lunes, 9 de abril de 2018

NOZAR de nuevo al aire....

La administración 

concursal 

de Nozar solicita la nulidad 

de todo el proceso

El concurso de acreedores de Nozar lleva abierto cerca de una década. El grupo inmobiliario controlado por la familia Nozaleda fue una de las compañías más representativas de la pasada era del boom del ladrillo
Cartel de Nozar en un edificio de viviendas.
Cartel de Nozar en un edificio de viviendas. Efe.
Nueva vuelta de tuerca en el concurso de acreedores más extraño de España, un proceso que ha puesto patas arriba los preceptos de la Ley Concursal y también las leyes del espacio/tiempo.
La administración concursal de Nozar ha requerido al juez la nulidad de todo el proceso tras cerca de una década de instrucción, ante el estupor de los acreedores del grupo inmobiliario controlado por la familia Nozaleda. Mientras que numerosos proveedores de la compañía han sufrido en sus carnes las consecuencias del concurso de la inmobiliaria -la imposibilidad de cobrar sus deudas a la empresa les ha situado en una posición límite-, los Nozaleda han conseguido de momento evitar la liquidación de su compañía así como el pago de las deudas al mantenerse en situación concursal.
Los administradores concursales de Nozar -el tercer equipo de administración concursal designado desde que se declarara el concurso-, compuesto por los profesionales Iker Filloy (Zubizarreta Concursal) e Itsaso Santos, solicitaron en mayo de 2017 la nulidad de las actuaciones seguidas en el concurso. Sin embargo, la petición de la administración concursal al Juzgado Mercantil número dos de Madrid no ha sido conocida por las partes personadas en el proceso hasta el pasado mes de enero, informan fuentes presentes en el concurso.
El juez del concurso de Nozar modificó la fecha de la declaración del concurso de la inmobiliaria
La actual administración concursal de Nozar basa su requerimiento en el auto de la Audiencia Provincial de Madrid, de mayo de 2017, por el que se anuló la decisión del juez a cargo del concurso de la compañía, el magistrado Andrés Sánchez Magro, de retrasar la fecha de la declaración del concurso.
A finales de 2008, un acreedor de Nozar, la sociedad Avalatransa, instó el concurso de la inmobiliaria, solicitud que fue rechazada. Sin embargo, poco después, el mismo juzgado declaró el concurso voluntario de Nozar, uno de los mayores sucedidos en España, con un pasivo cercano a los 2.000 millones de euros.
Avalatransa recurrió ante la Audiencia Provincial de Madrid la decisión del juzgado, y el tribunal dio la razón a la empresa acreedora de Nozar, dictando que "procedía la declaración de concurso necesario" de la inmobiliaria. El juzgado mercantil dictó el 17 de septiembre de 2010 auto declarando el concurso necesario de Nozar. Pero lo hizo retrotrayendo la fecha de la declaración del concurso al 21 de noviembre de 2008, cuando Avalatransa instó el concurso de Nozar, y no a septiembre de 2009.
La modificación de las fechas fue crucial para la suerte de los Nozaleda y su inmobiliaria, y también de sus acreedores, cambiando la calificación de parte de los créditos y abriendo la puerta a que el proceso se acogiera a la antigua Ley Concursal. El auto del pasado año de la Audiencia Provincial advertía que la decisión del juez de modificar las fechas del concurso "no solo vulneró una resolución firme (...) sino que modificó sin competencia funcional para ello esa misma resolución, lo que supone su nulidad de pleno derecho (...)".
Nozar gestionaba en 2006 activos inmobiliarios valorados en 2.780 millones
El concurso de Nozar prosiguió pues, desde septiembre de 2010, como si este se hubiera declarado en noviembre de 2008. Los Nozaleda trataron de alcanzar un convenio de pago con los acreedores, fundamentalmente basado en que, gracias a esa modificación de las fechas del concurso, podrían reclamar la devolución de créditos financieros millonarios, e imponiendo una quita del 75% y una espera de 15 años para proceder al pago de las deudas. Pero el convenio propuesto fue rechazado, lo que debería haber llevado al grupo a la liquidación. Sin embargo, Nozar recurrió al Tribunal Supremo ese rechazo al convenio, y desde entonces el proceso está en una especie de limbo concursal que se va enredando, y enredando.
La actual administración concursal de Nozar dice en su escrito al juez, al que ha accedido este diario, que ese auto de la Audiencia Provincial del pasado año por el que se instaba al juez a no modificar las fechas de la declaración del concurso "tiene consecuencias directas en la aprobación del convenio, así como en la globalidad del procedimiento concursal, ya que el listado definitivo de acreedores, la masa activa del concurso, e incluso los créditos contra la masa son modificados como consecuencia de la señalada resolución". La fecha de la declaración del concurso, subraya la administración concursal, "es el pilar sobre el que se basa el procedimiento", por lo que reclama "la nulidad de actuaciones en el proceso concursal". El juez todavía no se ha pronunciado sobre dicha reclamación de los administradores concursales.
El grupo Nozar, creado en 1981, fue una de las grandes inmobiliarias del boom. En 2006 la compañía gestionaba activos inmobiliarios valorados en 2.780 millones de euros y un año antes había alcanzado una facturación de 575,6 millones. El imperio Nozar sobrepasaba el universo inmobiliario; la familia Nozaleda era propietaria de, por ejemplo, la bodega Enate, de Qualia Lácteos -con Quesos El Valle-; de complejos turísticos como Panticosa o Boi Taull; accionistas del grupo de colchones Flex, deGalerías Primero. Además de contar con valiosas obras de arte, los Nozaleda también fueron accionistas destacados de otras inmobiliarias del boom, Astroc y Colonial.

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