domingo, 19 de mayo de 2019

Juanín el anaranjado al habla....

«Mi condición para alianzas es que sean con partidos constitucionalistas y moderados»

Juan Vázquez apuesta por recabar una mayoría de voto de centro y lograr el sorpasso sobre el PP en la carrera del Principado

Juan Vázquez, candidato de Ciudadanos al Principado
Juan Vázquez, candidato de Ciudadanos al Principado


Juan Vázquez, exrector de la Universidad de Oviedo, encabeza como independiente la candidatura de Ciudadanos a la presidencia de Asturias. Con un discurso en el que reivindica la herencia del «liberalismo progresista» como expresión del centro político se ha fijado como objetivo situarse como alternativa en un contexto en el que los resultados de las últimas generales dejaron a los naranjas al borde del sorpasso sobre el PP en el Principado.
-Tenemos unos resultados, muy buenos, para Ciudadanos en Asturias en las generales, pero también una encuesta del CIS, hecha antes de los comicios, que rebaja sus expectativas, ¿qué sensaciones tienen?
-Tenemos sensaciones buenas, y para mí los datos que de verdad sirven son los reales de una votación. Ya sé que las autonómicas son distintas de las generales pero yo no creo a nosotros nos vaya peor si no mejor en unas autonómicas que en las generales. Es curioso que los datos del CIS plantean una situación insólita porque antes las encuestas del CIS no acertaban hacia adelante pero ahora tampoco aciertan hacia atrás. Porque tenemos una encuesta hecha antes de las generales  y luego un voto real y no cuadra uno con otro. Hay dos lecturas porque cuando utilizan la metodología similar a las andaluzas donde se equivocaron estrepitosamente es cuando dan datos malos; pero cuando se utiliza la metodología que usaron en las generales, que incorpora la cocina a la que se niega Tezanos, entonces nos dan unos datos buenos. En todo caso, yo de lo que me fío es de los datos reales de votación de la ciudadanía en las generales.
-En campaña se han definido como la «alternativa creciente» y usted cerró su intervención en el acto con Arrimadas en Oviedo diciendo «o el PSOE con Podemos o nosotros», pero ¿con quién pactarían ustedes?
-Lo importante para nosotros es que seamos la alternativa y luego ya veríamos. Porque cualquier estrategia de alianzas tiene que partir siempre de dos premisas, una de lo que digan los asturianos en la  votación, y ellos marcarán las preferencias, y dos que no sólo te plantees con quién haces una coalición si no para qué la haces. Yo siempre pongo como condición para las alianzas, que en Asturias van a ser necesarias, que sean en el centro, con partidos constitucionalistas y moderados, pero añado otra cosa y que es que se haga un programa de cambio en Asturias. A día de hoy nosotros no hemos expresado una preferencia manifiesta por unos o por otros, quien sí lo está expresando es el PSOE con Podemos y por eso debo decir siempre que la alternativa a un PSOE con Podemos pivota sobre nosotros. Luego, con quiénes, dependerá de la actitud que tengan con nosotros a izquierda y derecha.
-¿Cuando habla de constitucionalistas moderados excluye a Vox?
-Yo creo que hay postulados de Vox, desde luego muy alejados no sólo de mi opinión personal, si no efectivamente de prácticas asentadas en la España democrática y por lo tanto en esas parcelas yo no me entendería nunca para hacer políticas. Siempre he dicho que hay que hablar con todos pero no hay que hacer políticas con cualquiera ni cualquier tipo de políticas.
-El PSOE en Asturias habla de «cuatro derechas» y les incluyen, pero otros partidos conservadores le consideran de izquierdas, ¿cree que eso le beneficia?
-En el fondo es el reflejo de donde estoy de verdad que es en el centro, cuando unos te acusan de ser de derecha y otros de izquierda la media es el centro. Pero no porque me lo digan ellos, sino porque es donde estoy yo. La gente sabe cómo soy y dónde he estado, no tengo ninguna incertidumbre de dónde estoy, la incertidumbre deben tenerla los que me quieren ubicar cada uno en sitio que quisieran ocupar ellos; pero esa es la explicación de que ellos no lo ocupan. Según unos cada día hay más derechas y ese es un discurso simple y la ciudadanía, que es inteligente, no lo apreciará. Al final es una política que se basa sobre algún miedo y Asturias no necesita miedo, necesita coraje y valor para transformarse. Y frente a eso también hay otros con una firmeza de convicciones tal que les permite pasar en un fin de semana de pactar con la extrema derecha a ser candidatos al centro; yo digo que esos no están en el centro, están en el medio, en el medio de una seria confusión ideológica.
-En todo caso, es cierto que en las encuestas los electores perciben a Ciudadanos como una partido que se ha ido derechizando, ¿se considera un verso suelto?
-Por algo yo soy independiente, es decir, yo comparto, entiendo y participo del proyecto de Ciudadanos pero participo también de que en política no sólo mandan los argumentarios y las jerarquías y lo orgánico y los aparatos, sino que los partidos deben estar compuestos por personas con criterio, y yo me tengo por una persona con criterio. Cuando a mí Ciudadanos me invitó, que fueron ellos quienes me invitaron a participar de este proyecto no yo quien pedí entrar en él; sabían quién soy yo, como soy y lo que represento. En eso me mantengo y nadie me ha corregido hasta el día de hoy.
-Usted habló de cuatro pilares de su proyecto, educación, empresa, empleo y equidad, ¿cómo se conjuga un programa dirigido a las empresas  con la redistribución?
-Quiero dejar clara una cosa, no hablo de empresarios sino de empresa, no hablo de una parte sino de un todo. La empresa es una entidad, que agrupa a empresarios y trabajadores y a un proyecto productivo. Si alguien puede pensar que yo soy el candidato de los empresarios, no; yo soy el candidato de la empresa y también hay empresas sociales y hay empresas colectivas. A los trabajadores les importa que la empresa vaya bien, lo estamos viendo, a los de Alcoa les interesa mantener la empresa. Además, hablar de equidad, y es un discurso que hay que incorporar en Asturias, es hablar de crecimiento y generación de actividad, de dinamismo. Eso es más progresista que quedarse en otra cosa. Para repartir hay que crear y como soy una persona que me tengo por alguien sensible al reparto, para que eso no sea una promesa vacía y vaga tiene que estar fundada en la capacidad de generar. Algunos sólo tienen retórica de reparto, yo ofrezco a los asturianos un programa de solidez para generar actividad económica que luego hay que redistribuir de forma justa. Cualquier otra cosa es un viaje a ninguna parte.
-Ha mencionado el caso de Alcoa. Las reformas en materia de energía y la industria han despertado una gran preocupación en Asturias por su imapcto en la economía, ¿cuáles son sus propuestas en este sentido?
-Asturias no se puede componer sólo de la industria pero no se puede entender sin la industria, es básico preservar y consolidar ese segmento. Las soluciones son complejas, pero desde luego pasan por tener un marco energético estable, un estatuto de electrointensivas, pasa por algo que no es competencia nuestra, que es europea, pero que también se vota en estas elecciones, y es hacer una política defensiva de los intereses de Europa en importaciones. En esto creo la mayoría estamos de acuerdo. El problema es que hay algunos que no sé cómo se atreven, y me refiero al PSOE asturiano, a aceptar de forma complaciente y seguidista la política de un gobierno que está metiendo a Asturias en una transición energética muy perjudicial para la comunidad, que es la política de la ministra Teresa Ribera. No sean complacientes y hagan una defensa de los intereses de Asturias.
-También es cierto que la descarbonización tiene unos plazos fijados por Europa.
-Justamente, es que hay unos plazos europeos que, por las razones inexplicables que sean, hemos decido que hay que correr más. Eso lo ha hecho una ministra y un gobierno del PSOE, y el PSOE asturiano acepta eso complacientemente y cree que con retóricas se arreglan los problemas de la industria. No hace falta llegar los primeros, y además hay que ser enérgicos y firmes en aplicar esos plazos, del modo que gradualicen sus efectos sobre Asturias y que además se exijan compensaciones y oportunidades. Es muy fácil tomar decisiones como toma el gobierno y que paguen otros. Un ejemplo es el diésel. Es muy fácil ser ecologista mientras paguen otros. Yo estoy de acuerdo en que hay que hacer una transición ecológica, nadie lo duda, pero si la van a pagar los millones de usuarios de los diésel ¿qué merito tiene el gobierno? El mérito lo tendrán los ciudadanos que pagan la transición ecológica.
-En el caso de estatuto de industrias electrointensivas, como ocurrió con el intento de regulación sobre el cierre de las térmicas pactado entre el Principado y el Ejecutivo de Rajoy, al final es la Comisión de los Mercados y la Competencia la que termina por tumbar estas iniciativas, los partidos hablan de proyectos liberales pero en cierto modo todos proponen una medida intervencionista que se encuentra con el obstáculo de la CNMC.
-Primero, hay que hacerlo antes, cuando se dejan las cosas para última hora, a veces fallan, se han dado mucha prisa para algunos viernes electorales, viernes de fiesta que me temo que se traduzcan en lunes de resaca. Y segundo, yo al menos creo en un liberalismo que contemple determinadas regulaciones e intervenciones en los mercados; yo creo en hacer eficientes los mercados pero también en regulaciones por causas diversas diversas, entre otras como esta, que pueda afectar tan gravemente a un territorio. Porque la economía tenemos que ponerla al servicio de las personas.
-¿En qué propuestas se traduce su apelación al dinamismo económico para Asturias?
-Es una prioridad, se trata de poner en el discurso político y social la necesidad del dinamismo económico y decirles a los asturianos una cosa: si como acabamos de ver por los datos más recientes, Asturias en los últimos diez años ha tenido el mayor crecimiento negativo, de cuatro puntos y medio, frente a doce puntos de crecimiento de Baleares, ¿ustedes creen que podemos seguir igual? Y continuar con las políticas que hay es seguir igual, otra cosa habrá que hacer. Lo que proponemos lo desglosamos en un programa con 400 medidas que no son todas de economía, pero que tienen una serie de ejes y enfoques estratégicos. Tienen que ver con la fiscalidad, con el apoyo a las pymes, con el apoyo a la industria del que hablábamos antes, al emprendimiento y al surgimiento de 'startups', tiene que ver con darle una vuelta a la innovación. También concebir que la propia cultura, que tantas veces se abandona, debe de ser una fuente no sólo de enriquecimiento  cultural sino de generación económica. Nosotros hablamos de la Asturias de las oportunidades y voy comprobando cada día que voy en campaña las muchas oportunidades no suficientemente explotadas que hay en Asturias. No podemos resignarnos a seguir como estamos. También tenemos un capital humanos, una Asturias que es de ida pero no de vuelta ¿nos conformamos con que nuestros jóvenes salgan y ya nunca más vuelvan o empezamos a hacer algo para que Asturias sea de ida y vuelta?
-No voy a preguntarle por su postura respecto a la oficialidad del asturiano, sino ¿porqué lo que vale para Galicia, donde no hablan de imposiciones o de más gasto no vale para Asturias?
-¿Por qué tiene que valer? Hay realidades donde la lengua tenía un arraigo y una extensión muy importante y es algo que yo respeto, comprendo y entiendo. Pero hay situaciones como la de Asturias en las que no creo que la lengua sea un problema, ni que sea una prioridad. Y tampoco creo que debamos dedicarle no sólo los gastos sino abrir las dinámicas y los procesos que eso conlleva. Francamente, no lo percibido como una prioridad de la sociedad asturiana en estos momentos ni como una barrera que impida desempeñar la actividad personal y administrativa. Por eso creo que no es necesario traspasar la barrera de la oficialidad en este momento expresando, eso sí, un gran respeto a un patrimonio que es la lengua y la cultura asturiana. Yo respeto y admiro mucho la literatura asturiana y además quiero cuidarla pero no creo que eso me lleve a tener que imponer la cooficialidad del asturiano, en absoluto. Respeto otras opiniones, pero la mía es muy clara y creo que, además, muy fundada.
-Ha destacado su apuesta por la educación, lo cierto es que, aunque con problemas, en la comparativa con otros territorios, Asturias nos sale mal parada, pero aún así se han mantenido los problemas económicos.
-Es verdad, y la prueba es que el capital humano y los jóvenes están bien formados en Asturias y lo desfortunado es que tengan que irse fuera. En educación estar bien nunca es suficiente y hay que aspirar siempre a estar mejor entre otras cosas porque el mundo está cambiando y hay que seguir el ritmo del mundo. Pero hay problemas serios, hay campos y ámbitos en los que hay que trabajar mucho más, por ejemplo, hay que reducir el fracaso escolar, hay que extender la escuela rural y esto tiene que ver también con fijar población. Tenemos que perseguir una universidad, y esto lo conozco bien, que no sólo esté bien, que no sólo sea buena si no que sea de excelencia y de referencia internacional. Sobre todo, tenemos que corregir problemas de adaptación de la formación en el sistema productivo. Podemos tener un nivel formativo muy alto pero poco adaptado a las necesidades productivas y eso sí es una carencia importante en Asturias. Es algo que se plasma muy concretamente en uno de los que es nuestros centros de prioridad, la FP y la FP dual. Estoy comprobando desde el terreno cómo en muchos sitios faltan profesiones, hay muchos alumnos que van a titulaciones que luego tienen poca inserción laboral y en cambio, empleos del futuro no encuentran a personas formadas. No sólo tenemos que hacer en educación políticas de oferta, tenemos que revisar la oferta, pero hay que hacer también políticas serias de demanda; es decir políticas que estimulen la orientación adecuada hacia determinadas formaciones, que animen a la gente. Hoy el ambiente social y mediático hace que hay muchísima gente que quieren ser cocineros y a lo mejor cocineros nos empiezan a sobrar. Sin embargo hay muy pocos que quieran estudiar inteligencia artificial y estoy seguro que nos empiezan a faltar. Por eso entre nuestras propuestas está la de desarrollar una agenda digital de inteligencia artificial en Asturias.
-Si no hay oficios para los que no se encuentran trabajadores, ¿no debería ofrecerse mejores salarios para atraerlos?, y ¿en qué medida no debemos cuidar de hacer un gran esfuerzo para formar en trabajos muy especializados que en un plazo de 15 ó 20 años pueden quedar obsoletos?
-La formación tiene que tener mucha flexibilidad y hay que revisarla y evaluarla cada poco, y tratar de adaptarla mucho a unos empleos y un sistema productivo que es muy cambiante. Por eso una misma programación y una oferta formativa de hace unos años ya necesariamente no sirve. En relación con los salarios, la brecha entre formación y puestos de trabajo registra todo tipo de situaciones, unas se resuelven con salarios y otras no; en sitios donde no hay ese problema hay salarios muy bajos también y  en algunos otros sitios incluso ofertando salarios altos no se consiguen especialistas. En todo caso, mi reflexión es que los empresarios tienen también que ser conscientes de que tienen que retribuir bien a los trabajadores y sobre todo en determinadas profesiones que tienen una carga fundamental de conocimiento. Y después de una crisis que ha afectado a los salarios estamos en una fase en la que los salarios deben recuperar poder adquisitivo al alza.  

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