sábado, 21 de marzo de 2020

Uno más de menos....

La Universidad pierde a León Garzón Ruipérez, el catedrático comprometido con la ciencia

León Garzón Ruipérez. / E. C.
León Garzón Ruipérez. / E. C.

CECILIA PÉREZOVIEDO.
Un hombre de ciencia comprometido con la enseñanza y volcado en la investigación. Con este recuerdo despidió la comunidad universitaria ovetense a León Garzón Ruipérez, catedrático emérito de Energía Nuclear de la Escuela de Minas. Falleció este pasado martes a los 95 años. Era viudo de Sagrario Martín Fonseca, y deja cuatro hijos.
María Luisa Garzón Martín, una de sus vástagos, es ingeniera y profesora titular de Matemáticas de la Universidad de Oviedo. Ella y dos de sus hermanos heredaron la pasión por la enseñanza. «Nosotros siempre recordamos a nuestro padre trabajando. De hecho él se llamaba así mismo 'el clasón' porque cuando llegó a Oviedo a impartir clases en el instituto Alfonso II, las compaginaba con clases particulares», rememoró su hija.

León Garzón, nacido en Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, se licenció en Física y Químicas en 1948 y logró el doctorado nueve años después. Sus primeros años como docente los pasó como profesor adjunto en la Universidad de Salamanca y luego como catedrático de instituto en Ponferrada, donde también trabajó en una empresa química. De ahí, sacó la oposición para impartir clases en el instituto Alfonso II, ya en Oviedo. El actual director de la Escuela de Minas, Francisco Blanco, fue alumno suyo. La casualidad hizo que Garzón también le impartiera clases de Energía Nuclear en esta misma facultad. «Me dio clases de Física y Química en mi último año de instituto. Fue todo un lujo porque era el mejor profesor que podíamos tener y eso lo llevó también a la Escuela de Minas. Era un hombre muy preparado y exigente», recordó Blanco.
Compañero de enseñanza universitaria fue también José Antonio Martínez-Álvarez, catedrático emérito de Geografía Aplicada en la Universidad de Oviedo. «Impartió clases de Energía Nuclear en unos tiempos difíciles donde este tipo de energía estaba mal vista en España y quizá por eso luego su trayectoria se decantó por los estudios del cosmos», recordó Martínez-Álvarez.
Su pasión por la ciencia y la investigación la compartió con el filósofo Gustavo Bueno y su familia. Los dos salmantinos disfrutaron de jornadas de tertulias y excursiones. «Recuerdo una vez que fuimos todos juntos hasta Las Hurdes. Garzón llevaba un contador Geiger con el fin de medir la radioactividad natural porque su teoría era que por ahí había minas de uranio», recordó Gustavo Bueno Sánchez.
Su hija, María Luisa Garzón, explicó como junto a su hermano mayor ideó un método para extraer plata de las radiografías médicas. «Sacaron bastantes lingotes». Garzón también fue concejal por el PSOE en el primer mandato de Gabino de Lorenzo, pero su desencanto con la política propició su abandono.

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