viernes, 21 de julio de 2017

La Globalización llega Asturias....

Asturias censa ya 118 multinacionales y se refuerza como destino de inversiones industriales

La estrategia de promoción de la comunidad en el extranjero explota como ingredientes de su marca la tradición fabril, las comunicaciones, la universidad y el alto nivel educativo de la población


Oviedo
Asturias se consolida como destino de inversiones empresariales. Hasta 118 multinacionales tienen ya oficinas o fábricas en la comunidad autónoma, según el último censo del Instituto de Desarrollo Económico del Principado (Idepa). La labor de promoción en el exterior se ha revelado como un proceso acumulativo en el que cada nueva compañía que decide instalarse en la región se convierte a su vez en un argumento para atraer a nuevos nombres potentes que añadir al tejido productivo asturiano.
La marca Asturias, más allá de las fáciles etiquetas periodísticas y de los eslóganes políticos, existe y funciona bien en el extranjero. Lo asegura la directora general del Idepa, Eva Pando, que, solo en los últimos doce meses, ha participado en viajes para presentar las oportunidades que ofrece la región a inversores potenciales de Texas, México y Colombia. Una situación geográfica que permite presentarse como puerta de acceso a Europa desde el Atlántico, una tradición industrial arraigada en los conocimientos y los hábitos mentales de la población, un alto nivel educativo combinado con la existencia de una universidad bien considerada y un entorno que ofrece calidad de vida configuran un retrato atractivo para las grandes empresas que buscan potenciar la investigación y el desarrollo y ofrecer a sus clientes productos con un alto valor añadido.
«Tenemos un potencial tremendo y lo que nos falta es ambición para desarrollarlo o, dicho de forma sencilla, tal ver creérnoslo. Seguimos deprimidos por la reconversión, pero en los últimos 30 años también han pasado cosas buenas», señala Pando. El desembarco del gigante de la química DuPont en el valle de Tamón, en 1990, se recuerda como el momento en que una gran empresa capaz de liderar mercados mundiales apostó por Asturias. Pero no es el único caso. ArcelorMittal no necesitó un desembarco tan espectacular porque compró unas instalaciones que ya funcionaban, pero es otro ejemplo de compañía de alcance global que desarrolla en el Principado algunos de sus innovadores tipos de acero. Y Thyssen, un símbolo del capitalismo a la alemana, acaba de presentar su primer modelo de ascensor sin cables, concebido y desarrollado en Gijón y con demanda en todo el mundo.
Alcoa, Capgemini, Bayer, CSC o Saint-Gobain son otros ejemplo de corporaciones conocidas en todo el mundo que desarrollan en Asturias parte de su actividad. En el resto del listado, hasta completar las 118, aparecen otras empresas que resuenan menos en los oídos de la opinión pública pero son igualmente punteras. PMG manufactura en su planta del polígono industrial de Vega de Baíña, en Mieres, componentes de automoción de primera calidad mundial, reconocidos en los últimos años con premios en Estados Unidos y Japón. Los técnicos y los trabajadores capaces de poner en el mercado esas piezas son asturianos. «Para promocionarnos y hacer marca, es importante pasar del fabricado en Asturias al desarrollado en Asturias», explica Pando.
Ese cambio de enfoque es necesario para sobrevivir en la sociedad del conocimiento y en el entorno empresarial robotizado y adaptado a las nuevas tecnologías que ya se conoce como industria 4.0. Pero, incluso sin ese nuevo enfoque de la productividad y la competitividad, la estrategia que sirvió para atraer a DuPont ya no serviría en el año 2017. A finales de los años 80, cuando se negoció la apertura del complejo en la comarca de Avilés, Asturias era una región pobre de un país que acababa de ingresar en la Comunidad Económica Europea. Hoy ya no lo es. El efecto estadístico de la ampliación de lo que hoy es la Unión Europea limita la cuantía de la ayudas públicas que Bruselas permite ofrecer a las empresas para instalarse en un territorio. «No es solo cuestión de la capacidad presupuestaria del Principado, sino también de las normas europeas», precisa Pando.
Otras comunidades españolas con menor renta aún no superan el umbral a partir del que se aplican las restricciones a las ayudas y pueden pujar más fuerte, como Extremadura o la vecina Galicia. La competencias entre las regiones por atraerse las posibilidades más prometedoras es despiadada. Por el despacho de Pando han pasado en las últimas semanas una empresa austriaca y un grupo de inversores chinos que buscan un lugar para instalarse en España. Lo más probable es que, antes de tomar sus decisiones, se reúnan también con los idepas de las otras 16 autonomías. Para competir, con la vía de las ayudas directas cegadas, Asturias ha preferido orientar su estrategia hacia la investigación, el desarrollo y la innovación. Ahí tiene mayor margen para las subvenciones, una universidad con tradición y una población con un elevado nivel formativo. Son las señas de identidad que ayudan a que la industria aporte casi el 22% del PIB regional y a presentar al Principado en el mundo como uno de los últimos grandes polos fabriles de una economía europea cada vez más volcada hacia los servicios.

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