domingo, 19 de noviembre de 2017

El buen fútbol huye de Madrid....


Foto: En la imagen, Diego Godín y Casemiro pelean por un balón. (EFE)
En la imagen, Diego Godín y Casemiro pelean por un balón. (EFE)
Uno quiso pero no pudo, otro ni siquiera lo intentó y el Barça es casi campeón con seis meses todavía por jugar. Parece increíble que el enemigo más realista para el club que dirige Ernesto Valverde sea el Valencia, que coqueteó con el descenso el año pasado. Los dos clubes que han dominado Europa en estos últimos cuatro años se enfrentaban para resurgir o hundirse y no pasó ni lo primero ni lo segundo, aunque lo segundo queda más próximo a la realidad de ambos equipos. Atlético de Madrid y Real Madrid empataron sin goles en un encuentro desesperante que nos hace echar de menos los mejores derbis de la historia, los que estábamos viviendo hasta hoy.
"Nuestro partido ha sido bueno pero nos ha faltado meter un gol. Lo siento por los jugadores porque merecían más por el esfuerzo que hicieron. Han hecho un partido muy bueno y vamos a seguir. Paciencia porque el camino es el bueno", dijo Zidane ante los medios de comunicación, visiblemente agradado por lo que hicieron sus chicos en el estreno madridista en el Wanda. "La situación en la Liga es muy buena […] Los primeros treinta minutos fueron muy buenos, ellos empujaron luego bien. Y en el segundo fue clásico de derbi. La más claras fueron de Correa y Gameiro. Ellos tienen fútbol por todos los lados, de medio campo, por bandas, de larga distancia y competimos bien ante ellos. Fue un buen trabajo colectivo y quizá faltó claridad para decidir en las jugadas de transicióń defensa-ataque que se puede hacer mejor", afirmó el Cholo, también encantado con lo visto. Y el Barça partiéndose de risa de los dos…
En consonancia con la decadencia en calidad del derbi madrileño, se encuentra la decadencia de Cristiano Ronaldo. Nadie puede olvidar sus números y su instinto asesino en el área rival; puede que incluso finalice como Pichichi de la Liga y de la Champions y de la Copa del Rey y del Mundial de Clubes, pero ya no es lo que era, en absoluto. La jugada que ejemplifica la ausencia de chispa en su físico ocurrió al poco de iniciarse el encuentro, es decir, con las piernas en estado de forma excepcional. Le pusieron un balón en profundidad con todo el mediocampo rojiblanco por recorrer con solo Oblak enfrente como adversario. Echó a correr y en lo que hace cinco años recorría en un instante, tuvo tiempo Juanfran Torres en recuperar terreno y anticiparse al portugués, que se lamentaba sin nada que pudiera hacer. Ahí perdió el Madrid su primera ocasión.
Griezmann firmó un partido gris. (EFE)
Griezmann firmó un partido gris. (EFE)

El discurso

Fueron muchas. Es lo que sucede cuando al equipo con más calidad en tres cuartos de campo de todo el planeta le otorgas todo tu terreno para que haga lo que le plazca. El Cholo ha fundamentado su crecimiento personal y el del club que le paga en la austeridad creativa y la firme convicción de que su defensa le basta para encontrar las victorias y, sobre todo, evitar las derrotas. El discurso, casi seis años después de pasar la primera página, se mantiene inerte. No se ha producido una evolución en el mismo, se ha radicalizado. Cinco minutos de presión alta y leve deseo de aplastar al contrario, lo de siempre, y luego a la cueva a esperar a que pase el invierno sin perder demasiados kilos.
Dormido, como las gargantas del Wanda que no sean las del Frente, el Atlético aguantaba. Lo inexplicable de esa elección de vida es que el equipo tiene posibilidades reales de elegir otra, una un poquito más alegre. Solo fueron esos cinco minutos, diez a lo sumo, iniciales, que dedicó a jugar, y en ellos se encontró por primera y única vez antes del intervalo con Kiko Casilla. Algunos en el Wanda pensarían que esa la habría metido Costa, otros que Torres habría acertado. El que estuvo ahí para tratar de marcar fue Ángel Correa. Su tiro fue directo al lugar donde casi siempre van los disparos sin alma, al muñeco.
Cristiano Ronaldo estuvo negado ante el gol. (Reuters)
Cristiano Ronaldo estuvo negado ante el gol. (Reuters)

De Cristiano a Griezmann

En el mismo sentido que Cristiano Ronaldo, pero sin la excusa nada desdeñable de la edad, a Griezmann se le está empezando a hacer muy largo su periplo en el Atlético. Le ha cansado tanto a él como a la afición. No se soportan el uno al otro. A Antoine no le apetece ni jugar un derbi, un partido grande, esos en los que siempre ha dado la cara por el equipo hasta que se quiso ir y entonces decidió que lo mejor para aligerar su marcha era dejar de jugar bien: prefiere no hacer lo que mejor se le da a la espera de una salida nada amistosa, como se prevé. Le marcó una jugada: en una contra con superioridad numérica, dio dos pases hacia atrás cuando sus compañeros se volcaban hacia la portería contraria. Hasta el Cholo se hartó y prefirió poner a dos jugadores con los que no cuenta antes que dejar a un futbolista desganado sobre el césped.
El partido no era nada bonito, precisamente. A ninguno le valía la igualada, pues ello suponía regalar medio título a un Barça mediocre que solo sabe sumar. Ninguno quiere perder ya la liga, pero no recogieron el guante de la responsabilidad para ganar el partido. Lo quiso más el Madrid, por constancia y decisión, aunque no más efectivo en su labor. Y pese a ello, la cara tan demacrada que se le notaba antes del parón de selecciones se borró. Había algo de maquillaje, todavía no está guapo del todo, en absoluto, solo que ahora lo intenta y domina la situación. Marcelo se siente mejor y Modric ya no tiene esos "escalofríos" que le han tenido en duda esta semana. Isco sigue tirando de los demás, Kroos está entonado. Nada de eso ha servido para penetrar a una defensa que se ha dedicado a eso, a defender casi en exclusiva.
Sergio Ramos se retiró en el descanso. (Reuters)
Sergio Ramos se retiró en el descanso. (Reuters)

Tremenda diferencia

La apariencia, no obstante, no lo es todo. El Madrid ha tirado media temporada en otoño, el Atlético se ha quedado sin objetivos claros en un mes. Queda muchísima temporada por delante y lo que pase en los fines de semana, de repente, será casi secundario para los blancos. Diez puntos de ventaja. Diez. Tremendo. El Madrid, que iba a comerse el mundo, que era mejor que cualquier club existente y existido ha pasado a alcanzar la misma mediocridad azulgrana, jugando mejor y consiguiendo muchísimo menos. El Atleti puede confirmar este miércoles que está eliminado de la Champions y no va a ganar la Liga. Las alegrías futbolísticas han huido de Madrid, la capital del fútbol en el último lustro.

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