lunes, 23 de diciembre de 2019

Las dudas del PGO....

2020, un año clave para 'coser' Oviedo

Urbbanismo priorizará para 2020 las soluciones para las áreas de oportunidad de la ciudad y sus accesos. / M. ROJAS
Urbbanismo priorizará para 2020 las soluciones para las áreas de oportunidad de la ciudad y sus accesos. / M. ROJAS

La revisión del PGO insta al Ayuntamiento a solucionar las conexiones «interrumpidas entre barrios» | Urbanismo apuesta por adaptar el documento a las áreas de oportunidad y «encontrar la solución más adecuada» a la entrada de Santullano

GONZALO DÍAZ-RUBÍN / JUAN CARLOS ABADOVIEDO.
El concejal de Urbanismo e Infraestructuras y primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta, destaca, como «reto» para el próximo año «seguir avanzando en la redacción de un nuevo Plan General que se adapte a las nuevas áreas de oportunidad de la ciudad». A continuación, explica Cuesta, también figura en la parte alta de la lista de prioridades de su concejalía «encontrar la solución más adecuada a la entrada de la ciudad por Santullano». Encajar en el urbanismo de la ciudad áreas de oportunidad, como La Vega o los terrenos el Viejo Hospital, lograr la reordenación de la antigua autopista y el nuevo estudio para la Ronnda Norte son piezas de un puzzle que entronca con la propia redacción del PGO, ya en marcha, y en la que sus redactores ponen el foco en la necesidad de no repetir errores del pasado subsanando los existentes.
Los ejemplos están por todas partes: en La Lloral hay cuatro kilómetros de calles a medio hacer, los viales de Quinta del Alba mueren en sendos prados y entre Las Campas-Paniceres y La Florida han quedado dos esbozos de lo que deberían ser los ramales de enlace de aquella Ronda Norte de Cascos, para cuyo nuevo diseño Fomento estudia ahora alternativas.
Los efectos de la crisis sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente, el de 2006, no son solo solares abandonados y recalificaciones irreversibles, también ha dejado numerosos viarios interrumpidos para los que los redactores del nuevo plan piden una actuación más directa de la administración local para evitar «perpetuar de manera indefinida o a muy largo plazo las conexiones interrumpidas entre barrios y partes de la ciudad». Abogan, en concreto, «por actuaciones más directas de los sistemas de ejecución del PGO», por no dejar en manos solo de la iniciativa privada completar las obras de estas calles, sino que el Ayuntamiento actúe de forma subsidiaria. Que el Consistorio tome la iniciativa en 'coser' -en términos arquitectónicos-, barrios aislados.
No son cosas menores. El fracaso de algunas unidades de gestión y actuaciones ha dejado a otras aisladas o casi, mermando su desarrollo y dificultando aún más las comunicaciones internas de la ciudad. El ejemplo de Santullano, con 10,3 millones de euros de fondos europeos, un proyecto a revisar y, «eventualemente» a rehacer con los 425.000 euros destinados en el presupuesto recén aprobado es el ejemplo más claro.
Pero también afecta a los planes de futuro para la ronda interior de Oviedo -el anillo que forman la Ronda Sur, Muñoz Degraín, Hermanos Pidal, la avenida de Santander y General Elorza, las calles con más circulaciones de la ciudad-, cuyo intenso tráfico supone una barrera para la movilidad entre el centro de la ciudad y los barrios, además de contaminación y ruido. El documento de prioridades entregado por la UTE 'PGO Oviedo', en línea con el Plan de Movilidad ahora aparcado por el bipartito, aboga por «la posibilidad de reordenación de estas rondas con criterios de bulevar», reduciendo su capacidad y carriles y facilitando la permeabilidad peatonal y ciclista entre la periferia y el centro.
La idea choca, por ejemplo, con el fracaso de la denominada ronda intermedia. Un vial, diseñado en el PGOU de 1999 y ampliado en el de 2006, que corría en paralelo a la ronda exterior (A-66) desde La Manjoya a Cerdeño, uniendo las actuaciones de la primera, Otero, Quinta del Alba, Mercadín y Cerdeño con una calle de dos carriles por sentido y casi veintitrés metros de anchura. Tramos aislados, como el que forma la calle Salvador Fuente González o Villafría, es todo lo que hay hecho a día de hoy.
El documento apunta la conveniencia de acometer los viales de la malhadada actuación de Loma del Canto, donde tras la espantada de la promotora los minoritarios se enfrentan a una millonaria expropiación, para dar salida al tráfico de la zona oeste hacia el Naranco y Prados de la Fuente. En el otro extremo de la ciudad, con el desarrollo de El Campón encauzado y con perspectivas razonables para el ámbito de Altos de Santo Medero, los redactores pintan entre los objetivos completar el vial previsto en Santa Marina de Piedramuelle, lo que permitiría unir el campus de El Cristo y el futuro desarrollo del área del antiguo HUCA con las vías de alta capacidad .
Son 'puntadas' de un proceso muy largo para volver a 'coser' la ciudad. Una labor que la concejalía de Urbanismo qiere empezar ya en enero con trabajo en todos los frentes: en la definición del documento de prioridades del PGO, pero también en una alternativa para el Bulevar de Santullano y con un ojo en la Ronda Norte. Difícil no pincharse.

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