domingo, 26 de julio de 2015

Mal vá el PSOE con estos ejemplos!

La reelección coloca a Javier Fernández en el escaparate del PSOE

Las políticas sociales pactadas con IU y los elogios de Pedro Sánchez sitúan a Asturias como ejemplo de los programas socialistas para las elecciones generales
DOMINGO 26 DE JULIO DE 2015
Javier Fernández y Asturias están en el escaparate del PSOE para las elecciones generales. Aunque, después de las autonómicas y de las alianzas cerradas en otros territorios, el Principado y Andalucía ya no son las únicas plataformas de los socialistas para contraponer sus políticas a las de un PP todopoderoso, siguen siendo dos comunidades muy relevantes para el partido en la cuenta atrás hacia la convocatoria oficial de la carrera por La Moncloa. Son lugares donde gobierna en solitario y en los que, con equipos ya rodados, puede poner en práctica medidas rápidas en las primeras semanas de la nueva legislatura. Fernández aún no está listo para ponerse en marcha, porque no ha formado su Gobierno, una decisión que ha aplazado hasta principios de la próxima semana, pero tiene las prioridades claras y la incitación continua de IU para abordar la agenda social antes de que acabe el verano. Con esa situación y con los elogios no únicamente protocolarios que le dirigió Pedro Sánchez este sábado, Fernández tiene sobre sí la presión de acertar en los primeros pasos de su segundo mandato.
El truco de Fernández para sobrellevar la presión, según señaló en su discurso de toma de posesión, está en decir la verdad y trabajar sin buscar los focos. A la oposición, y en especial al PP, esa intervención no le gustó. Encontró en ella mucha lírica y poca prosa, porque el presidente uso un tono más personal que político y no se extendió en las promesas y el programa que ya anunció a la Junta General y negoció con IU. Tampoco se ha entendido bien en la cámara la demora en formar gobierno. Fernández fue reelegido el martes y aún está en conversaciones para cerrar un nuevo equipo. Ni siquiera es fácil discernir si ese plazo y esas llamadas tan prolongadas son un indicio de que planea un cambio importante en el gabinete. Ni él, ni sus colaboradores más cercanos, ni su partido sueltan prenda. Circulan rumores y en el Parlamento se han escuchado felicitaciones a quienes apuntan como consejeros. Pero son parabienes no aceptados. Nadie está seguro de su destino ni quiere dar por hecho nada antes de que sea oficial.
Si lo tiene ya todo decidido, Fernández se atiene a su intención de no revelar nada antes del lunes. Quizá le adelante sus intenciones a IU, la única fuerza que le votó en la investidura y que espera ahora el cumplimiento de sus compromisos. Las ayudas sociales a los sectores más agobiados por la crisis estarán entre las primeras decisiones. Quien quiera que se ocupe de la cartera de Bienestar Social –una posibilidad es que se fusione con Empleo para que las políticas sociales se coordinen en un único departamento— empezará la legislatura a todo ritmo.
Lo más fácil, apuntan fuentes del PSOE, es conseguir viviendas públicas para las familias desahuciadas, porque esos pisos ya existen y es una decisión que no conlleva dificultades presupuestarias. Más difícil será poner en marcha las ayudas a la pobreza energética o el cumplimiento rigurosos de los plazos del salario social. IU quiere ver progresos en todos esos campos antes de tres meses. Si los hay, a los socialistas también les vendrán bien. Estarán a tiempo para la campaña electoral si Mariano Rajoy no cambia de planes y convoca las generales en noviembre.
Fernández, al mismo tiempo, debe conseguir que Asturias no pierda posiciones en la reforma de la financiación autonómica, un debate que ya es inminente. Una de las incógnitas del nuevo Ejecutivo es conocer si la hasta ahora consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, sigue al frente de ese departamento. Carcedo es persona de la máxima confianza del presidente y algunas informaciones apuntan que podría cambiar de destino para asumir la coordinación del gabinete desde la Consejería de Presidencia. Es otro cambio que está por comprobar. Pero el debate de la financiación también dará proyección nacional a Fernández, que incluyó en su discurso alusiones al proceso soberanista en Cataluña.

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