miércoles, 22 de noviembre de 2017

Manualillos de Inversión ( 1 )

¿Dónde refugiarse si vuelve la volatilidad?


Alicia Miguel Serrano
Ante una complacencia que puede ser peligrosa, los inversores pueden cubrirse tanto con fondos conservadores como los monetarios o de renta fija de corta duración, como con productos de renta fija flexibles, fondos de volatilidad, mixtos, vehículos de ren
A lo largo del año, los mercados han sido propicios,permitiendo a los inversores obtener importantes ganancias y contribuyendo a incrementar el patrimonio de los fondos en los que son partícipes. En octubre el efecto mercado ayudó al impulso patrimonial de estos vehículos, que cerraron con una rentabilidad en lo que va de año del 2,11 por ciento según Imantia Capital.
Esta buena marcha de los mercados ha estado acompañada de una volatilidad en mínimos, con respecto a la que los expertos empiezan a mostrar recelos; en algunos casos, consideran que esos niveles han de repuntar tarde o temprano y advierten sobre una complacencia de los inversores que consideran peligrosa, defendiendo por tanto la necesidad de aumentar las defensas para un entorno más volátil. Para cubrirse, pueden funcionar tanto fondos conservadores como los monetarios o de renta fija de corta duración, como productos de renta fija flexibles, fondos de volatilidad, mixtos, vehículos de renta variable long-short y, en renta variable tradicional, fondos capaces de ofrecer alfa y alejados de la beta.
Mayor complacencia
«2017 nos está dejando una recuperación de la situación global, con datos macroeconómicos esperanzadores y positivos resultados empresariales. Estos factores hacen que las señales de peligro por el momento parezcan escondidas y que, en el entorno actual, se perciba cierto grado de complacencia en los mercados», dice Albert Ricart, fundador de la EAFI C&R IFA.
«La complacencia es uno de los principales riesgos en los mercados. Los bancos centrales, reduciendo los tipos, han empujado a los ahorradores hacia productos con mayor riesgo que el deseado. Esto ha llevado a que muchos inversores estén fuera de su perfil y podría suponer que cualquier subida de la volatilidad lleve a aquellos inversores que han asumido más riesgo a que vendan activos donde no se encuentran cómodos», explica Rafael Ciruelos desde Diaphanum. 
«Estos índices de complacencia y baja volatilidad podrán darse la vuelta de forma rápida ante cualquier riesgo geopolítico», advierte Ana Fernández, socia directora de AFS Finance Advisors EAFI, que cita al economista Richard Thaler, Premio Nobel 2017, para describir la situación: «Puede que estemos viviendo uno de los momentos más arriesgados de nuestras vidas y, sin embargo, la bolsa parece que está echando la siesta».
«A pesar de que hay factores que soportan el actual entorno alcista para la mayoría de activos financieros -tanto económicos, de crecimiento de los beneficios empresariales, políticas monetarias acomodaticias e, incluso, fiscales-, es cierto que, a la vez, hay una sensación de complacencia por parte de muchos inversores y compañeros de profesión», indica José María Luna desde la EAFI Profim. «Muchas veces, como en la vida misma, el mayor riesgo está en el hecho de no ver riesgos en ningún sitio y me preocupa que, en estos instantes, muchos inversores actúen como si la volatilidad de los diferentes activos financieros fuera a permanecer en niveles tan excepcionalmente bajos, como los actuales, durante un largo periodo de tiempo. De hecho, hay mucho inversor que da por sentado que es fácil lograr una rentabilidad anual del 4 o 5 por ciento sin asumir apenas riesgos, cuando la propia rentabilidad del activo libre de riesgo es casi cero o, incluso, en algunos mercados es negativa», comenta.
«Aunque el mercado bursátil va subiendo pasito a pasito, y parece que hay una cierta complacencia, los indicadores de sentimiento y apetito por el riesgo pueden ser tomados como contraindicadores en unos mercados que están cotizando a niveles de valoración por múltiplos altos. Demasiada euforia sin catalizadores llevaría a sobrerreaccionar a la baja ante cualquier noticia o acontecimiento y aumento de la volatilidad ante la posibilidad de retraso de la rebaja impositiva en Estados Unidos», dice Araceli de Frutos, fundadora de la EAFI homónima. Considera que la volatilidad subirá «sin duda», pero cree que ayudará a los asesores, ofreciendo mayores oportunidades. «Se puede decir que la volatilidad es nuestra amiga», explica.
¿Similitudes con la crisis de 1987?
En Saxo Bank van más allá y ven similitudes con la crisis de 1987. «La complacencia ha alcanzado máximos históricos con el índice de volatilidad VIX registrando sus niveles más bajos. Los inversores deberían considerar tomar parte de sus beneficios ante la probabilidad de que la racha récord de subidas se haya desviado de los fundamentales», explica Peter Garnry, jefe de estrategia en renta variable de Saxo Bank, que ve similitudes entre la crisis bursátil de 1987 y la actualidad por la probabilidad de que la burbuja impulsada por el QE explote y diezme la economía global, tal y como sucedió hace 30 años. «Ante este escenario, hemos modificado nuestra propia asignación de activos recientemente, pasando de estar neutrales a infraponderados en renta variable», explica.
Refugios necesarios
En este contexto, y si no más defensivos, como mínimo es momento de estar más vigilantes. «En estos momentos, más que estar defensivo, hay que estar alerta, y tener liquidez para aprovechar oportunidades que puedan surgir. El momento aún apunta por seguir invertido en mercado, pero no al 100 por ciento de nuestro perfil de riesgo», dice Fernández. En este sentido, afirma que el mejor activo para refugiarse ante una vuelta de la volatilidad es la liquidez. Otros activos que sirven de refugio son los fondos monetarios o de renta fija de corta duración.
La asesora apuesta, en monetarios, por el fondo Amundi Cash, que invierte en valores de este mercado y ofrece refugio a cambio de rentabilidad nula o negativa, mientras en renta fija habla del BGF Short Duration Bond, fondo que invierte un mínimo del 80 por ciento de sus activos totales en valores transferibles de renta fija con calificación crediticia y duración corta. «Es una buena alternativa para proteger el capital y su rentabilidad es superior a la de los fondos monetarios», defiende. También apuesta por el Deusche Floating Rate Notes, que invierte en bonos, convertibles y otros valores de renta fija o bonos de tasa variable.
Entre los fondos mixtos, sus preferencias son el Flossbach Von Storch Defensive en renta fija -fondo que invierte con arreglo al principio de diversificación del riesgo en acciones, renta fija, bonos convertibles, divisas, metales preciosos (indirectamente) y fondos de inversión en todo el mundo- y el Kokoro Capital Investments Sicav en renta variable -fondo que asesora y que invierte con criterios de prudencia en tendencias de futuro, como robótica, inteligencia artificial, aumento de la esperanza de vida, incremento de la clase media en Asia y África, sostenibilidad del planeta y sector agua-. 
En la EAFI Profim están sugiriendo ser más defensivos que hace unos meses, «sobre todo en el caso de las inversiones en activos de renta fija y ante la posibilidad de ver unos tipos de interés más elevados y por encima de lo que descuentan los mercados y mayoría de inversores». Luna explica que en el caso de la inversión en renta variable también aconsejan cierta prudencia, «pues es lógico pensar que vendrá algún susto», sobre todo, por el vértigo ante el nivel que ha alcanzado la cotización de muchas empresas. «Gangas hay muy pocas y, en algunos casos, los márgenes de seguridad se han reducido considerablemente», dice. No obstante, siguen aconsejando invertir en renta variable a través de gestores que busquen oportunidades más que seguir índices: «Creo que es momento de aconsejar productos más flexibles y gestores buscadores de alfa y no tanto seguidores de beta», añade Luna. Y añade: «Lo que hacemos a nivel de estrategia, y dependiendo del perfil de riesgo, es sugerir posiciones neutrales en bolsa y combinar ciertos fondos puros de acciones con mixtos de gestión flexible». Los dos pilares que resumen sus consejos son cautela y flexibilidad.
Al traducir eso en fondos, defiende aquellos de retorno absoluto que hayan demostrado hacerlo bien en un entorno de aumento de volatilidad, como Old Mutual Global Equity Absolute Return A EUR Hedged o Penta Inversión A. También fondos de «semi-liquidez», fondos de renta fija euro de corto plazo de bajas comisiones, como Gesconsult Corto Plazo, Deutsche Floating Rate Eur, March Patrimonio Corto Plazo o Muzinch Enhanced Yield Short Term Euro. También, fondos de renta fija flexible capaces de tener hasta duración negativa -bien en un determinado tramo de curva de un mercado muy en concreto, o bien de forma global de su cartera-, o incluso bonos flotantes, y menciona Merchbanc Sicav Renta Fija Flexible, Carmignac Securité Eur; o PIMCO GIS Income E EUR Hedged. Por último, fondos de volatilidad de retorno absoluto, como el Amundi Absolute Volatility Wolrd Eq. AEH. Su última apuesta son los fondos mixtos de bolsa como Belgravia Epsilon, Sycomore Partners o Adriza Global.
«Hay que ser más precavido y más selectivo a la hora de entrar en mercado», defiende también De Frutos. Desde la EAFI la estrategia en asignación de activos se centra más en renta variable que en renta fija, ya que se ve más riesgo en esta última clase de activo ante las subidas de tipos, aunque la bolsa también se vería castigada por estas subidas, con lo cual repite el mensaje de moderación y precaución a la hora de entrar ahora en mercado. Recomienda los dos fondos que asesora, Alhaja Inversiones y Presea Talento. El primero es un fondo de renta variable mixto «ideal para un inversor moderado», gracias a la baja volatilidad que se controla a través de operaciones con opciones. El segundo es un mixto flexible, que se lanzó a finales de enero, con volatilidad controlada también con opciones y una cartera compuesta por fondos puros de renta variable o renta fija, de gestores con talento.
Renta variable y duraciones cortas en renta fija
«Después de subidas de mercado, siempre se debe ser cauto en la gestión, aunque no se debe ignorar la fuerte tracción que está ofreciendo la economía global, concretamente sectores como el tecnológico, el industrial o el cíclico; o mercados como los emergentes», dice Ricart. Ante tal situación y con una renta fija donde no encuentra excesivo valor dado el riesgo de sobrevaloración de los bonos soberanos y posibles aumentos de expectativas de inflación futuras, recomienda trabajar con activos que engloben renta variable y, en el caso de renta fija, con duraciones cortas y gestión del riesgo activa y controlada. «Aconsejaríamos tener en cartera fondos como Capital Group Emerging Markets Total Opportunities, fondo mixto global perfecto para beneficiarse del buen momento de los emergentes manteniendo un riesgo controlado». También aconseja el M&G Optimal Income, «una buena alternativa para cualquier entorno de mercado y política monetaria por venir». Destaca también el fondo de Alhaja antes mencionado, junto con el Old Mutual Global Equity Absolute Return, «una buena opción para descorrelacionar», y el Magnus Global Flexible, vehículo global y «una buena opción para beneficiarse de la tracción del ciclo con un riesgo controlado».
«Nuestra recomendación en este momento es estar neutrales. De momento no vemos que tengamos que reducir el riesgo pero a medida que el ciclo avance y la economía muestre signos de calentamiento deberíamos ir reduciendo la exposición a activos de riesgo», dicen en Diaphanum. Los activos que recomiendan variarían en función del escenario: «Si se trata de una aceleración fuerte del ciclo, fondos ligados a la inflación o las materias primas podrían ayudar; si hay bajada de los resultados empresariales reduciríamos los activos relacionados con empresas, tanto en sus acciones como en sus emisiones de bonos. Si estamos ante una reducción suave de la actividad empresarial recomendaríamos fondos de valor relativo», dice. 
En fondos, abogan por aquellos que se encuentran posicionados de forma defensiva ante un posible aumento de la volatilidad, que se encuentran invertidos en diferentes tipos de activos con el fin de aumentar la diversificación y reducir la volatilidad y que podrían comportarse mejor que el conjunto de mercado en un escenario desfavorable y/o podrían aprovechar momentos de volatilidad para tomar posiciones. Ordenados de menor a mayor riesgo, habla de Cartesio X (fondo con un menor peso en bolsa de lo habitual y con gran parte de su patrimonio invertido en liquidez); Blackstone Diversified Multi-Strategy (fondo con vocación de preservación de capital que invierte en tres estrategias: una de renta variable, que en estos momentos está en productos de valor relativo y con beta muy baja, otra de renta fija, que en estos momentos invierte en hipotecas norteamericanas, y la tercera que invierte en estrategias macro poco correlacionadas con los mercados); y Ruffer Total Return International (fondo con objetivo de proteger el capital que se encuentra invertido de forma muy contraria al consenso).
Sectores defensivos y estrategias long-short
«Dado que los mercados de renta variable mundiales se han correlacionado altamente por sectores, la única manera de conseguir un rendimiento positivo durante las correcciones es tomar una posición long-short, cortos en los sectores cíclicos y largos en los sectores defensivos», añaden desde Saxo Bank.
Porque los sectores que proporcionan la mejor protección si la volatilidad vuelve son los defensivos clásicos -servicios públicos, telecomunicaciones, asistencia sanitaria y bienes de consumo básicos-. «Estos cuatro sectores han ofrecido un rendimiento superior de forma consistente con respecto a la renta variable mundial en todas las correcciones. Una consideración clave es que los inversores deben reducir drásticamente su exposición a financieras e industriales para inclinar la cartera en una dirección defensiva», explica. También confía en los sectores defensivos potenciales, como el real estate -. «El sector inmobiliario es un candidato potencial como sector defensivo durante la próxima corrección» - y las tecnologías de la información, que «puede, muy probablemente, hacerlo mejor en la próxima corrección».

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