viernes, 31 de marzo de 2017

Destripando un Smartphone...

14 elementos presentes en tu móvil que deberían preocuparte seriamente

La obtención de muchos de los componentes de nuestros móviles implica desde desastres ecológicos a guerras, explotación infantil y serios problemas de reciclaje

Foto: Chevanon Photography
Foto: Chevanon Photography
Según las conclusiones de un estudio de 2015 de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Físicas de la Universidad de Surrey sobre el impacto medioambiental de los móviles inteligentes, el uso de un smartphone de gama alta libera a la atmósfera a lo largo de su vida útil 95 kilos de CO2. Si a este dato le sumamos que en nuestro país hay más de 50 millones de móviles en funcionamiento, tendremos una idea bastante exacta del poder contaminante de este aparato, que se nos ha convertido en un amigo imprescindible.
Por otro lado, según un informe de 2014 de la Sheffield Hall University, hasta un 44% de los smartphones que hoy se emplean acabarán guardados en un cajón, convirtiéndose en auténticas "minas urbanas", según la asociación TeloReciclo, aparecida recientemente para tratar de recolectar estos móviles y así recuperar y revertir al ciclo industrial todos los elementos químicos valiosos que contienen.
El apelativo de 'mina urbana' se lo da la asociación para advertir de la peligrosidad ambiental de lanzar estos aparatos olvidados a la basura: muchos de sus componentes son altamente tóxicos para el medio ambiente cuando no difícilmente biodegradables, como ocurre con el plástico, que puede llegar a ser hasta el 54% de un móvil. Hay que tener en cuenta que más del 90% de los componentes de un móvil son reutilizables
Pero más allá de las consecuencias de un mal reciclado de un smartphone, convienen analizar también en qué condiciones se obtienen la mayoría de los componentes y qué consecuencias sobre la naturaleza y las personas tiene su extracción. En este artículo trataremos de reflexionar sobre ello a través de catorce de los principales componentes que caracterizan a un móvil, al menos por la importancia de su función. 
Foto: JÉSHOOTS
Foto: JÉSHOOTS

1. Wolframio

Cada vez que tu móvil vibre porque lo tengas en modo silencio en el cine o el teatro, o bien porque te mandan un aviso de Whatsapp, debes pensar en el wolframio. Aunque está en bajas cantidades, se utiliza para provocar la vibración ante un impuso eléctrico. Se obtiene mayoritariamente de las minas de la República Democrática del Congo, donde señores de la guerra se disputan territorios violando y matando a la población local para controlar la explotación de este material y otros tantos incluidos dentro de los llamados minerales de sangre. El wolframio también participa en los circuitos eléctricos. 

2. Oro

Los circuitos impresos de las placas donde van unidos los microchips se bañan en oro en los smartphones de gama alta para mejorar su conductividad. Es otro mineral de sangre que también se obtiene de las minas del Congo, con lo que ello implica: las mayores matanzas desde la Segunda Guerra Mundial.

3. Estaño

También se utiliza en los circuitos impresos para soldar puntos de conexión. Tiene el mismo origen que los dos anteriores y por lo tanto también se le considera un mineral de sangre cuando procede del Congo.

4. Tantalio

Es otro elemento mineral que obtiene también en el Congo a partir del trístemente célebre  coltán, que dio originalmente nombre a los minerales de sangre. Aunque cada vez se usa menos, sigue empleándose por las marcas más baratas y competitivas -que hacen una mayoría de aparatos- para hacer microcondensadores eléctricos.

5. Tierras raras 

Se llama tierras raras a 17 elementos químicos que se obtienen en minas de cielo abierto en China sin ningún control ambiental de filtraciones a los ríos o a la atmósferade v astando la naturaleza a su alrededor y desplazando a cientos de miles de personas. Son en concreto lantanoceriopraseodimioneodimioprometiosamarioeuropiogadolinioterbiodisprosioholmioerbiotulioiterbio y lutecioescandio e itrio.
Son responsables tanto de que puedas hablar por el teléfono como de que puedas consultar twitter por la noche, ya que se intervienen tanto en la iluminación de la pantalla como en la reproducción del sonido, lo cual los hace sin duda muy importantes. Para colmo de males, son difíciles de reciclar en repetidos ciclos.

6. Litio

El litio se obtiene también en minería en cielo abierto, por ejemplo en los salares como el de Atacama, que suelen ser además espacios naturales protegidos y fundamentales para las aves. Su mayor peligro es la concentración de hidróxido de litio, que es altamente corrosivo. El litio es fundamental para las actuales baterías de ion litio.

7. Cobalto

El cobalto también participa en las baterías y junto al litio conforman el 4% de la composición de los móviles. Su principal problema es que se extrae en el Congo de minas de profundidad mediante la explotación de niños que llegan a trabajar hasta 12 horas bajo tierra por un sueldo menor a dos dólares. 

8. Cobre

El cobre tiene múltiples funciones dentro del móvil como conector y conductor eléctrico y llega a ser el 15% de la composición total. Su extracción a cielo abierto afecta al paisaje y también a la atmósfera, donde puede permanecer en polvo durante bastante tiempo hasta que precipita por la lluvia y va a parar a los acuíferos o a se queda en el subsuelo, donde es un agente muy nocivo para la biodiversidad vegetal.

9. Plástico

Este derivado del petróleo cuya obtención es sumamente tóxica y contaminante, no se degrada y quedará como acumulación en vertederos con el tiempo. Puede llegar a suponer el 54% de tu móvil dependiendo de la marca y la gama, y se encuentra tanto en las placas interiores como en la carcasa. 

10. Aluminio

Si eres de los usan productos Apple y crees que son más limpios, no te quedes tranquilo: aunque hay cierta controversia sobre su alcance, la acumulación en vertederos del aluminio de la cubierta también puede llegar a ser un problema de toxicidad, al igual que su extracción. Se desconocen los efectos a largo plazo de una posible bioacumulación, aunque algunos expertos apuntan a su influencia en enfermedades como el Mal de Alzehimer, sin que esta aserción esté de momento confirmada. 
Respecto al proceso de extracción, suele ser minería a cielo abierto. En estas minas se extrae la bauxita, el oxido hidratado de aluminio. En las fundiciones de aluminio, la bauxita es sometida a diferentes procesos que culminan con la electrólisis mediante la cual se consigue la extracción del aluminio licuado. Para conseguir una tonelada de aluminio se necesita procesar unas cuatro toneladas de bauxita. Este proceso genera unas cinco toneladas de lodo cáustico que contaminan los acuíferos y pueden dañar la salud de personas y animales. 
Foto: Adrianna Calvo
Foto: Adrianna Calvo

11. Níquel

El níquel se utiliza en los recubrimientos de carcasas, botones, etc. Es un mineral que se obtiene principalmente en Canadá, Rusia y Cuba sin grandes complicaciones. Sin embargo, se sabe que a altas proporciones provoca importantes reacciones alérgicas en los seres humanos.

12. Plata y paladio

Estos elementos son minoritarios pero imprescindibles para conformar los circuitos eléctricos de nuestros smartphones. El principal problema es que se obtienen en minas del Tercer Mundo con explotación humana y métodos agresivos con el medio ambiente. Se desconoce sus consecuencias si se filtran al medio ambiente, por ejemplo a los acuíferos o bien si se acumulan en el subsuelo y pasan a las hortalizas.

13. Arsénico

Se usa para captar las señales electromagnéticas. También se desconocen sus consecuencias al filtrarse al medio ambiente, por ejemplo en un vertedero. El arsénico, por otro lado, es un veneno muy letal.

14. Mercurio

Junto al yodo, el mercurio se utiliza para producir colores en las pantallas de los móviles. Se trata de un elemento peligroso por su tendencia a bioacumularse en los animales que ingerimos, así como por su toxicidad. Los termómetros de mercurio fueron precisamente prohibidos por su difícil, cuando no imposible, reciclaje y lo que esto suponía, al ir a parar a vertederos, filtrarse al suelo y contaminarlo. 
Foto: Kaique Rocha
Foto: Kaique Rocha

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