jueves, 25 de septiembre de 2008

Asegurados....je,je.

La metacrisis desasegura a los asegurados, los bonistas de Lehman contra la pared.

Los 'pillados' en Lehman pueden perderlo todo aunque sus bonos sean garantizados


Las cosas cada vez pintan peor para los miles de inversores españoles -sobre todo clientes de banca privada- que se han quedado pillados en productos estructurados emitidos por Lehman Brothers y comercializados por numerosas entidades nacionales. Por un lado, los productos que se vendían como garantizados también pueden perder todo su valor a pesar de esa teórica garantía del capital, según fuentes jurídicas. Por otro, Nomura -comprador de los activos de Lehman en Europa- no va a pagar estas deudas. Finalmente, la CNMV anunció ayer que el Fondo de Garantía de Inversiones (Fogain) tampoco va a hacerse cargo de las pérdidas.

Hasta ahora, se consideraba que habían perdido su dinero -y que tenían pocas probabilidades de recuperarlo- aquellos inversores en bonos y notas estructurados en los que se advertía de riesgo de pérdida. Pero distintas fuentes añaden que los productos que se vendían como garantizados también pueden estar afectados por la quiebra del banco de inversión. "Una quiebra es una quiebra, y afecta a todos los títulos de deuda emitidos por Lehman, garantizados o sin garantizar, que entran en la prelación de acreedores del banco", explican en un banco privado.

Un importante bufete de abogados detalla que "hay que ver lo que dice cada producto sobre el garante, lo que está estipulado respecto a quién garantiza el capital, porque hay una casuística muy grande. Si la responsabilidad de la garantía cae en Lehman Estados Unidos o en una filial que entra dentro de la suspensión de pagos, es posible que no se cumpla la garantía".

Estas fuentes se suman a la opinión mayoritaria de que va a ser difícil que prosperen las reclamaciones masivas que preparan los afectados -que incluso preparan movilizaciones en el caso de Banif, el comercializador más activo de estos productos-. No obstante, hay otros expertos que consideran que hay un resquicio para el éxito: en los casos en que, aunque la documentación del producto advirtiera del riesgo de pérdida del 100% del capital, dicho riesgo no estuviera vinculado a una eventual quiebra de Lehman.

Las entidades comercializadoras, sin embargo, se mantienen en sus trece de que ellos no tienen ninguna responsabilidad: "¿Te parece poco advertir por escrito de que se podía perder el 100% del capital?", se preguntan en un banco privado. "Qué más da cuál sea la causa de la pérdida, los que compraron estos productos eran conscientes de ese riesgo y decidieron asumirlo. Ahora no pueden alegar desconocimiento". Eso sí, los bancos afectados están ofreciendo ayuda a sus clientes para reclamar a Lehman las cantidades que se les adeudan, es decir, para ponerse a la cola de los acreedores.

Ni Nomura ni el Fogain

Pero ahí no acaban las tribulaciones de los afectados. La compra de los negocios de Lehman Brothers en Europa sólo afecta a sus equipos, no a los activos ni a las deudas del banco norteamericano, según explicita el comunicado de prensa emitido por la entidad japonesa. En consecuencia, el responsable de hacer frente a estos pagos, en el porcentaje que finalmente recuperen los inversores, es el administrador concursal de Lehman en Europa, que es PriceWaterhouseCoopers.

Y si alguien esperaba árnica de las autoridades españolas, ya se puede despedir. Ante la avalancha de consultas recibidas, la CNMV publicó ayer una pequeña guía de preguntas y respuestas para los afectados, en la que deja claro que "las inversiones realizadas en instrumentos financieros emitidos o garantizados por Lehman Brothers no están cubiertas por el Fondo de Garantía de Inversiones (Fogain)". "El Fogain protege al inversor frente a las posibles insolvencias de los intermediarios, pero no alcanza a las pérdidas de valor de la propia inversión o a cualquier riesgo de crédito inherente a los valores", añade.

El organismo que preside Julio Segura tampoco da muchas esperanzas para las reclamaciones contra los bancos comercializadores, ya que se limita a decir que "en el momento de la compra de cualquier producto de inversión el comercializador debe proporcionar al cliente información adecuada sobre sus características y riesgos, que le permita adoptar una decisión de inversión fundada". Otra cosa es qué se considera información adecuada. "Es el mito del inversor informado, que recibe una tonelada de papeles pero realmente no es consciente en muchos casos de cómo funciona el producto ni de qué riesgos tiene", según un abogado especializado en estas cuestiones.
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