser en este punto de desorientación la única capaz de marcar un rumbo. El sábado en Vigo ya los sacó de un problema con un pase único a Vinicius. Ancelotti prescindió de Camavinga y Tchouameni y situó a Valverde como ancla, acompañado del croata y de Bellingham por la derecha. Intenta buscar por ahí la fundación de una sociedad con Rodrygo, pero los frutos son escasos. Caddy por 190 €/mes* con My Renting Volkswagen Caddy por 190 €/mes* con My Renting Publicidad Después de un primer tramo de relativo control y energía, con robos arriba y Modric y Bellingham tejiendo cada uno por su lado, al Dortmund se le pasó el susto de visitar al campeón. Cuando el equipo de Sahin cruzó esa primera barrera adelantada de entusiasmo se encontró al Real replegado mirando cómo se familiarizaban con el balón alrededor de Nmecha y Brandt. Hasta que el Madrid tropezó de nuevo en una de sus piedras de estos días: Lucas Vázquez se confió al ir a salir y le birlaron la pelota muy cerca de su área. Tanto, que Guirassy se vio con ella enseguida, pivoteó alrededor de Rüdiger y dejó solo a Malen, que batió a Courtois y pasmó al Bernabéu. A los de la grada y a los de la hierba, que vieron llegar a Malen por la derecha y poner un centro al área, pero no vieron a Gittens llegar por la espalda y marcar el segundo. Ahí, en plena caída, el Madrid produjo un primer episodio de rebeldía, con un cabezazo de Bellingham a las manos de Kobel y dos remates al larguero, uno de chilena de Rodrygo y otro del inglés. Pero la llama no prendió y los alemanes aguantaron la sacudida. Descubre el nuevo California Volkswagen Descubre el nuevo California Publicidad Sin embargo, ese no era el calambrazo definitivo. Eso fue cosa de Vinicius, al que había sujetado bien Ryerson en los primeros lances. Pero cuando más plano se veía al Madrid, el brasileño decidió que iba a transformar una noche en la que no asomaba Mbappé. Y lo hizo. Disparó la carga que empezó a tumbar al Dortmund, volando por la banda, disparando, buscando centros con el exterior. Hasta que la avalancha puso un balón en la cabeza de Rüdiger y reventaron las compuertas alemanas. Marcó Vinicius luego y Lucas Vázquez, con el brazalete de capitán, acertó con el que terminaba de voltear el marcador. Sin embargo, aquello no resultaba suficiente para el brasileño desatado en una noche voraz. Ya en el 85 voló solo de área a área y marcó. Y luego acertó de nuevo con el hat trick. Él aún guarda las claves del Madrid, que tal vez era eso: remontar.

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