lunes, 12 de noviembre de 2018

El Naranco se mueve....Los Pastores.

«El turista no se atreve a pasar por aquí»

Jorge Álvarez, Jacobo Álvarez, María Quintana, Jesús Cabada, Carlos Madera, Elena Fernández, Olaya Fernández y Baltasar Fernández, vecinos del núcleo de Santa María del Naranco, junto a la 'cascada' que anega el camino a los monumentos. / FOTOS: MARIO ROJAS
Jorge Álvarez, Jacobo Álvarez, María Quintana, Jesús Cabada, Carlos Madera, Elena Fernández, Olaya Fernández y Baltasar Fernández, vecinos del núcleo de Santa María del Naranco, junto a la 'cascada' que anega el camino a los monumentos. / FOTOS: MARIO ROJAS

Vecinos de Santa María del Naranco advierten de la falta de mantenimiento del arroyo Viña, que anega la zona cuando llueve

A. ARCE OVIEDO.

En un entorno de naturaleza y rodeado de testigos milenarios de la historia, los grandes monumentos prerrománicos, descansa un pequeño núcleo rural en las faldas del monte Naranco. Entre el aparcamiento y el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico asturiano, el camino que asciende desde la carretera principal hacia Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo está rodeado de once viviendas habitadas, un antiguo lavadero y una problemática severa: la canalización del arroyo Viña, que, según los vecinos de la zona, «por falta de mantenimiento, anega la zona de agua cuando llegan las lluvias».
Así lo denuncian, a través de este diario, distintos representantes de la asociación de vecinos Fuente de los Pastores. Entre ellos, el que fuera director general de Promoción Cultural del Principado durante la Presidencia de Vicente Álvarez Areces y actual presidente del colectivo, Carlos Madera.
«La canalización del arroyo Viña es inexistente», explicó. Esto, junto con un sistema de sumideros que «no está a la altura» del nivel y presión del agua que baja desde el Naranco, hace que se forme una pequeña cascada que cubre con varios centímetros de agua la vía de subida a la avenida de los Monumentos cada vez que «caen cuatro gotas». Así lo explicó uno de los vecinos afectados, Valentín García, debidamente indumentado con las tradicionales madreñes. «Es el mejor calzado para este barrizal», admitió. Para su mujer, Charo Fernández, este es un «problema» que siempre ha existido, pero que se ha «agravado mucho» en los últimos años.
Y es que, según Madera, que reside desde hace cuarenta años en una de las viviendas anexas al antiguo lavadero de ropa, «las joyas del arte asturiano están aquí, y en pleno 2018 es totalmente inadmisible que los caminos de sus alrededores se encuentren en este estado de dejadez. Los turistas no se atreven ni a pasar por aquí», aseguró. Además, añadió que para transitar la zona con seguridad, es «necesario» utilizar, al menos, botas de agua.
Otro de los vecinos, Jesús Cabada, secretario de la asociación, expuso que el problema puede estar siendo acrecentado por «fugas de agua en Constante» y llamó a las autoridades competentes a que «hagan algo de una vez, porque así no se puede vivir».

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