domingo, 15 de julio de 2018

Oxigeno de la UE...

El Gobierno ha conseguido finalmente 'torcer el brazo' de Bruselas. Después de varias semanas negociando con la Comisión Europea, como adelantó este periódico, el Ejecutivo ha conseguido un margen de déficit público de 5.500 millones de euros para toda la senda de consolidación que contempla los ejercicios desde 2018 hasta 2021. La Comisión ha flexibilizado la senda de reducción del déficit en cinco décimas para los cuatro años, de modo que el objetivo para 2019 pasa a ser del 1,8% del PIB. Así lo ha anunciado la ministra de Hacienda,María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
De esta forma, España se consolidará como el país europeo con mayor déficit público en los años venideros. El mayor margen que ha conseguido el Gobierno es para el año 2020, ya que podrá elevar el desfase presupuestario en 0,6 puntos del PIB, hasta el 1,1%. Esto es, un margen que es más del doble que el permitido hasta ahora, que era del 0,5% del PIB. Por último, en el año 2021 España no estará en superávit, como marcaba la senda actual, sino que mantendrá un déficit del 0,4% del PIB. En otras palabras, se retrasa un año completo el objetivo de ajuste.
Para este año 2018, el Gobierno estima que el déficit se situará en el entorno del 2,6-2,7% del PIB, una desviación de cinco décimas respecto al objetivo fijado y que estaría por debajo del nuevo objetivo del 2,8%. Montero ha explicado que el Ejecutivo solicitó a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) un análisis de la desviación del déficit que había dejado aprobada el Partido Popular con sus Presupuestos Generales del Estado. Esta ha sido la estimación de la Autoridad Fiscal y es lo que ha comunicado el Gobierno a Bruselas.
Lo inteligente es acompasar la reducción del déficit con el impulso presupuestario
Montero ha señalado que sin este margen extra en la reducción del déficit el Gobierno habría tenido que aprobar un ajuste de unos 11.000 millones de euros en los Presupuestos de 2019 para cumplir con el objetivo. Un ajuste que habría tenido un impacto del 0,5% del PIB, justo lo que el Gobierno no quiere hacer. "Lo inteligente es acompasar la redeucción del déficit con el impulso presupuestario", ha señalado Montero.
Montero ha criticado las cuentas que dejó firmadas su antecesor en el cargo, Cristóbal Montoro. "Los Presupuestos Generales del Estado habían sido elaborados sin respetar la senda de estabilidad presupuestaria, especialmente el objetivo de déficit", ha explicado la ministra. Por ese motivo el Gobierno se vio obligado a revisar con la Comisión la senda del déficit. Eso sí, el PSOE ya sabía que los números de Montoro no cuadraban y, de hecho, lo advirtió en numerosas ocsiones. Sin embargo, el presidente, Pedro Sánchez, decidió mantener estos Presupuestos aprovechando el impulso expansivo del anterior Ejecutivo.
Los datos de ejecución presupuestaria que se encontró la ministra al acceder al cargo confirmaron todos los temores. Para evitar los temidos ajustes, la ministra de Economía, Nadia Calviño, comenzó la ronda de contactos con las instituciones europeas para conseguir una senda más flexible. Este nuevo ritmo de reducción del déficit "nos va a permitir apuntalar el crecimiento económico pero mejorando las políticas sociales", ha señalado Montero. "El compromiso de España con el Pacto de Estabilidad se mantiene con más fuerza", ha señalado la ministra, algo que siempre repitió Montoro pero que se resisitó a cumplir año tras año.
A partir de 2019 la Comisión Europea no solo vigilará el déficit público de España, también se fijará en la calidad del mismo
España saldrá este año del brazo correctivo de la Comisión Europea, ya que conseguirá rebajar el déficit por debajo del 3% del PIB. Sin embargo, ahora entra en la fase del brazo preventivo, ya que la deuda pública sigue muy por encima del 60% del PIB. Esto significa que la Comisión vigilará no solo la reducción del déficit, sino la calidad del mismo. A partir de 2019, el Gobierno estará obligado a rebajar el déficit estructural, y no solo el nominal. Esto es, reducir el desfase de las cuentas públicas sin tener en cuenta el efecto del ciclo económico.
Esto significa que España ya no podrá utilizar solo los ingresos cíclicospara cuadrar las cuentas, también tendrá que reducir el déficit público que este ejercicio todavía seguirá por encima del 3% del PIB. Bruselas ha acordado con España un ajuste estructural del déficit del 0,65% del PIB en dos años: 2019 y 2020. La primera parte del ajuste se realizará en 2019 y tendrá que ascender al 0,4% del PIB, de modo que el 0,25% restante se queda para el próximo ejercicio.

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