sábado, 25 de noviembre de 2017

La contaminación, ese sutil envenenamiento.

Los mayores picos de contaminación en Asturias se registran en El Lauredal

El 16 de octubre se alcanzaron 881 microgramos de partículas PM10, cuando no deberían superar los 50. En dos meses se han registrado al menos una veintena de valores «espectaculares» en toda Asturias

Imagen de la nube de contaminación en Gijón tomada por la Coordinadora Ecologista.Imagen de un nube de contaminación en Gijón
Imagen de un nube de contaminación en Gijón

Gijón
No debería marcar más de 50, pero llegó a una cifra espectacular: 881 microgramos por metro cúbico de aire. 881 microgramos de partículas en suspensión PM10, las más contaminantes, fue el valor que se registró a las cuatro de la mañana del 16 de octubre en la estación municipal que mide la calidad del aire en El Lauredal, en Gijón. Este es pico contaminante más alto de los dos últimos meses en Asturias. Un periodo, desde el pasado 20 de septiembre, con más de una veintena de espectaculares concentraciones de contaminación del aire por encima de los valores permitidos para la protección a la salud en parte de las 79 estaciones que miden los diferentes contaminantes en toda Asturias. Según la normativa española, el nivel de alerta de estas partículas se sitúa en 50 microgramos por metro cúbico de aire en 24 horas.
«En lo que llevamos de mes, la estación de El Lauredal ya estuvo nueve días por encima de los 75 microgramos de PM10 por metro cúbico. En Las Arobias, la peor de España, se queda pequeña con El Lauredal. Llevamos dos meses espectaculares en general», asegura Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, en la que analizan a diario los datos disponibles de todas las estaciones desde hace tres años. De esas 79 estaciones, 22 son públicas y, de ellas a su vez, 20 forman parte del listado que tiene en cuenta el Gobierno asturiano a la hora de activar protocolos de contaminación. La estación de El Lauredal, aunque es pública porque es municipal, no forma parte de momento de ese listado.
Como tampoco las nueve estaciones que, desde 2015, superan todo el año los valores permitidos para las PM10. Esos 881 microgramos de El Lauredal solo se habían superado antes en una ocasión que haya quedado registrada: el 24 de noviembre de 2016 en San Juan de Nieva (Gozón), cuando se alcanzó un pico de 894 microgramos en el mismo contaminante. «No se utilizan los datos para el cómputo del protocolo y por eso no se activa», explica Pontigo, que sí valora positivamente el paso dado esta semana por la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. En concreto, ante los «demoledores» datos de El Lauredal, Moriyón exige a Arcelor «un plan de inversiones detallado con acciones concretas que corrijan el problema de la contaminación», considerando que «en pleno siglo XXI la industria no puede contaminar de esta manera».
El 16 de octubre, el día que no amaneció en Asturias
Esos 881 microgramos de PM10 que se alcanzaban en El Lauredal fueron precisamente el pasado 16 de octubre, el día en el que Asturias no amaneció porque, con el huracán Ophelia de por medio, se mezclaban en la atmósfera partículas en suspensión formadas por la ceniza de los incendios que arrasaron Galicia y Asturias y polvo del desierto. Ese mismo día, hubo picos de PM10 en buena parte de las estaciones que se reparten por toda Asturias, aunque la mayor concentración fue la del Lauredal: 881 microgramos por metro cúbico a las cuatro de la mañana. Esta misma semana, en la que saltaban las alarmas en las grandes ciudades españolas por los altos niveles de contaminación, en el caso de las PM10, se ponía como ejemplo los 55 microgramos por metro cúbico que se habían superado en una estación de Barcelona.
17 estaciones con picos de PM10
Un valor que, aquel día que en octubre la atmósfera parecía apocalíptica, se superaba con creces en otras 17 estaciones asturianas. A lo largo del día, los mayores picos, después de El Lauredal, se registraron en la estación de Cangas de Narcea (381 microgramos por metro cúbico); La Calzada, en Gijón (325); Las Arobias, de Avilés (210); El Llano, en Gijón (210); Mieres (193); Montevil, en Gijón (186); El Naranco, en Oviedo (184); Langreo (183); Pumarín, en Gijón (172); Sama (162); Roces, en Gijón (159); Blimea (155); La Arena, en Gijón (132); San Juan de Nieva, en Gozón (127); Lugones (120); la avenida de Cervantes, en Avilés (104) y El Quirinal, también en Avilés, 103. El Gobierno del Principado recomendó, ese mismo día a primera hora, no salir a la calle si no era necesario, aunque un par de horas después se recomendó que enfermos crónicos, personas mayores o grupos de riesgo, entre los que se encuentran los menores de edad, limitasen la actividad física intensa en el exterior.
Más picos en El Lauredal
Estos no fueron los picos más altos, en cualquier caso, de estos dos últimos meses. La segunda mayor concentración de partículas contaminantes tuvo lugar el 26 de octubre a las 9 de la noche de nuevo en la estación de El Lauredal, al alcanzarse un valor de 564 microgramos de PM10 por metro cúbico. El tercer mayor pico había sido el 4 de octubre, a las cinco de la tarde, en la estación también gijonesa de Montevil, con un valor de 514 microgramos.
El Lauredal volvió a registrar los tres siguientes mayores valores: 422 a las dos de la mañana del 23 de septiembre, 417 a las 11 de la noche del 19 de noviembre y 399 a las 12 de la noche del 15 de octubre. También en San Juan de Nieva (Gozón) se alcanzaron los 387 microgramos por metro cúbico a las 9 de la mañana del 21 de noviembre. Y, aunque las mascarillas parecen ser cosa de países asiáticos en las que los propios gobiernos las reparten en algunos países, se recomienda utilizarlas (de filtros de carbono) a partir de concentraciones de 50 microgramos de PM10 por metro cúbico porque es peligroso respirar en esas condiciones.
Pumarín, en Gijón, y El Naranco, en Oviedo, mayores picos en PM2,5
Otro contaminante abundante en Asturias son las partículas en suspensión PM2,5, también llamadas partículas finas porque miden menos de 2,5 micras (1 millonésima parte de un metro), que están formadas por elementos tóxicos como metales pesados. Su reducido tamaño las hace especialmente peligrosas por su facilidad para penetrar en las vías respiratorias, por ello el umbral de protección a la salud que estableció la OMS en el año 2005 debía ser inferior a 10, aunque la normativa española lo deja en una media anual de 20 microgramos por metro cúbico. También la mayor concentración de estas partículas minúsculas se registró el 16 de octubre en la estación de Pumarín, al alcanzarse 116 microgramos por metro cúbico a primera hora de la mañana, al igual que en El Naranco, en Oviedo, que llegaba a registrar un pico de 111 microgramos. El tercer mayor pico tuvo lugar el 20 de noviembre en Siero, a las 9 de la noche, cuando se alcanzó un valor de 83.
En el caso del dióxido de azufre (SO2), contaminante para el que la OMS recomienda que no se superen los 20 microgramos por metro cúbico de aire en 24 horas, «anteayer fue espectacular en Jove, con casi 90». La normativa española establece un valor diario de 125, que no podrá superarse más de tres veces al año.
El benceno, con un límite medio anual de cinco microgramos por metro cúbico, alcanzó 33 en Trubia el 26 de octubre a la una de la tarde. Y, en el caso de los óxidos de nitrógeno en forma de NOx, el mayor valor de estos dos últimos meses se registró en San Juan (Gozón), a las siete de la mañana del 26 de octubre se llegó a 360 microgramos. El valor medio horario, según la normativa, no puede exceder de 200 microgramos más de 18 veces al año y el valor medio anual no debería superar los 40 microgramos.

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