domingo, 29 de abril de 2018

Peligrosos desequilibrios....

El déficit de la Seguridad Social en Asturias crece un 20,5% en los últimos tres años

El déficit de la Seguridad Social en Asturias crece un 20,5% en los últimos tres añosGráfico
Unos jubilados descansan en un banco del Campo Valdés. / JOAQUÍN PAÑEDA

El desequilibrio entre pensiones y cotizaciones alcanza su máximo histórico en Asturias con 2.700 millones

SUSANA BAQUEDANO GIJÓN.
Aún no disponía de todos los datos, pero Fátima Báñez ya anticipaba en enero que la Seguridad Social acabaría 2017 con el mayor déficit de la historia: 18.800 millones de euros. La ministra de Empleo exponía el balance del sistema en el Congreso de los Diputados, donde quiso presumir de logros y mejoras pero donde también reconoció que la desviación presupuestaria sigue siendo alarmante. El desequilibrio entre el gasto en pensiones y los ingresos por cotizaciones viene siendo preocupante desde hace años en casi todas las comunidades autónomas, especialmente en Asturias, que ha vuelto a batir un nuevo máximo histórico al cierre de 2017: 2.700 millones de euros.
Según las cifras ya definitivas del Ministerio de Empleo y correspondientes al pasado ejercicio, el gasto en pensiones contributivas alcanzó en el Principado los 4.433 millones de euros mientras que los ingresos se quedaron en 1.731 millones, con lo que la diferencia entre estas dos cantidades arroja el resultado citado de 2.700 millones.


En los tres últimos años el boquete en Asturias se ha agrandado un 20,5%, un problema estructural que la región arrastra desde hace décadas, pero que se agrava cada año a consecuencia del envejecimiento y la pérdida de población. Así, por tanto, la idea de que el Principado sostuviese ese gasto con recursos generados en la propia comunidad se antoja imposible a la luz de los datos, por lo que se ve abocada a depender de la solidaridad de la caja única de la Seguridad Social.
Este desajuste entre pensiones y cotizaciones afecta a casi todas las comunidades autónomas, salvo excepciones -en 2017 solo hubo superávit en Baleares- y al conjunto del sistema, pero Asturias encabeza el comportamiento diferencial negativo del país, junto a Cataluña, Andalucía, Galicia y Castilla y León.
En un momento de tensiones independentistas, resulta destacable el hecho de que buena parte de esa desviación corresponde a Cataluña, que según los datos de Empleo tuvo un desfase de unos 4.500 millones de euros durante 2017. Especialmente compleja es la situación de Barcelona, que tal y como ha reconocido Báñez en más de una ocasión es la provincia más deficitaria de España.
En Navarra, donde el pasado domingo dos asociaciones de jubilados -Pentsionistak Martxan y Sasoia- organizaban una manifestación en Pamplona para reivindicar un sistema público de pensiones propio para la comunidad foral, el agujero de la Seguridad Social se ha agrandado en los tres últimos años nada menos que un 60%.
El Ministerio de Empleo ha reconocido que 2017 pasaría a la historia como el año más negro de la Seguridad Social, pero espera para este 2018 una moderación en el déficit. «Hemos iniciado el camino de la vuelta al equilibrio del sistema y se ha revertido, por primera vez desde 2008, el déficit del sistema», expuso Báñez. Esta situación, según Empleo, se debe a que en ese mismo 2017 las cotizaciones sociales alcanzaron los 109.166 millones, que es también la mayor cifra de la historia. En Asturias, sin embargo, las cotizaciones sociales se quedaron atrás respecto a los ejercicios anteriores. Mientras que en 2015 y 2016 se recaudaron más de 2.000 millones de euros, en 2017 la cifra se quedó en poco más de 1.700 millones. Así, por tanto, las cotizaciones de los trabajadores asturianos se han visto reducidas un 16% en los últimos tres años.
En Asturias, el problema de la protección social aparece aún con mayor complejidad que en el conjunto de España, debido al envejecimiento y a la pérdida de población. Sobre la solidaridad del sistema, el presidente del Principado, Javier Fernández, ha venido defendiendo un claro argumento: «Si Asturias recibe más de lo que aporta en este momento es porque los pensionistas asturianos actuales cotizaron más que en el resto de España en su día, y contribuyeron a mantener a los pensionistas del conjunto del Estado cuando estaban activos desde el punto de vista laboral».
Y es que el actual sistema de financiación de la Seguridad Social se apoya en la idea de la solidaridad, que, a su vez, opera en tres ejes diferentes: solidaridad entre generaciones, de los activos respecto de los pasivos y entre los distintos territorios de la Nación.
El artículo 87 de la Ley General de la Seguridad Social señala que el sistema financiero de la Seguridad Social es el de reparto, es decir, que impone sacrificios a los jóvenes respecto de los mayores; a los sanos respecto de los enfermos, a los ocupados respecto de los que se hallan en situación de desempleo, y a los de actividades económicas en auge respecto de los sectores deprimidos.
A estos vínculos de solidaridad se unen los importantes lazos que se producen entre las distintas comunidades autónomas. Un determinado territorio podría ser deficitario, si sólo se consideraran aisladamente los cotizantes y pensionistas que viven allí. En España, son las cotizaciones procedentes de los residentes en otros territorios los que salvan la situación, conformando lo que el Tribunal Constitucional denomina solidaridad interterritorial.

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