domingo, 21 de enero de 2018

La Grosse C.seguirá mandando en la U.E.

El líder del SPD, Martin Schulz, pedía el 'sí' al preacuerdo para formar un Gobierno estable

COLPISA/ AFP

El Partido Socialdemócrata (SPD) alemán ha dado hoy luz verde a la apertura de negociaciones formales para una nueva gran coalición de Gobierno con el bloque conservador de la canciller, Angela Merkel.
El congreso federal del SPD, celebrado en Bonn, se pronunció por mayoría a favor de la línea de su líder, Martin Schulz, que pedía el sí al preacuerdo para formar un Gobierno estable en Alemania, mientras que las Juventudes del partido y otras corrientes internas abogaban por ir a la oposición.
Europa también estaba pendiente de lo que iba a ocurrir. El viernes, en París, la canciller alemana y el presidente francés, Emmanuel Macron, insistieron en la importancia de una Alemania que funcione para reformar la UE.
Los 600 delegados del congreso del partido socialdemócrata alemán (SPD), reunidos en Bonn, tendrán que aceptar o rechazar el resultado de las negociaciones preliminares con los conservadores, que la semana pasada desembocaron en un borrador de programa común con la CDU de Merkel y sus aliados bávaros (CSU).


Un resultado favorable este domingo por la tarde conduciría a nuevas negociaciones para formar un gobierno a finales de marzo. Pero un "no" pondría a Alemania en una situación inédita. Merkel tendría que elegir entre formar un gobierno en minoría o convocar elecciones legislativas anticipadas, una opción muy arriesgada para ella.
Hasta la fecha, la canciller ha rechazado ambas posibilidades, ante el temor de que unas nuevas elecciones impulsen aún más a la AfD (ultraderecha), que en septiembre recabó un 13% de escaños, un récord.
Y el SPD, que salió muy mal parado en las legislativas (20,50%) y se desploma en los sondeos desde entonces, está profundamente dividido ante la perspectiva de prorrogar la gran coalición ("GroKo") saliente con Merkel.
Para el jefe del partido socialdemócrata, Martin Schulz, y la mayoría del resto de dirigentes, se trata de evitarle a Alemania una crisis gubernamental prolongada y, de rebote, una dañina parálisis a la Unión Europea, justo cuando se tienen que negociar reformas clave en materia económica, presupuestaria y migratoria. Para Schulz, se trata también de evitar unas elecciones anticipadas en las que los "electores castigarán" a quienes fueron incapaces de formar gobierno.
En cambio, parte de la militancia socialdemócrata considera que la formación necesita una cura de oposición y un giro a la izquierda para sobrevivir. Según ellos, la única que ha sacado provecho del gobierno en coalición ha sido Merkel, pese a que algunas de las reformas más populares, como la introducción del salario mínimo, fueran obra del SPD.
Esos militantes, agrupados bajo el lema #NoGroKo y liderados por el jefe de las juventudes del partido, Kevin Kühnert, consideran que se hicieron demasiadas concesiones a los conservadores en los diálogos preliminares de enero, especialmente en lo que respeta a fiscalidad, sanidad e inmigración.
En unas votaciones simbólicas, las federaciones del SPD de Sajonia-Anhalt y de Berlín rechazaron esta semana el proyecto de coalición.

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