lunes, 5 de mayo de 2025

Y el tiempo...lo confirmó.....

Nortes | Centraes na periferia ActualidáTemesCulturesMemoriaOpiniónGaleríesXenteHazte socia de Nortes ActualidáDestacaesTemes Cándido y Morala tenían razón El repunte del sector naval constata para los sindicalistas, que nunca se debieron cerrar unos astilleros que hoy darían más trabajo y en condiciones más seguras que las actuales. Por David Artime 4 mayo 2025 Juan Manuel Martínez Morala y Cándido González Carnero. Foto: David F. Sabadell Recomendados David Artime David Artime Periodista y escritor. En 2009, ganó el premio de narrativa en lengua asturiana de la editorial Trabe con la novela "La Bufanda", en la que aborda el mundo de los ultras de fútbol. Así fue el L.E.V 2025 5 mayo 2025 Cuando el cine, el teatro, la televisión y Lola Flores desafiaron a la dictadura franquista 4 mayo 2025 Cándido y Morala tenían razón 4 mayo 2025 Los centros de salud implantarán el sistema de citas “Pase y espere” 4 mayo 2025 “La nave capitana” de los astilleros españoles. Así se refería a la actividad del sector naval asturiano el presidente autonómico, Adrián Barbón, durante su intervención en el reciente 64 Congreso Internacional de Ingeniería Naval e Industrial en Xixón. Razón no le falta si tenemos en cuenta las cifras. Los dos astilleros asturianos, Gondán y Armón, acapararon en 2024 el 40% de la actividad de esta área industrial en todo el país. Hace apenas cuatro meses, como recoge esta información de La Nueva España, ambas firman se encargaban del 67% de los pedidos de los astilleros españoles, siendo el astillero gijonés, Armón, el líder de contrataciones, con 36 encargos, además de otros cinco para las instalaciones de As Figueiras (Gondán). Adrián Barbón y Jordi Hereu en una visita a los Astilleros Gondán. Armón ha erigido este liderazgo sobre las cenizas de Juliana, astillero privatizado hace 20 años y cuyas instalaciones compró en 2010 a Vulcano, cuando todavía en las calles de La Calzada se respiraba el aroma de los botes de humo y el ruido de los petardos de las movilizaciones frente al proceso de reconversión y cierre. “Decían que no éramos competitivos” “Nos decían que no quedaba otro remedio porque no éramos competitivos. Que no teníamos carga de trabajo, cuando no era cierto, sí que teníamos”. “Aquella reconversión fue un error innecesario, ahora estamos viendo que hay un recrecimiento del sector naval en Europa y en el mundo”. Los que hablan son Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, los dos representantes de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) que ejercieron de líderes de aquel movimiento obrero que marcó un hito en la conflictividad laboral en España. Durante todo aquel proceso mantuvieron que tanto el Gobierno como la parte empresarial debieron apostar por la viabilidad del sector manteniendo la actividad, tanto de Naval Gijón como de Juliana. Este Primero de Mayo, antes de la manifestación, hablaron con Nortes para recalcar que el tiempo les ha dado la razón. Enfrentamientos en Naval Gijón en 1995. Foto: Luis Sevilla Y es que para ambos representantes sindicales, el panorama que dibujan las cifras de Armón tiene un buen puñado de matices. Una plantilla de trabajadores totalmente subcontratada que oscila entre los 500 y los 1000 operarios, sueldos que apenas pasan de los 1.200 euros mensuales, horas extras y numerosos accidentes laborales que han sumado cuatro muertos en los últimos años. Todo ello repartido en un conglomerado de hasta 20 contratas y ninguna de ellas con comité de empresa ni representación sindical. Carnero recuerda en este punto que los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) tienen potestad legal para convocar elecciones en estas firmas, pero no les interesa hacerlo “porque seguramente ganaría la CSI”. “Armón es un campo de concentración”, asevera. Nada que ver con los años dorados de los astilleros en Xixón, como recuerda Morala con nostalgia. “Sonaba la bocina y las calles de La Calzada se llenaban de riadas de trabajadores camino de las fábricas”. Hasta 5.000 empleos directos llegó a generar la construcción de buques en la villa. Empleos, recuerda Cándido, con salarios que doblaban los actuales, con trabajadores muy bien formados y de muy alta cualificación. Cándido y Morala. Foto: David G. Sabadell Pero su análisis no se limita al sector asturiano. España, recuerdan, llegó a ser la cuarta potencia mundial en construcción naval. Hoy rondaría el décimo puesto del ranking, según los datos de PYMAR, la sociedad que engloba a los principales astilleros españoles. “Ahora somos nosotros los que hacemos competencia desleal a Corea” “La reconversión”, señala Morala, “acabó con el conocimiento, la experiencia y la calidad del empleo”. Recuerda que hace algunos años un antiguo responsable de Recursos de Humanos de Juliana le confesó que si en su época se permiten las condiciones laborales que hoy tiene Armón “le colgaban”. “Nos vendieron la moto con la competencia desleal de Corea, cuando era falso, pues en Corea las condiciones laborales eran mejores que las del sector, y ahora resulta que somos nosotros los que hacemos competencia desleal a los coreanos precarizando los puestos de trabajo”, añade. ¿Cuál fue la razón entonces del cierre de la Naval y la privatización de Juliana? Cándido lo tiene claro, destruir una parte del empleo para poder precarizar la otra. Ese fue, a juicio de Morala, el “chantaje” en el que consistió la globalización. Astilleros Armón Para ellos, el actual periodo de crecimiento de los astilleros hubiera sido muy diferente si hace 20 años se hubiera apostado por el naval como un sector industrial estratégico. “Hacer un barco”, recuerda Cándido, “requiere mucha tecnología y empleos altamente cualificados”. “Cada empleo directo”, añade Morala, “se calcula que genera tres indirectos”. Rechazan la idea de la competitividad a costa de la reducción salarial o el empeoramiento de las condiciones laborales. Tienen claro que en el contexto actual, con una apuesta decidida, Naval y Juliana serían entidades totalmente competitivas y con una capacidad de abastecimiento de la demanda de la que Gondán y Armón carecen en este momento.

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