sábado, 22 de julio de 2017

El Fantasma de la deflacción....

Las más recientes declaraciones de los gobernadores de los grandes bancos centrales explicitan las dudas sobre la generación de inflación, un fenómeno por el que llevan varios años peleando con la política monetaria más heterodoxa que se recuerda, pero que se resiste. Hace unas semanas Janet Yellen en EE UU y esta pasada Mario Draghi en Fráncforthan admitido, con su lenguaje retorcido, que los ritmos para normalizar las políticas monetarias deberán prolongarse, porque la inflación no termina de despegar, y sus elementos subyacentes, su núcleo duro, siguen en tasas tan bajas que aconsejan mantener la guardia alta. Por ello, EE UU retrasará las subidas de tipos y Europa revisará en septiembre su política de compras de deudapara prolongarla, y mantendrá los tipos en el cero por una temporada más dilatada.
Este proceso cuasiexperimental de expansión monetaria se produce por los profundos cambios en el comportamiento de la inflación, mucho más moderada que en el pasado, y por el riesgo cierto de caer en las procelosas aguas de la deflación que surgió con la crisis financiera, y que generaría perjuicios de mucha mayor dimensión que los que pueda ocasionar la inflación. Si la inflación devalúa la riqueza, la deflación la destruye, ataca a su creación y puede enrolar a la economía en una recesión devastadora. Por ello, las autoridades monetarias han echado el resto para derrotar a un fantasma de consecuencias desconocidas, pero han constatado que aún respira e iverna, y puede reaparecer en cualquier momento, a juzgar por el aplanamiento de los precios de producción y consumo.

La globalización de la economía ha cambiado el comportamiento de los agentes económicos y de la formación de precios, pero todo apunta a que lo hará más en el futuro. Por tanto, el trabajo de los bancos centrales no acabará nunca, y tendrán que mantener las alertas de manera permanente. Las raíces de la desinflación (retroceso lento de las tasas de inflación) y la deflación (caída de precios por periodos prolongados) son muy profundas, y estirpar ambos fenómenos será una tarea larga.

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