martes, 24 de marzo de 2015

Vacaciones para una crísis.....

De Semana Santa a 'finde' largo

El turismo se limita a tres noches y apenas recuerda las reservas de siete o diez días de los años previos a la crisis // Alojamientos rurales y hoteles esperan alcanzar el 80% de ocupación
Susana D. Machargo

SUSANA D. MACHARGO

@SMACHARGO
DOMINGO 22 DE MARZO DE 2015
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En el afán del Gobierno del PP por aumentar la productividad y recortar los festivos, inició una poda de puentes a lo largo de todo el año. Entre lo poco que quedó en pie, está la Semana Santa. No obstante, lo que no pudo la política lo ha recortado la crisis. Lejos quedan ya aquellas vacaciones de siete e incluso de diez días para los afortunados que encadenaban dos fines de semana sin trabajar. Las reservas se limitan ahora a tres noches o cuatro en el mejor de los casos. El sector turístico asturiano lo sabe bien. La Semana Santa ha quedado constreñida a un finde largo. Eso es lo que ha tenido en los últimos años y es lo que espera para este 2015. Hoteles y alojamientos rurales calculan llegar al 80% de ocupación, pero solo durante tres días. Los cámpings, en cambio, harán su agosto particular con los bungalós. Aunque todavía tienen alguna plaza disponible, auguran que colgarán el cartel de completo. Para las parcelas dependen más de la última hora y del buen tiempo.
Poco más ha cambiado. Los precios siguen a la baja para atraer viajeros. El perfil del cliente es el del turista fiel que ya ha repetido en más de una ocasión y que viaja en familia. Los principales mercados emisores son las comunidades cercanas, especialmente País Vasco, y Madrid. No es la mejor época para el turismo extranjero. De todos estos aspectos, lo más negativo es el tema de las tarifas. La necesidad de lanzar ofertas en plena temporada alta, cuando antes se llenaba por sí solo, vuelve a lastrar la rentabilidad de los negocios.
Quedan aún una semana para trabajar y las reservas de última hora pueden empujar todos estos datos al alza. Pero si ese cliente que se escapa sin rumbo en el último momento no lo cambia, Asturias solo registrará un ligero repunte con respecto al año pasado.
Portavoces del sector
Jueves, viernes y sábado. Esos son los tres días que los hoteles asturianos trabajan en Semana Santa. El miércoles comenzará el movimiento. El domingo hace tiempo que lo dieron por perdido. Así lo resume Sergio Aostri, director del Husa Santo Domingo, miembro del comité ejecutivo de Hostelería de Asturias y portavoz de la rama de alojamientos. Aostri señala que el mercado se mueve algo más que el año pasado. "Se ha animado un poco antes y tenemos alguna reserva más", precisa. Con estos datos en mente, espera que de media se alcance una ocupación cercana al 80%, al menos esos tres días. El aspecto negativo es la bajada de precios "que complica la rentabilidad". El positivo es la fidelidad de los clientes, "familias con hijos, muchos de ellos de País Vasco, Navarra y Madrid que ya han venido en más ocasiones y que siempre repiten". El portavoz del sector prefiere mostrarse prudente pero confía en que el viajero de última hora les dé un empujón.
Adriano Berdasco aún está recabando datos entre los asociados de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur) que presidente. Con mucha cautela habla de una ligerísima mejoría en las reservas aunque, como en el caso de los hoteles, solo para tres días. También ha detectado una pequeña incremento de la actividad el fin de semana antes, el del 29 de marzo, entre viajeros que adelantan su escapada para esquivar la temporada alta. No quiere lanzar las campanas al vuelo, pero con las reservas de última hora, también espera que los alojamientos rurales puedan llegar a ese 80%. Ya nadie espera el 100% de ocupación de los años previos a la crisis, pero sí un puente largo que les ayuda a recuperarse después del invierno. "Hubo unos años atrás muy malos en los que no se movía nada de nada. No podemos decir que ahora vaya a ser buenísimo, pero sí mejor", puntualiza Berdasco. Las reservas siguen moviéndose a última hora y, como los hoteles, vive básicamente del cliente fiel que ya conoce el establecimiento y la región y repite destino.
Los cámpings son los que más dependen del tiempo y para los que es más difícil hacer previsiones. De las parcelas es casi imposible adelantar datos pero los bungalós colgarán el cartel de completo. Aún quedan algunas plazas libres pero esperan cubrirlas en esta última semana. Así lo explica Ramón Álvarez del Valle, presidente de la asociación asturiana de cámpings, que espera mejorar los datos de los últimos años. Los principales mercados emisores vuelven a ser País Vasco y Madrid y los clientes viejos conocidos de otros años. "Son familias con hijos, parejas y grupos de amigos a los que conseguimos fidelizar", insiste Álvarez del Valle. La duración media de la estancia es de tres o cuatro noches, aunque en el caso de las cabañas y de negocios como el del propio presidente de la asociación también consiguen algunas reservas más largas. 

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