viernes, 24 de agosto de 2018

Tirando del hilo/os.....

La Guardia Civil aguarda los datos de las antenas de la zona de Pría para cotejar los teléfonos con los testimonios recabados y el ADN

OLAYA SUÁREZ / LUCÍA RAMOS LLANES.
Los datos aportados por las compañías de telefonía móvil sobre los dispositivos recogidos por la antenas en la parroquia de Pría la madrugada en la que se cometió el asesinato de Javier Ardines serán determinantes en la investigación. Mientras los agentes aguardan la llegada de esos informes, continúan de forma paralela realizando indagaciones para reconstruir las últimas semanas de vida del concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Llanes y analizar de forma pormenorizada todos los aspectos de su vida tanto personal y política como profesional que hayan podido desencadenar el fatal desenlace.
Ayer se cumplió una semana desde que Javier Ardines, de 52 años, fuese hallado muerto a apenas 300 metros de su casa, en Belmonte de Pría. Fue atacado cuando se dirigía al puerto de Llanes para salir a faenar. Antes, debía hacer parada en Garaña, muy cerca de su domicilio, para recoger a una amiga de la familia que tenía intención de embarcarse con él para hacer fotografías en la mar. El concejal de Izquierda Unidad nunca llegó a ninguno de esos dos destinos.
Sus atacantes -los investigadores consideran que fue más de una persona- colocaron tres vallas de obra para obstaculizar su camino. Ardines se apeó de su vehículo, dejó el motor en marcha y se dispuso a retirar la barrera que le impedía el paso. Se desconoce qué ocurrió. El cadáver del edil fue hallado a unos 50 metros del coche, en dirección a la carretera principal, la opuesta a su domicilio.
Presentaba tres golpes en la cabeza que le fueron provocados por un objeto contundente, tal y como reveló la autopsia. Los investigadores desconocen por el momento el arma empleada en el ataque. Sí saben, sin embargo, que intentó defenderse, ya que en sus manos tenía heridas que indicaban que podría haber tratado de repeler la agresión.

Análisis de ADN

Los restos biológicos recogidos en el cadáver están siendo analizados en el Instituto de Toxicología de Madrid. A ellos se suman los indicios recuperados de las vallas que tuvieron que ser manipuladas por los agresores. No será hasta dentro de semanas cuando se disponga de esos resultados, pese a que desde el laboratorio de criminalística considera prioritarios los análisis relativos a casos de homicidio.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid y los efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, que se hicieron cargo desde el inicio de la investigación, regresaron ayer a la zona de Pría para peinar de nuevo el camino en el que se encontró el cadáver. Extendieron la inspección a una extensión de unos tres kilómetros cuadrados. El objetivo es localizar algún objeto o pista que pueda arrojar luz a un intrincado caso.
Al parecer, las vías de investigación que cobran más peso a medida que avanzan los días son la de su ámbito personal y la de su faceta como concejal de Medio Rural, Playas y Personal en el Ayuntamiento. Ha cobrado menor interés para las pesquisas policiales su entorno profesional. Era patrón del barco 'Bramadoria' y, al parecer, no tendría ningún conflicto con sus compañeros que pudiera generar una motivación para atacarlo con alevosía y nocturnidad.
Así pues, la investigación trata de desenredar la madeja de posibles desavenencias con el personal funcionarial e interino del Consistorio, un área del que era el encargado y que le había dado más de un dolor de cabeza por la reticencia de un Ayuntamiento que funcionaba con la inercia del mismo gobierno durante los treinta años anteriores a la llegada del cuatripartito del que formaba parte Ardines.

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