viernes, 17 de mayo de 2019

Saldos sin sentido....

El Ayuntamiento cerró 2018 con 63,7 millones de euros en caja, 20 más que el año anterior

La Casa Consistorial. / M. R.
La Casa Consistorial. / M. R.

La Cuenta General recoge que el ahorro neto fue negativo por casi 10 millones de euros, por el aumento del gasto corriente

GONZALO DÍAZ-RUBÍN OVIEDO.
El Ayuntamiento cerró el ejercicio del año pasado con 63,7 millones de euros de liquidez, un 46,9% más de lo que tenían en caja en la contabilidad del año precedente. Así figura en el informe de la Cuenta General del ejercicio a la que ayer dio luz verde inicial la comisión de Economía. El salto es considerable en porcentaje pero también en valor absoluto: más de 20 millones de euros más de tesorería que en 2017. O lo que es lo mismo, hay esos 20 millones de euros largos de diferencia entre lo que recaudó e ingresó el Ayuntamiento a lo largo del año pasado y los pagos que ordenó en el mismo periodo. La baja ejecución presupuestaria, curiosamente, ha tenido el efecto contrario al que preveía Tesorería cuando el equipo de gobierno decidió remunicipalizar el servicio de Recaudación. La habilitada señalaba en sus proyecciones de caja que podría ser necesario recurrir a alguna operación de liquidez para compensar la pérdida de los adelantos de financiación que hacía la empresa privada mensualmente. No ha sido necesario nunca. El escenario es el contrario. La liquidez municipal ha ido creciendo desde entonces y se ha sostenido, a cierre de año, por encima de los 40 millones de euros, hasta saltar a los 63,7 millones del año pasado.
Un dinero que se reparte entre 33 cuentas bancarias, aunque 18 de ellas no registraron movimientos ni tuvieron saldo alguno el año pasado. El Ayuntamiento mueve la mayor parte de sus dineros -y mueve mucho al cabo del año- entre media docena de cuentas operativas abiertas en el BBVA, el Herrero, La Caixa, Popular, Cajastur, Caja Madrid y Santander. Entre las seis sumaban un saldo superior a los 50 millones de euros a finales del año pasado.


Lo grueso del resto, hasta los 63,7 millones de euros, se encontraba custodiado en una cuenta de alta remuneración abierta en Liberbank con 11 millones de euros disponibles. La 'calderilla' restante entre las cuentas asignadas a algunos servicios como la Escuela de Música, aparcamientos, derechos de examen o la abierta para procesos electorales. El resto, cuentas a cero, en las que las entidades financieras se apuran a no cargar los gastos o anular los apuntes negativos correspondientes.

Número rojos

Otros no se pueden borrar. La Cuenta General es el documento más completo sobre el estado financiero y contable de una administración y si el Ayuntamiento fuese una empresa al uso habría cerrado 2018 en pérdidas, con ahorro neto negativo por primera vez.
Los 'número rojos' del ejercicio se acercan a los 10 millones de euros (9.931.365 euros), según recoge la cuenta del resultado económico patrimonial, frente a los 3,6 millones de saldo positivo del año anterior y a los casi 36 millones en números verdes que dejó 2016.
El ahorro neto es la magnitud que expresa si los recursos de la entidad local han sido suficientes para la ejecución de su gestión ordinaria. Los 'números rojos' del Ayuntamiento se explican por la ligera caída de los ingresos tributarios, de 138,8 millones en 2017 a 137,4 el año pasado; la reducción de las transferencias recibidas en casi otros 1,8 millones, pero sobre todo por el aumento de los gastos corrientes. El de personal creció casi cinco millones de euros; las transferencias corrientes, en más de 4,2 y, además, el Consistorio se gastó 1,3 millones más en servicios. Lo que se llama ahora «gastos de gestión ordinaria» pasaron de los 199,5 millones de 2017 a casi 210,8 millones de euros el año pasado.
El ahorro neto tiene también otra virtud. Sirve como indicador de la capacidad que tendría la entidad local para hacer frente a futuras obligaciones por endeudamiento, porque los gastos financieros (los intereses) se tienen que pagar con cargo a los ingresos corrientes. Los números no son buenos.
Eso sí, es tan solo un indicador, un índice de referencia, una más de las complejas normas contables expresan ahora la estructura de gasto de las entidades. Hay otras cosas que nunca salieron en la Cuenta General: los 63 millones del palacete de Villa Magdalena, los 21 del Calatrava o los 4 del spa de Ciudad Naranco.

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