miércoles, 30 de noviembre de 2016

Conflicto de Intereses....

¿Un 'pato cojo' al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?


Finanzas
  • "Sebastián Albella ha asesorado las principales operaciones corporativas del mercado español de los últimos tiempos"

En Estados Unidos se conoce por 'pato cojo' a la escasa capacidad de actuación que tiene un presidente cuando se acerca al final de su mandato. En la CNMV podemos tener un 'pato cojo' desde el inicio de su presidencia.
Todo el mundo coincide en destacar el brillante perfil de Sebastián Albella, el candidato elegido por Ciudadanos (Luis Garicano) y el Gobierno (Luis de Guindos) para convertirse en el sustituto de Elvira Rodríguez en la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Hasta un expresidente del organismo supervisor como Manuel Conthe ha salido en su defensa y ha dicho de él que es «un candidato inmejorable», que conoce perfectamente los mercados de valores. De hecho,  el abogado del Estado Albella ha estado en la CNMV en dos etapas de su trayectoria profesional. Entre 1998 y 1992 ocupó los cargos de secretario del consejo y director de los servicios jurídicos. Y fue uno de los redactores de la Ley del Mercado de Valores de 1998. En 2002 regresó a la CNMV para formar parte de su consejo consultivo, donde permaneció hasta 2006. 
Se trata, sin duda, de un perfecto conocedor de la casa, el perfil técnico y profesional que se requería para pasar la página de los cargos políticos al frente de la institución. Pero... sí, hay un pero. Cuando se tiene una larga y brillante carrera tienes un pasado. Y en el caso de Sebastián Albella no se puede pasar por alto. Tras ser uno de los fundadores del despacho de abogados Ramón & Cajal pasó al prestigioso bufete internacional Linklaters, especializado en el sector financiero y en grandes empresas. Por las manos de Albella han pasado las operaciones corporativas más destacadas de los últimos tiempos: la fusión de Siemens y Gamesa, la salida a bolsa de Telepizza, las ampliaciones de Banco Popular, la reestructuración de Abengoa... La mayoría de las compañías del mercado español han sido sus clientes. Pero ahora Albella se pasa al otro lado. De asesorarlas a vigilarlas. Por eso, en el sector financiero se preguntan: ¿Qué hará el presidente de la CNMV cuando tenga que adoptar una decisión sobre una compañía que hace muy poco tiempo era su cliente? ¿Se ausentará, por evidente conflicto de interés, de las reuniones donde el organismo supervisor aborde asuntos que afecten a empresas con las que ha tenido estrechas relaciones? El problema es que no hablamos de una, ni de dos compañías. Son legión. A Albella lo conocen como el abogado favorito del Ibex-35. Por tanto, ¿se puede permitir la CNMV un presidente con tantos conflictos de interés? ¿Un 'pato cojo' desde el inicio de su presidencia?

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