miércoles, 27 de noviembre de 2019

Carreño, ambicioso....

El tenista asturiano Pablo Carreño acaba de conseguir su primera Copa Davis con España

El actual ganador, con España, de la Copa Davis 2019, Pablo Carreño es el tenista que más lejos ha llevado la bandera asturiana en la historia del tenis mundial. Cuenta, además, en su palmarés con siete torneos ATP, y ha llegado a entrar en el top 10 mundial. Aunque en la actualidad ocupa el puesto 27, su gran objetivo para la próxima temporada es volver a estar entre los 10 mejores.
 
-Ha sido un año largo, empezando con las lesiones, luego hizo cuarta ronda en Melbourne, por segundo año consecutivo y, ahora, la Copa Davis. ¿Cómo sienta acabar el año así?
 
-Empecé el año con unas expectativas muy altas, venía jugando bien, con confianza, pero después de Australia sufrí muchas lesiones. Estuve prácticamente cinco meses sin poder jugar. No pude competir y eso hizo que la primera mitad del año no fuera como esperaba y las expectativas tuvieron que bajar un poquito. A partir de ahí, tuve que luchar mucho, sufrir mucho, y poder volver a estar a mi nivel. Creo que lo conseguí, estos últimos tres meses del año fueron muy buenos, a un nivel muy alto y ya pude competir todas las semanas que tenía previstas. Eso hizo que el ranking volviera a subir, que mi confianza volviera a ser alta y estar en el equipo nacional. Un triunfo en la Copa Davis que pone el broche a una temporada muy complicada y de la que he podido salir.
 
-Partido largo en su presentación en la Copa Davis, 6-7 (3), 7-6 (4) y 6-1 en dos horas y 39 minutos, ante Pella ¿qué sabor de boca se queda después de un partido así?
 
-Fue difícil porque yo tuve mi primer partido en cuartos de final con un jugador que ya había jugado en la fase clasificatoria y en los primeros partidos de la fase final y venía más rodado en la competición. Yo venía de llevar sin jugar tres semanas porque el calendario se había acabado hace dos y París no pude jugarlo. Yo creo que mi nivel fue bueno, sobre todo en el primer set, hasta que empecé a notar unas molestias en mi pierna izquierda, debidas un poco también al nivel de la competición, al no haber jugado ningún partido anteriormente. Además, el partido duró casi 3 horas con lo cual acabé físicamente muy cansado y, por ello, no pude tampoco jugar las semis. Me hubiera gustado haber ganado mi partido y, sobre todo no acabar tan mal físicamente, pero es una competición de equipo. Tienes un equipo detrás, la única vez en el año donde no tienes tú todo el peso del torneo y, por suerte, mi equipo es muy bueno y nos dieron el triunfo.
 
-¿Qué sensaciones ha tenido en esta Copa Davis? ¿Convence el formato?
 
-Sí. Yo creo que este formato era necesario, el anterior estaba ya un poco obsoleto. Los jugadores prácticamente no llegaban a jugar, sobre todo cuando se jugaba fuera de casa. Este cambio es una idea buena, un cambio necesario, aunque sí que es verdad que todavía hay que perfeccionar algunas cosas, pero creo que es el primer año. Y para ser el primer año ha sido bastante satisfactorio para todos. De cara a los próximos años hay que seguir mejorando para que el público, los jugadores y todo el mundo acabe viendo una competición de máximo nivel.
 
-¿Se había imaginado alguna vez teniendo en su palmarés de una Davis?
 
-Era mi sueño. Cuando empiezas a jugar al tenis, siempre, una de las competiciones más bonitas de ver y de jugar es la Copa Davis. He tenido la suerte de poder estar en este gran equipo, de poder participar jugando algún partido. Ojalá que los próximos años pueda seguir defendiendo al equipo español porque, aunque tenga ya una, no me voy a cansar de esta competición. Tener una Copa Davis en el palmarés es algo único en mi carrera.
 
-Habiendo entrado en 2017 en el top 10, y colocado ahora en el puesto 27. ¿Cómo es ser el mejor tenista asturiano de la historia de tenis?
 
-Es algo anecdótico para mí. Al final, yo estoy compitiendo a nivel mundial, y obviamente es muy importante ser el mejor asturiano en tenis. Juan Avendaño y Galo Blanco, que son los anteriores, los he tenido muy cerca durante toda mi carrera. Avendaño estaba de entrenador cuando yo me vine a Barcelona, y Blanco es director de la Copa Davis y le he visto cada día en Madrid. Muy contento porque para mi que el tenis en Asturias crezca es importantísimo. Es muy complicado dedicarse a este deporte con las condiciones y los recursos que tenemos en Asturias, pero es el ejemplo perfecto para que los niños vean que no es imposible, que se puede conseguir.
 
-Tuvo que irse a Barcelona muy joven, con 15 años, ¿Asturias se queda pequeña cuando quieres aspirar a lo más alto del tenis?
 
-Yo creo que un poco sí. Las condiciones son difíciles, no tienes prácticamente ninguna facilidad. Tienes que viajar mucho y los viajes no son ni baratos ni cómodos. Creo que habría que ayudar un poquito mas a la gente a poder dedicarse al tenis. Yo con 15 años me tuve que ir de mi casa para poder dedicarme a lo que me gustaba, lo que era mi sueño. Y me ha salido bien. Pero conozco a mucha gente que he tenido que hacer lo mismo que yo y no le sale tan bien. Al final, el poder dedicarme a lo que quiero, sin tener que abandonar tu sitio y alejarte de tus seres queridos, facilitaría mucho las cosas. Ojalá que en un futuro se puedan mejorar este tipo de cosas, pero yo lo veo muy complicado, sinceramente.
 
-¿Qué superficie le supone mayores retos? ¿Y en cuál se encuentra más cómodo?
 
-Creo que soy un tenista que se amolda bastante a todas las superficies. Quizás la hierba es la que peor se me da, la que menos he jugado porque son solo cuatro torneos al año. En los últimos años no he podido jugar todas las semanas y es la que más guerra me está dando. En cuanto a la tierra batida y la pista rápida, creo que se me dan bastante bien. Por eso los resultados que he tenido: cuatro títulos en tierra y los otros tres, en pista dura. Creo que mi juego se amolda bastante bien a esas dos superficies y yo me noto muy cómodo jugando en ambas.
 
-Cambiando un poco de superficie, ahora que se ha recuperado el formato. ¿Podremos verle en algún momento en la playa de Luanco?
 
-Para mí el torneo de Luanco es un torneazo. Es algo muy bonito. Lo he vivido de espectador todos los veranos cuando vivía en Gijón, y también he participado varios años, invitado por la organización. Es muy bueno, tanto para el tenis asturiano como para el español, que vuelva un torneo de esas características tan peculiares. La organización ya se ha puesto en contacto conmigo y ya les he transmitido que yo estaría encantado de poder jugar en Luanco, pero el calendario del tenis es muy complicado. Además, el año que viene creo que coincide con un Masters 1000, y también están los Juegos Olímpicos, se nos complica un poquito mal. Creo que tendrá que ser más adelante, pero me encantaría.
 
- ¿Qué retos se plantea para la próxima temporada? ¿Cuál es su gran objetivo?
 
-Mi principal objetivo es poder jugar todo el año. No recaer de las lesiones, tener un año tranquilo en cuanto a problemas físicos. Y a partir de ahí, las cosas vendrán solas. Se ha visto este año que, siempre que las lesiones me lo permiten, tengo tenis de sobra para estar ahí arriba. El volver a ese top 10, o al menos a estar entre los 15 mejores, sería una cosa muy bonita.

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