OVIEDO
El Real Oviedo se dejó gran parte de sus opciones de jugar el playoff en el Heliodoro Rodríguez López (2-1). El conjunto del Principado tardó más de una hora en despertar sobre el terreno de juego y permitió que el Tenerife se hiciera con el mando del encuentro hasta ponerse con una ventaja de dos goles.Demasiadas concesiones para un equipo que pretende aspirar al ascenso.
Un patinazo sonado que hace que el objetivo del sexto puesto sea casi imposible cuando solo restan dos partidos por disputarse. Los de Sergio Egea no comparecieron en la primera mitad, siendo ampliamente superados por su rival. Un error de Carlos Hernández en forma de penalti propició el primer gol local. Solo la entrada de Omar Ramos revitalizó a un equipo que, por momentos, estuvo perdido sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López.
Sorprendió el técnico argentino en su planteamiento. El preparador cambiaba su dibujo y descartaba los dos delanteros por primera vez desde su regreso. En vez de la dupla atacante, apostaba por reforzar el centro del campo con la inclusión de Ramón Folch junto con Jimmy y Sergio Tejera. Además, Viti mostraba en los primeros compases una posición mucho más cercana a Joselu que a la banda derecha. Egea buscaba un encuentro largo, sin demasiados espacios interiores y tratando de penalizar los errores locales.
El arranque del encuentro tuvo un claro color canario. El conjunto de Luis César Sampedro saltó al terreno de juego con una o dos marchas más que los asturianos. El balón y el dominio eran chicharreros. Solo las faltas conseguían frenar las oleadas iniciales. Muy pronto se cargaron de amonestaciones los visitantes, con cartulinas para Jimmy y Tejera.
Pasado el ecuador del primer tiempo, el conjunto carbayón no había disparado a puerta, ni gozado de ocasión clara de gol. La primera llegó casi a la media hora, tras un excelente pase de Tejera que dejó a Johannesson solo dentro del área, pero Dani Hernández tapó perfectamente el intento de remate con una salida valiente.
El paso de los minutos rebajó las revoluciones locales. El Tenerife ya no dominaba con tanta autoridad ni tampoco agobiaba en exceso a la defensa asturiana, pero las llegadas seguían cayendo. Los locales reclamaron un penalti de Carlos Hernández a Nano Mesa en un balón aéreo en el que el zaguero llegó tarde al choque con el atacante.
Si esa acción no fue suficiente para decretar la pena máxima, el colegiado Soto Grado no se lo pensó instantes después. El protagonista negativo, de nuevo, Carlos Hernández, que agarró de forma ostensible a Jorge Sáenz en un saque de esquina. Suso Santana se encargaría de poner el 1-0 al engañar a Champagne.
Terminaban los primeros 45 minutos con un Real Oviedo totalmente desaparecido del terreno de juego. Una única ocasión de peligro y la constante sensación de estar totalmente dominado. Si los azules realmente deseaban jugar el playoff, deberían darle la vuelta tras el paso por los vestuarios.
Egea regresa al plan inicial
La reanudación dibujó otro Oviedo sobre el césped. Egea dio entrada a Ibra por Tejera, recuperando el 4-4-2 tradicional durante este último mes de competición. Pese al cambio, los asturianos seguían exhibiendo su mayor carencia y la que le ha acompañado durante todo el curso: una preocupante falta de criterio con el balón en los pies.
El segundo cambio visitante no tardó en llegar. El preparador oviedista dio entrada a Omar Ramos en lugar de Bárcenas, nuevamente desaparecido sobre el terreno de juego. Cambio de hombres, pero ninguna modificación en el dibujo del equipo, que necesitaba soluciones desde el banquillo que no llegaban.
Para terminar con la agonía oviedista, Carlos Ruiz anotaba el 2-0 tras una segunda jugada en un balón parado. El central local remataba completamente solo en el área un centro de Milla. Las cosas se complicaban tremendamente para el Real Oviedo, que se volvió a meter en el partido gracias a un penalti por manos de Alberto que Joselu anotaría engañando a Dani Hernández. El 2-1 daba esperanzas a los visitantes y aumentaban los nervios en las gradas del Heliodoro
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