domingo, 19 de febrero de 2017

Manualillos de Inversión ( 1 ) Divisas.


El duro viaje del dólar hacia la paridad con el euro... ¿cómo aprovecharlo?






El mercado de divisas es una de las mayores incógnitas del siempre difícil mundo financiero. Y ahora el dólar puede estar más complicado que nunca, dado que en él confluyen riesgos políticos propios (la controvertida y contradictoria recién iniciada legislatura de Donald Trump cuyas políticas son pro-dólar fuerte, pero sus declaraciones no lo son tanto) y ajenos (las múltiples citas electorales de este año en Europa, que en teoría deberían presionar al euro hacia la depreciación), además de unas aún no totalmente claras políticas monetarias de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo. Por eso, no es tan fácil vislumbrar lo que puede ocurrir con el billete verde, aunque parece haber un consenso generalizado de los analistas a favor bien de su posible apreciación, bien de su estabilización en niveles parecidos a los actuales.
Gema Martínez-Delgado, de Merchbanc, contextualiza: «Se ha consolidado un rango relativamente estable de cotización entre 1,05 y 1,15 en la referencia contra el euro, lo que nos hace pensar que salvo que Europa tienda a la desfragmentación o el BCE no sea capaz de retirar estímulos, ya hemos visto prácticamente el movimiento». Pero esta experta no descarta una subida del billete verde más allá de los niveles actuales: «Existen algunos factores que en los próximos meses podrían llevar al dólar a aproximarse a la zona de la paridad: por ejemplo, un repunte fuerte y continuado de la inflación en EE.UU., unido a un incremento del déficit y del proteccionismo». Aunque luego apunta que a Trump seguramente no le interese un dólar mucho más fuerte. Ya ha utilizado su «capacidad mediática», como la llama Martínez-Delgado, para contener la apreciación del billete verde acusando a Europa, China y Japón de mantener sus monedas artificialmente deprimidas. Por eso, la experta de Merchbanc concluye que ya deberíamos haber visto los máximos del dólar o, en su defecto, ya estaríamos muy cerca de ellos. 
Borja Gómez, de Inverseguros-Dunas Capital, apunta que en el entorno de 1,05 la divisa estaría bien valorada. Lo único es que, en su opinión, el tipo de cambio estaría ahora descontando dos subidas de tipos y el equipo de mando de la Reserva Federal está defendiendo la posibilidad de tres movimientos. Ello implica que a la curva americana le quedaría descontar ese endurecimiento monetario adicional y, por tanto, también al dólar. Por eso, en su opinión, podría tener algo más de recorrido, hasta 1,03 o 1,04. Y, quizás, algo más, por la incertidumbre política europea. Gómez apunta que, dado que el calendario está tan salpicado de elecciones, al euro, ante resultados favorables de una de las citas, no le va a dar tiempo a recuperarse porque poco después va a haber otro evento que puede generarle tensión. 
Más optimistas
Manuel Domínguez-Blanco, de Moneycorp, sí parece más convencido de que al dólar le queda potencial alcista: por la divergencia de las políticas monetarias a uno y a otro lado del Atlántico, por la diferente fortaleza económica de Europa y EE.UU., las políticas fiscales y el proteccionismo americano. Además, todo ello combinado puede provocar que el bono americano a diez años se vaya al 3% de rentabilidad, un nivel atractivo que puede provocar mayores entradas de capitales en el país, algo también apreciatorio para la divisa. Por análisis técnico, el experto de Moneycorp apunta que si cae por debajo del nivel de 1,054 unidades, irá a 1,0350 y a partir de ahí, podría enfilar la paridad. 
Marián Fernández, de Andbank, sí cree que en algún momento del año llegará a la paridad, aunque también detecta una limitación para una apreciación mayor del billete verde: la comunidad inversora ya está muy larga de dólares. Rose-Marie Boudeguer, de Banca March, por su parte, no descarta la paridad. Pero apunta que si llega a ella, habrá una intervención, conversaciones, un acuerdo entre los bancos centrales, aunque no sea del todo explícito. «El dólar va a seguir fuerte, pero no va a bajar de 1», asegura Boudeguer. No sólo por esta posible intervención, también porque el euro tiene un soporte y éste es el superávit comercial de la Unión Monetaria. Bien es verdad que hay expertos que sí creen que se puede perforar el nivel de 1 si el mercado percibe que la integridad de la zona euro está en peligro, como los de JP Morgan. 
Enrique Díaz-Álvarez, de Ebury, resume el entuerto: si bien el contexto crea un panorama cómodo para la apreciación del dólar a medio y largo plazo, la agresiva retórica proteccionista de Trump y la ausencia de claridad en política fiscal lo ha frenado. «Habrá que estar muy atentos a los movimientos y declaraciones de la Administración Trump, dado que podría condicionar la cotización del dólar», apunta. Pero, según su escenario, debería llegar a la paridad en el primer semestre. 
¿Un 7% de potencial?
De ser así, como resalta Marián Fernández, al dólar le quedaría cerca de un 7% por subir y a los inversores, por tanto, por ganar. ¿Cómo hacerlo? Hay que tener cuidado porque, en teoría, como apunta Borja Gómez, la ganancia por tipo de cambio se suele compensar por la evolución del activo. Eso, en teoría porque, de acuerdo con Gómez, en realidad sí es posible ganar con la apreciación de la moneda. Aunque hay que diseñar muy bien la estrategia. Así, en su opinión, si la apreciación del dólar se produce por un aumento de los riesgos políticos en Europa, habría una huida a la calidad y entonces la deuda americana sería un buen lugar donde invertir, aunque sólo como estrategia cortoplacista. Si la subida del billete verde se produce por una política más agresiva por parte de la Reserva Federal, la estrategia se complica: la inversión en bonos no sería la apropiada, puesto que lo que se puede ganar por la divisa se puede perder por la caída del bono. Para esta situación aconseja bonos flotantes, más que los ligados a la inflación, puesto que estos últimos también sufren cuando se produce un tensionamiento de la curva.
Para Marián Fernández, el instrumento más limpio para aprovechar la apreciación del billete verde es el fondo monetario en dólares. La tabla junto a estas líneas no promete rentabilidades muy poderosas, ni siquiera positivas, pero Fernández considera que la apreciación del dólar compensará con creces la posible minusvalía de los activos subyacentes. Y plantea la alternativa: algunas entidades ofrecen la posibilidad de abrir cuentas en divisas. O, aún más simple, como apunta Martínez-Delgado: se puede comprar directamente la divisa dando la contrapartida correspondiente en euros. 
Boudeguer, de todas maneras, advierte de que han bajado a la mitad la exposición a dólares, del 20% al 10% de las carteras, a medida que el billete verde ha ido corriendo y se ha ido reduciendo el potencial. Y, aunque en algunas carteras tienen fondos monetarios, su apuesta fundamental es la Bolsa americana sin cubrir la divisa. Y, dado que la apreciación del dólar puede perjudicar a las compañías exportadoras, en la firma se inclinan por las compañías americanas de ámbito más doméstico. Para Domínguez-Blanco, hay que centrarse en las empresas que ya se sabe que van a verse beneficiadas por las políticas de Donald Trump, como las del sector de las infraestructuras, el inmobiliario, así como los bancos. 
Y también se puede aprovechar la subida del dólar sin salir de la Bolsa española, como plantea Natalia Aguirre, de Renta 4. Como jugada de corto plazo, hasta que, por ejemplo, en Europa comience a hablarse del inicio del tapering, después del verano, quizás, podría apostarse por compañías con elevado volumen de ventas en Estados Unidos, sobre todo las que tienen en el propio país su actividad, sus fábricas, su producción, para no tener que enfrentarse a posibles aranceles aduaneros o a impuestos que pueda establecer Donald Trump a las importaciones. Aguirre menciona nombres como Viscofán, Ebro Foods, Acerinox, Iberdrola, ACS, Santander, BBVA o Mapfre. Aunque aconseja vigilar el resto del negocio para decidir la definitiva inversión.

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