España sigue a la cabeza de los países con más fallecidos por coronavirus por cada millón de habitantes, colocándose así por delante de Bélgica, Italia y Francia. El país acumula 172.541 contagiados y supera ya las 18.000 muertes.
Tanto el Partido Popular como Vox presionan en estos días de confinamiento al Gobierno señalando que no fue capaz de prever la gravedad de la crisis sanitaria del coronavirus. Pablo Casado, presidente del PP, y Santiago Abascal, compañero ideológico del primero y líder del partido de ultraderecha Vox, reprochan ahora al Ejecutivo su falta de previsión porque, desde su punto de vista, lo que está pasando era algo que sabían que iba a ocurrir.
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Sin embargo, lo cierto es que ni PP, ni Vox, ni el PSOE, ni Podemos, ni ningún otro partido, anticipó jamás las consecuencias de una pandemia sin precedentes en el mundo, una situación que ha removido tanto la economía del país como la vida de sus ciudadanos.
Esta actitud de achaque continuo al Gobierno en lugar de apoyar está siendo muy criticada en muchos sectores de la población, y la prensa no está ayudando. Ayer mismo veíamos como El Mundo ilustraba su portada con el cadáver de un fallecido por coronavirus en primer plano.
Una de las más críticas ha sido la jueza y delegada del Gobierno contra la Violencia de Género Victoria Rosell. «Ya dijo Ryszard Kapuscinski en ‘Los cínicos no sirven para este oficio’ que para ser buen periodista es importante ser buena persona, ser capaz de sentir empatía con el prójimo», señaló la magistrada.
Sin embargo, el que más afinó el tiro ha sido el multipremiado escritor y columnista Juan José Millás, que solo necesito cinco palabras para definir perfectamente el comportamiento de algunos partidos y medios durante la crisis del coronavirus. Millás publicaba en Twitter un mensaje en el que se podía leer: «Donde hay muertos, hay buitres».