Diez años después del tercer oro de Óscar Freire en un Mundial, el ciclismo español confía en Alejandro Valverde para recuperar este domingo en Ponferrada el maillot arcoiris, el único trofeo que le falta al murciano en su palmarés mundialista, en el que acumula dos platas y tres bronces. La capital de El Bierzo reúne a los mejores ciclistas del mundo con un pronóstico muy abierto, ya que el recorrido de 254,8 kilómetros sobre un circuito de 18 con escasa dureza ofrece opciones a corredores completos con remate final.

Valverde, de 34 años, se presenta como líder del equipo español y uno de los hombres a batir, por su calidad y experiencia, y "animado y con fuerzas" para aprobar su gran asignatura pendiente: enfundarse el maillot arcoiris que no ha logrado en nueve participaciones. Después del desencuentro con 'Purito' Rodríguez en Florencia, "las cosas están claras y cada uno tendrá su papel". Así lo explica el seleccionador Javier Mínguez, el encargado de gestionar un equipo ilusionado por hacer un buen papel en casa.

España saldrá con Valverde como primera opción, pero el Mundial también podría ser una última oportunidad para Purito, subcampeón en Toscana. El catalán no encontrará en el circuito de Ponferrada su terreno ideal y partirá al servicio de Valverde, pero asumirá el papel de segunda baza, listo para una batalla que se antoja encarnizada en los últimos kilómetros. Los favoritos son abundantes, pero algunos son señalados por unanimidad. Uno de ellos es el australiano Simon Gerrans, que acaba reciente ganador en Quebec y Montreal. A sus 34 años, el ganador de la Milán Sanremo (2012) y Lieja Bastoña (2014) puede aprovechar su remate en una presumible llegada reducida.
No será la única bala de Australia, equipo que cuenta con Michael Matthews, ganador en Arcos de la Frontera en la Vuelta, después de aguantar en el llano y en una exigente subida final. Algunos clásicos se han preparado a conciencia, como el suizo Fabian Cancellara, quien prescindió de la cronometrada para centrarse en luchar por el único título que le falta, el arcoiris en ruta. En la enorme lista de posibles ganadores se pueden incluir el eslovaco Peter Sagan, los franceses Tony Gallopin y Nacer Bouhanni, los belgas Van Avermaet, Tom Boonen y Philippe Gilbert.

Un tanto más alejado del pronóstico se halla el italiano Vincenzo Nibali, ya que el ganador del Tour de Francia se vio afectado recientemente por una caída que le dejó maltrecha la cadera. No obstante, la formación transalpina, con Fabio Aru, siempre tiene voz y voto en un Mundial. Su seleccionador, Davide Cassani, anuncia que su equipo "provocará el caos" como estrategia.

El defensor del titulo es el portugués Rui Costa, el hombre que quitó la cartera a Valverde y Purito en Florencia. El corredor de Lampre no lleva una temporada brillante, pero fue segundo en Montreal, señal de que viene dispuesto a luchar por retener la prenda más precisada del ciclismo. Un Mundial que puede cambiar por completo si aparece la lluvia. La previsión habla de agua, "un aspecto que cambiaria totalmente la carrera", según Mínguez. El recorrido no es el ideal para el equipo español. " Ya sabemos que le falta algo al final, más dureza, pero la carrera será dura, complicada, difícil de controlar", advierte Mínguez.

La clave, según el responsable español, estará en la segunda subida del circuito, cerca de meta en la última vuelta. "El Alto del Mirador será clave, ya que si alguno llega con 10 segundos de ventaja a la cima puede ser suficiente para llegar a meta". España luchará para renovar el maillot que ahora hace 10 años se enfundó el triple campeón Mundial Óscar Freire. Antes lo lograron Abrahan Olano en Colombia 1995 e Igor Astarloa en Hamilton 2003. En Ponferrada se divisa una guerra de desgaste que exigirá llevar al último tramo con fuerzas para rematar en un final rápido. España saldrá "con las ideas claras". El sentido de equipo hará el resto