El nuevo partido que quiere conformar la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a partir de la plataforma con la que conquistó el ayuntamiento de la capital catalana comienza a encontrar sus primeros y serios escollos. El proyecto no va a ser un camino de rosas, según ha podido conocer El Confidencial de fuentes de las confluencias de esa plataforma. Entre otras cosas, porque sus socios se le rebelan.
La estrategia, afirman varias fuentes consultadas por este diario, está diseñada y dirigida por Adrià Alemany, marido de Ada Colau, quien, tras dejar la Fundación del FC Barcelona, se dedica ahora exclusivamente a la política y es miembro de la ejecutiva de Barcelona en Comú (BeC). El ambicioso plan de formación de la ‘gran izquierda catalana’, sin embargo, no gusta a los compañeros de viaje, Podemos e ICV, las otras dos grandes fuerzas que forman parte de la plataforma.
“Se ha puesto encima de la mesa la desaparición de todos los partidos y la articulación de una sola fuerza que, claro, giraría alrededor de Ada Colau como la gran lideresa”, explican fuentes de las confluencias a El Confidencial. Fuentes cercanas a Barcelona En Comú, por su parte, apuntan a que la izquierda se pierde en un marasmo ingente de siglas (alimentadas por las plataformas de Podemos, ICV y Guanyem, el partido primigenio de Colau) que cambia según las elecciones sean generales, autonómicas o municipales. “Lo que hay que hacer es articular una gran fuerza mayoritaria que aglutine el voto progresista de Cataluña, con unas siglas y un proyecto potente”, subrayan las fuentes.
"Hay que articular una gran fuerza mayoritaria que aglutine el voto progresista de Cataluña, con unas siglas y un proyecto potente"
En esa estrategia, la propuesta es que se renuncie a las demás siglas. O, dicho en otras palabras, que Podemos e ICV se disuelvan en Cataluña para reconvertirse en esa gran fuerza que quiere impulsar Colau. Lo malo es que ninguna de ellas está dispuesta a dejar de existir. “Eso es una barbaridad. Podemos concurrir a las elecciones con determinadas siglas comunes, pero manteniendo cada organización su propia personalidad, es decir, presentarnos como coalición. Pero de ninguna manera estamos dispuestos a desaparecer, tal y como desde algunos círculos se ha insinuado”, subrayan las fuentes consultadas.
Tanto en Podemos como en ICV hay un creciente malestar por la estrategia fagocitadora de Colau y los suyos en la escena política catalana. “Han querido tomar la iniciativa y por eso han lanzado la propuesta de una gran fuerza de izquierdas que han presentado precipitadamente. Pero eso es más teoría que práctica, porque está por ver cuál será su estructura. De momento, es un bluf. Puede que acabe siendo solo el partido de Colau, Guanyem, y que luego tenga que volver a las confluencias con el resto de fuerzas progresistas que conformamos la izquierda”, afirman otras fuentes. La intención final, no obstante, es controlar totalmente a los ‘comunes’ (las plataformas en las que se alían ICV, Podemos y Guanyem).
‘Jubilar’ a Pablo Iglesias
La importancia de la operación de Colau, sin embargo, va más allá de la formalización de un nuevo partido político. “Existe lo que se conoce como Plan 2019 o Proyecto 2019, que es un proyecto para que Colau se haga con el control de Podemos en el plazo de una legislatura. Los cálculos que se han hecho es que, para 2019, Pablo Iglesias estará muy ‘quemado’ en Podemos y podría procederse a su relevo. En ese momento, Ada Colau debería tener listo su partido en Barcelona para tomar el relevo y postularse ella como la candidata de Podemos a las próximas legislativas”. Es decir, un asalto en toda regla al palacio de invierno de los podemitas que ya se ha explicado detalladamente en reuniones en la capital catalana por parte del equipo de confianza de Colau.
El condicionante es que antes debe deshacerse de las estructuras de Podemos y de ICV en su propia casa. “A Ada Colau no le interesa la Generalitat y el ayuntamiento ya se le queda pequeño. Ahora quiere ir a por algo más grande y por eso apunta alto”, admiten otras fuentes cercanas a las confluencias podemitas.
Antes de las elecciones de diciembre de 2015, algunos círculos de Podemos estuvieron ya a punto de la rebelión e incluso enviaron escritos a Madrid para denunciar el ‘juego sucio’ interno de la alcaldesa de Barcelona y su intención de minar el poder de Iglesias. En esa operación, según confirman a este diario fuentes podemitas, mantenía estrechos contactos con las Mareas de Galicia y Compromís, de Valencia, para hacer “la pinza” contra el líder de Podemos. Esos contactos le pueden servir ahora, según las fuentes, para culminar con éxito el Proyecto 2019.
Domènech, el fiel escudero
De momento, la alcaldesa ha ido moviendo sus peones. Para la candidatura de las últimas generales, se salió con la suya: impuso a Xavier Domènechcomo cabeza de lista de En Comú Podem (ECP), la plataforma con que concurrieron a las generales. “Domènech es un hombre de la total confianza de Colau, que nadie lo dude. Pero en Madrid saben que Colau es necesaria si quieren ganar en Cataluña. El tirón de su partido se circunscribe al área metropolitana, pero eso es más que suficiente. Iglesias sabe que en Barcelona y alrededores gana Colau, aunque en el resto del territorio quien tire más sean las siglas de Podemos”, explican fuentes de las confluencias. De hecho, Domènech es miembro de la ejecutiva de BeC junto a Alemany, y la persona “en quien más confía el matrimonio”.
El propio Domènech se propone como futuro máximo líder de esa fuerza. “Pero es lo mismo que si estuviese Ada Colau", matizan las fuentesDe la misma manera, el cabeza de lista de ECP fue el encargado, esta semana, de presentar las líneas maestras de lo que pretende ser la nueva gran fuerza de izquierda. No hizo alusión a cómo se ha de articular entre los distintos partidos existentes, pero en las reuniones privadas ya se ha explicado hasta la saciedad: bajo la consigna de todos a una, el objetivo es neutralizar y eliminar en lo posible las estructuras de Podemos y de ICVpara conformar una gran fuerza que sea hegemónica de la izquierda catalana, arrollando en lo posible al PSC, que lucha por mantenerse en sus feudos. También el propio Domènech se propone como futuro máximo líder de esa fuerza. “Pero es lo mismo que si estuviese Colau. Ambos son las dos caras de una misma moneda”, matizan fuentes de los comunes.
El hecho de que sea Xavier Domènech el encargado de ir desvelando por dónde irán los tiros ya da una pista sobre las intenciones de la alcaldesa: que sean sus hombres de confianza los que tejan la tela de la nueva formación. En su estrategia no hay ni una sola concesión al azar. Todo ocurre por algo, ya que la alcaldesa y su equipo no dan puntada sin hilo.
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