domingo, 14 de enero de 2018

Pronto envejecemos...

Sin necesidad de votación, el máximo órgano de decisión de Podemos, el consejo ciudadano estatal, ha cerrado filas en torno al liderazgo de Pablo Iglesias, cuestionado por sus aliados —principalmente IU— y resentido internamente por la caída en las encuestas y la gestión sobre el conflicto catalán, que desembocó en unos malos resultados el 21-D. "El año no ha acabado bien, hemos tenido un mal resultado electoral en Cataluña. Si el de hace dos años fue malo y lo calificamos de altamente decepcionante, el del 21-D ha sido peor. Deberíamos haber hecho las cosas mejor", reconoció ante los suyos Iglesias. El informe político del secretario general, marcado por la autocrítica, ha desembocado en un largo debate de casi cinco horas, con buena acogida de las palabras del líder de la formación y un contundente consenso sobre la necesidad de reforzar la apuesta para el ciclo electoral 2019-2020.
La maratoniana jornada comenzó con una afirmación de Iglesias sin dejar lugar a los grises: "Seguiré dejándome la piel y la salud para ser el próximo presidente del país. No puedo garantizar que lo consigamos, pero sí que lo intentaré", para rematar añadiendo que "el día que me digáis que mi puesto está en otro sitio, no me costará nada de esfuerzo estar en esa otra posición, pero ahora trabajaré para las municipales y autonómicas y ganar las elecciones en 2020". Así será, y toda la dirección, con especial protagonismo de los líderes territoriales, ha decidido volcarse en preparar la campaña para las municipales y autonómicas, convencidos de que serán el impulso imprescindible para llegar a las generales con opciones de conquistar la Moncloa.


Íñigo Errejón incluso recibió el mandato de poner en marcha ya su campaña para "ganar la Comunidad de Madrid", previas primarias en las que su candidatura contará con el total respaldo de Iglesias, según le trasladó personalmente el secretario general. La batalla contra Cristina Cifuentes, presidenta autonómica, será crucial para los intereses de la formación, que tratará asimismo de revalidar la alcaldía madrileña para mantener su poder una plaza que consideran fundamental, y Errejón es para Iglesias "el compañero mejor dotado para ganar las elecciones en la Comunidad de Madrid y para encabezar un proyecto de cambio".
Iglesias adoptará un perfil bajo en el conflicto catalán, que ha lastrado las opciones electorales de Podemos en el resto de territorios
A los consensos internos ha contribuido también el giro estratégico respecto a Cataluña. Iglesias dejará en manos de la confluencia catalana, Catalunya en Comú-Podem, el protagonismo sobre esta cuestión, marcando cierta distancia en este debate desde Madrid. A partir de ahora, Iglesias tendrá un perfil bajo en el conflicto catalán, que ha lastrado las opciones electorales de Podemos en el resto de territorios, y se incrementará la oposición sobre el 'procés', cuya estrategia considera "agotada".
La primera muestra de este cambio discursivo ha sido que Iglesias, preguntado por las posibilidades de que Carles Puigdemont pueda ser investido telemáticamente, ha remitido a las declaraciones de los 'comuns', manifestándose en contra de que "pueda gobernar desde Bruselas". Precisamente, este mismo sábado la portavoz de la confluencia catalana, Elisenda Alamany, ha reclamado una "propuesta que pueda gobernar Cataluña desde Cataluña". La segunda muestra es que el concepto de "presos políticos" ya no está en el diccionario podemita, que trata de oxigenarse priorizando las cuestiones sociales a las territoriales.


Despejado cualquier tipo de duda sobre el liderazgo del partido, asumida una profunda autocrítica, no solo sobre Cataluña, sino también sobre cuestiones como la incapacidad para colocar temas sociales en la agenda política y, sobre todo, volviendo a engrasar su máquina de guerra electoral, Podemos hace borrón y cuenta nueva para encarar un nuevo año sin fisuras con la vista puesta en las próximas citas electorales. En este contexto, la ruptura con el PSOE de Pedro Sánchez es evidente, y aunque se le achaca a la falta de interés del líder socialista para echar a Rajoy y coordinar medidas parlamentarias, aflora también la necesidad de marcar perfil propio y retomar la batalla por la hegemonía de la izquierda.
"Algunos nos dicen que fuimos ingenuos, pero Pedro Sánchez ha envejecido muy pronto"
Tratando de enfundarse un guante blanco, y sin caer en descalificaciones gruesas con el fin de recuperar el trasvase de votos hacia el PSOE y volver a movilizar al electorado de izquierdas, Iglesias ha inaugurado su competición contra Pedro Sánchez reprochándole que haya hecho lo mismo que se podría esperar de la baronesa andaluza, Susana Díaz. "Algunos nos dicen que fuimos ingenuos, pero Sánchez ha envejecido muy pronto", afirmó. Las posibilidades de entendimiento entre ambas organizaciones "se han estrechado", y aunque mantiene la mano tendida para pactar una moción de censura que desaloje de la Moncloa a Mariano Rajoy, el hartazgo es patente porque "el PSOE no quiere" y por tanto "no podemos esperar".
Ante este cansancio manifestado por Iglesias esperando a un Pedro Sánchez que no parece estar a la altura de las expectativas de Pablo Iglesias, la formación ha decidido retomar la iniciativa y pasar a los hechos. Una decisión que se traducirá en una batería de iniciativas parlamentarias. La primera de ellas será una Propuesta de Ley en el Congreso sobre los impuestos a la banca, una medida incluida en su programa electoral y que Sánchez propuso esta semana en un desayuno informativo. "Hay que pasar de los desayunos informativos a los hechos", reiteró Iglesias a la conclusión de la reunión preguntado por los pormenores de esta iniciativa.

No hay comentarios: