viernes, 29 de agosto de 2014

La Bolsa y la Deuda a la par....

MERCADOS

La Bolsa o la deuda: ¿Quién se equivoca?


En los últimos días, se han comportado bien tanto la renta fija como la variable, un acontecimiento muy raro que suele terminar con una reversión de la tendencia de uno de los dos activosmprimir
A quienes nos gusta reducir todo a esquemas, solemos pensar que, cuando deuda y Bolsa, ambas a la vez, suben, hay una de ellas que se equivoca. O, lo que es lo mismo, que unos inversores, bien los que apuestan por los bonos, bien los que lo hacen por las acciones, se equivocan. Normalmente,solemos pensar que los bonos sólo son apropiados en momentos en los que la economía va mal, porque las crisis económicas van acompañadas de bajadas de inflación y de los tipos de interés. Y que justo es en esas coyunturas en las que la Bolsa cae, porque las compañías que en ella cotizan venden menos. En cambio, cuando llega la recuperación, las expectativas de inflación aumentan, como también lo hacen los riesgos de que suban los tipos de interés, lo que suele hacer desaconsejable comprar renta fija, mientras que comienza a ser muy atractiva la Bolsa. Aunque ésta pueda sufrir algo por la posibilidad de que haya endurecimientos monetarios, al final el poderío económico se impone. 
Ésa es la burda teoría. José Luis Martínez Campuzano, de Citi, afina un poco más. Coincide en quelo primero que hay que hacer es precisar muy bien el momento del ciclo en el que nos encontramos. Y, para ello, hay que vigilar un buen puñado de variables económicas. Y no sólo el comportamiento de los activos en los mercados. 
A su juicio, en un momento maduro del ciclo económico se equivoca más el que sigue invirtiendo en Bolsa que el que comienza a hacerlo en deuda. Mientras que en un contexto en el que comienza el ciclo alcista puede estar acertando tanto el inversor en deuda como el que lo hace en renta variable. Porque un ciclo expansivo puede comenzar con los tipos de interés en niveles muy bajos que no perjudiquen a la renta fija, mientras la renta variable comienza a atraer grandes volúmenes de inversión. 
¿Puede ser este último el contexto en el que vivimos ahora, al menos en Europa? Porque, sobre todo en los últimos días, se ha intensificado tanto la compra de Bolsa como la compra de deuda. Y, entre esta última, no sólo la que se considera más arriesgada, sino la "core". La renta fija alemana a diez años ha marcado mínimos históricos en el entorno del 0,90%. Y los expertos de Citi esperan que se vaya hasta el 0,75% de aquí a final de año, recogiendo la posibilidad de que el Banco Central Europeo tome más medidas expansivas. Y esto, insistimos, mientras las Bolsas subían como la espuma. 
¿Qué ocurre, pues, en este momento? Para José Luis Martínez Campuzano, por fundamentales, la renta fija está más sobrevalorada que la Bolsa. Sí es cierto que la inflación está muy baja, lo que podría justificar los reducidísimos intereses que pagan los bonos. Pero Campuzano apunta que, precisamente por lo baja que está la inflación, ésta sólo puede repuntar. Aunque este experto también ve muy justas a las Bolsas, porque la recuperación cíclica es débil y los beneficios empresariales no están subiendo tanto como para justificar las valoraciones actuales de las acciones.
Las malas noticias para la Bolsa llegarían en el caso de que la recuperación económica en la zona euro haya acabado antes de empezar, como deja caer Martínez Campuzano. Claro que hay que tener en cuenta que contamos con el Banco Central Europeo para esquivar la recaída. Pero afirma que, sin políticas de oferta, el aumento de la demanda agregada que suscitaría el Banco Central Europeo sería insuficiente para sostener la recuperación económica. ¿Qué significa esto? ¿Qué la deuda le sacaría partido al BCE y las Bolsas, en el peor de los casos, no?
Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada, más optimista con las Bolsas, porque confía en el sostenimiento de la recuperación económica, justifica que los inversores en renta fija estén así de tranquilos, no ya porque no se vean subidas de los tipos de interés en el horizonte, sino porque el ritmo de normalización de la política monetaria va a ser muy lento. El nivel de neutralidad del precio oficial del dinero ya no va a estar en el 4%, sino más abajo. 
Puede que, al menos por el momento, sea un acierto tanto invertir en Bolsa como hacerlo en bonos. Y, también, al menos en Europa, porque en Estados Unidos, el ciclo económico está mucho más adelantado. 
De todas maneras, la mayor parte de los analistas y de los gestores se inclinan por la Bolsa antes que por los bonos. Esperan que, al final, sea la deuda la que revierta su tendencia. Antes de que lo haga la renta variable. 
Porque, como comenta Jesús de Blas, de Crédit Agricole-Mercagentes, la subida de los bonos hasta estos niveles puede responder bien a que se espere un estancamiento secular en la zona euro, bien a cuestiones coyunturales (la intervención del Banco Central Europeo). Para De Blas, no es lógico pensar lo primero porque, entonces, los mismos que están comprando bonos estarían vendiendo masivamente Bolsa. Y esto último no sucede. De todas maneras, considera que los bonos han descontado en exceso que habrá una compra de activos por parte de la autoridad monetaria, sin que ésta ni siquiera haya comenzado. 
Pero los bajísimos rendimientos que han alcanzado los títulos de renta fija hacen pensar que, en cualquier momento, la Bolsa puede resultar mucho más atractiva, lo que generaría una desbandada y un hundimiento del precio de la deuda. Es un movimiento que se lleva esperando durante mucho tiempo, pero que no termina de producirse. 
Ricardo Torrella, de Gesinter, concluye: "Lo que no deja de sorprenderme es lo de la renta fija. Si me hubieran dicho en el diciembre pasado que la rentabilidad del diez años iba a estar en el 2,20% por estas fechas, hubiera dicho que le correspondería un Ibex-35 más cerca de los 13.000 que de los 10.000 puntos". "La renta fija no está cara, está carísima", asegura. "Tengo más claro eso de la renta fija que el atractivo de la renta variable", asegura. 

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