La banca cierra 1.400 oficinas en nueve meses, el doble que durante todo 2015
José M.Camarero
Tras ajustar un 5% de las sucursales, el
año acabará con otro de los mayores recortes de la crisis, tras liquidar
casi la mitad de su red desde 2008
El goteo de clausuras de sucursales que implantaron
las entidades el año pasado ha dado paso a otro importante tajo en las
redes de los bancos durante 2016. Este ejercicio va camino de
convertirse en uno en los que más recortes se practiquen de toda la
crisis. Porque hasta el pasado mes de septiembre se habían materializado
1.356 cierres entre todos los grandes grupos del sector, según los
datos proporcionados a la CNMV en sus informes trimestrales.
La sangría de oficinas supone una reducción media del 5,5% con respecto al conjunto de la red que poseían a finales del año pasado. De hecho, entre enero y septiembre se han realizado prácticamente el doble de cierres de todos los que se contabilizaron durante los doce meses de 2015, cuando la red de la banca se ajustó en 745 puntos, según el Banco de España. En los datos publicados hasta ahora todavía no se contabilizan las 300 sucursales que Popular tiene previsto liquidar en su plan de ajuste pactado con los sindicatos a principios de este mes, y que estará listo para antes de finales de año. Es decir, que se acumularían, como mínimo, 1.700 oficinas, una cifra similar a las registradas en 2009, 2010, 2012 y 2014, aunque estaría aún lejana a las casi 4.000 que se ajustaron en 2013 o a las cerca de 3.000 del año 2011. En ocho años, la banca se habrá dejado por el camino unas 16.000 sucursales, un 40% de la capacidad que tenía cuando comenzó la crisis.
Solo entre las dos grandes entidades financieras han protagonizado seis de cada diez cierres durante este año. En el caso de Santander, cuenta con 474 oficinas menos que a principios de año. Este recorte se explica fundamentalmente por el proceso de ajuste planteado por la entidad a mediados de año, en el que se actuó en más de 400 sucursales. El ajuste practicado hasta ahora supone desprenderse de un 13,7% de su capacidad. Por su parte, BBVA no ha presentado ningún ERE colectivo este año, pero sí una adaptación periódica de su red a las necesidades del banco, lo que ha supuesto una actuación sobre 413 puntos de atención, lo que implica un recorte de una de cada diez oficinas.
En CaixaBank, la entidad con la mayor red de oficinas del sector en España -tiene 5.089 y está presente en el 93% de los municipios con más de 5.000 habitantes-, también se han producido recortes de la red, lo que ha supuesto una actuación sobre 122 sucursales en todo el país, esto es, un drenaje superior al 2%.
La
presencia de Sabadell también ha mermado en un 3%, lo que supone 67
oficinas menos que a principios de año; Bankia lo ha hecho en un 4%;
Liberbank, un 4,2%; y Abanca, un 1,8%.
En el caso de Unicaja, tiene abiertas 34 sucursales menos que hace nueve meses, debido principalmente al plan de reestructuración de la filial EspañaDuero. Se trata de un proceso «que se encuentra en su fase final de ejecución, principalmente en sus zonas no tradicionales de actuación», según indican fuentes del grupo financiero.
Menos solapamientos
Aunque cada banco lo ha hecho de forma diferente, los cierres de este año tienen un elemento común: las actuaciones en las zonas donde existe mayor solapamiento de puntos de atención a los clientes. En el futuro «habrá cierres donde haya duplicidades», explica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG en España.
Es la sobrecapacidad la que determina gran parte de las actuaciones de las entidades. Por ejemplo, en términos proporcionales, Kutxabank es uno de los grupos que más ha drenado su red, en un 5,4% con respecto a finales de 2015. De las 55 oficinas cerradas, la mayoría se centran en País Vasco, así como en Andalucía, en buena medida por la red adquirida de CajaSur.
Un caso similar es el de Ibercaja, donde han clausurado 21 sucursales, de los que prácticamente la mitad se encontraban en su zona geográfica tradicional de operatividad, esto es, en Aragón.
Aunque Popular no facilita datos geográficos sobre el cierre de las 300 oficinas previstas, sus directivos han apuntado que se tratará de optimizar la red donde se puedan producir duplicidades. Es decir, derivará en una fusión de oficinas que se encuentren cercanas para seguir prestando servicios a los clientes.
Sin embargo, el ajuste de la banca no sólo implica recortes. Francisco Uría anticipa que «surgirán otros tipos de oficinas, más enfocadas a transacciones o a prestar un asesoramiento más especializado». Este experto recuerda que las medidas practicadas responden, además de a necesidades presupuestarias, a «la rápida evolución de las necesidades de unos clientes que cada vez son más digitales».
Entidades como CaixaBank están habilitando centros de asesoramiento a través de las oficinas A y las del tipo 'store', que acumulan 50 puntos, pero se pretende llegar a los 200 a finales de 2017. También Ibercaja ha abierto cinco oficinas denominadas Centro de Negocio de Empresas.
La sangría de oficinas supone una reducción media del 5,5% con respecto al conjunto de la red que poseían a finales del año pasado. De hecho, entre enero y septiembre se han realizado prácticamente el doble de cierres de todos los que se contabilizaron durante los doce meses de 2015, cuando la red de la banca se ajustó en 745 puntos, según el Banco de España. En los datos publicados hasta ahora todavía no se contabilizan las 300 sucursales que Popular tiene previsto liquidar en su plan de ajuste pactado con los sindicatos a principios de este mes, y que estará listo para antes de finales de año. Es decir, que se acumularían, como mínimo, 1.700 oficinas, una cifra similar a las registradas en 2009, 2010, 2012 y 2014, aunque estaría aún lejana a las casi 4.000 que se ajustaron en 2013 o a las cerca de 3.000 del año 2011. En ocho años, la banca se habrá dejado por el camino unas 16.000 sucursales, un 40% de la capacidad que tenía cuando comenzó la crisis.
Solo entre las dos grandes entidades financieras han protagonizado seis de cada diez cierres durante este año. En el caso de Santander, cuenta con 474 oficinas menos que a principios de año. Este recorte se explica fundamentalmente por el proceso de ajuste planteado por la entidad a mediados de año, en el que se actuó en más de 400 sucursales. El ajuste practicado hasta ahora supone desprenderse de un 13,7% de su capacidad. Por su parte, BBVA no ha presentado ningún ERE colectivo este año, pero sí una adaptación periódica de su red a las necesidades del banco, lo que ha supuesto una actuación sobre 413 puntos de atención, lo que implica un recorte de una de cada diez oficinas.
En CaixaBank, la entidad con la mayor red de oficinas del sector en España -tiene 5.089 y está presente en el 93% de los municipios con más de 5.000 habitantes-, también se han producido recortes de la red, lo que ha supuesto una actuación sobre 122 sucursales en todo el país, esto es, un drenaje superior al 2%.
PUBLICIDAD
En el caso de Unicaja, tiene abiertas 34 sucursales menos que hace nueve meses, debido principalmente al plan de reestructuración de la filial EspañaDuero. Se trata de un proceso «que se encuentra en su fase final de ejecución, principalmente en sus zonas no tradicionales de actuación», según indican fuentes del grupo financiero.
Menos solapamientos
Aunque cada banco lo ha hecho de forma diferente, los cierres de este año tienen un elemento común: las actuaciones en las zonas donde existe mayor solapamiento de puntos de atención a los clientes. En el futuro «habrá cierres donde haya duplicidades», explica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG en España.
Es la sobrecapacidad la que determina gran parte de las actuaciones de las entidades. Por ejemplo, en términos proporcionales, Kutxabank es uno de los grupos que más ha drenado su red, en un 5,4% con respecto a finales de 2015. De las 55 oficinas cerradas, la mayoría se centran en País Vasco, así como en Andalucía, en buena medida por la red adquirida de CajaSur.
Un caso similar es el de Ibercaja, donde han clausurado 21 sucursales, de los que prácticamente la mitad se encontraban en su zona geográfica tradicional de operatividad, esto es, en Aragón.
Aunque Popular no facilita datos geográficos sobre el cierre de las 300 oficinas previstas, sus directivos han apuntado que se tratará de optimizar la red donde se puedan producir duplicidades. Es decir, derivará en una fusión de oficinas que se encuentren cercanas para seguir prestando servicios a los clientes.
Sin embargo, el ajuste de la banca no sólo implica recortes. Francisco Uría anticipa que «surgirán otros tipos de oficinas, más enfocadas a transacciones o a prestar un asesoramiento más especializado». Este experto recuerda que las medidas practicadas responden, además de a necesidades presupuestarias, a «la rápida evolución de las necesidades de unos clientes que cada vez son más digitales».
Entidades como CaixaBank están habilitando centros de asesoramiento a través de las oficinas A y las del tipo 'store', que acumulan 50 puntos, pero se pretende llegar a los 200 a finales de 2017. También Ibercaja ha abierto cinco oficinas denominadas Centro de Negocio de Empresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario