martes, 20 de diciembre de 2016

Manualillos de Inversión ( 1 )

¿Dónde invertir el año que viene?


Marisa Cabrita
En la segunda mitad de 2016 se han observado suaves mejoras en el crecimiento económico global, que podrían contribuir a una situación de desarrollo para los activos de mayor riesgo. El consumo debería seguir reforzando el crecimiento de las economías de los países desarrollados, aunque pueda permanecer en niveles modestos y provocar que el exceso de oferta se mantenga. Con el fin de la era de hielo de las tasas de interés en 2017 y en un escenario en el que se mantiene la incertidumbre como denominador común, con expectativas de una política fiscal neutra en Europa, de una política fiscal expansiva y de la normalización de política monetaria en EE.UU., una cartera diversificada podría permitir reducir los niveles de riesgo y ofrecer rentabilidad.
 Las expectativas para 2017 son de rentabilidad moderada en un entorno de picos de volatilidad. A pesar del escenario de tasas de crecimiento económico relativamente modestas y de la normalización de la política monetaria, la renta variable (stock picking con ratios deuda/activos reducidos) podría ser, en detrimento de la renta fija, una fuente de valor, y las divisas y materias primas fuentes de diversificación.
En un escenario de casi pleno empleo, con un crecimiento soportado por la demanda interna, si Donald Trump tiene éxito con su programa de estímulo fiscal, los intereses podrían tener un fuerte impacto negativo sobre la renta fija, en particular sobre los bonos soberanos. Sin embargo, si las políticas de Donald Trump son realmente capaces de aumentar el crecimiento económico, este efecto podría ser mitigado. Por lo tanto, en EE.UU., las empresas expuestas positivamente al aumento de las tasas de interés, como las financieras, podrían tener mejor rendimiento al ser expuestas al ciclo económico y al estar menos endeudadas. Si analizamos las empresas que componen el Dow Jones, como The Travelers Co, Nike Inc o Exxon Mobile, destacan por tener bajos ratios de deuda sobre el total de activos. Compañías como IBM, Apple, Pfizer y Cisco destacan por una previsión de Price Earnings para el próximo año por debajo del índice agregado.
Las perspectivas de crecimiento económico y de inflación en la zona euro, a pesar del crecimiento económico, podrían seguir siendo modestas. En este escenario, los altos niveles de deuda pública constituyen un obstáculo importante para llevar a cabo una política fiscal más flexible. Teniendo en cuenta el apoyo del BCE, los bonos europeos high yield podrían seguir ofreciendo un cierto valor. Para la renta variable, la baja rentabilidad de las empresas europeas se ha llevado por delante alguna de las más atractivas. Sin embargo, el sector bancario europeo continuará bajo presión, con los bancos como foco de atención especial. Cualquier reducción en la confianza podría llegar a ser sistémica. Además, el escenario seguirá manteniendo perspectivas de rentabilidad reducidas para las financieras europeas.

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