La crisis financiera que ha azotado con especial virulencia a las entidades financieras en los últimos años está llamada a cambiar la forma de entender el negocio bancario de aquí a los próximos años. En los últimos tiempos el sector ha escenificado una evidente concentración con la fusión de algunas entidades, la desaparición de otras y la implantación de un nuevo marco regulatorio bastante más exigente, así como un control más riguroso por parte de los organismos internacionales. La consultora Ernst & Young ha emitido un informe, recogido por el equipo de análisis de Bankinter, en el que detalla ocho proyecciones que van a marcar el devenir de los bancos durante los próximos 16 años.
1. Nacionalismo contra globalización: límites al modelo de banca global
Los nuevos retos económicos están empujando a muchos países a incrementar el proteccionismo comercial. Esta tendencia afecta a la capacidad de la industria bancaria para entrar o salir de un mercado; constriñe las estructuras de propiedad y la capacidad para repatriar capitales y fondos.
2. Capitalismo estatal: una nueva fuerza para la banca global
Aunque se sigue trabajando en una arquitectura regulatoria global, la implicación de los Estados en la estructura y el la operativa diaria es una tendencia creciente inexorable. Estamos cerca de ver la aparición de nuevos modelos de negocio.
3.  Flujos comerciales: oportunidades y volatilidad
Como la mayor parte del comercio tiene lugar entre regiones, los bancos globales deben apoyarse en la experiencia de fuertes socios regionales. Junto a esto, los grandes bancos en 2030 serán también conocidos por sus altos estándares de servicio y las relaciones a largo plazo con sus clientes.
4.  Nuevos mercados: los emergentes habrán emergido
Para 2030, muchos de los mercados llamados “emergentes” habrán llegado al punto de madurez. En Asia, Latinoamérica y África, una nueva clase de mercados de alto crecimiento habrá ocupado su lugar. Los bancos globales deben ser capaces de competir en esos mercados, pero tienen que hacer frente con cuidado a las necesidades y regulaciones locales.
5.  Desarrollo demográfico: una generación de viejos y urbanos
La demografía va a ser uno de los factores que más va a condicionar a la banca del futuro. Las previsiones indican que los habitantes mundiales superarán los 8.000 millones en 2030 y que la población será más mayor que nunca. Los nuevos modelos de banca deben atender a las necesidades de esa población envejecida y cada vez más urbana.
6.  Relaciones con los clientes: más personales y de mayor confianza
Los clientes están tomando el control en sus relaciones financieras, y esta tendencia no va a cambiar. Para 2030, los bancos habrán profundizado en su relación personal con sus clientes a través del análisis de datos (big data y otras técnicas que hoy nos parecerían imposibles). Crecerá también la especialización por producto para atender a los clientes.
7.  Formas de pago: nuevos mercados y nuevos modelos 
La tecnología está cambiando el segmento de los medios de pago de una manera prodigiosa. Las claves de este desarrollo incluyen:
  • La competencia de proveedores de pago no bancarios (PSPs) en el segmento de banca móvil
  • La demanda por parte de los clientes de unos pagos inmediatos, baratos y en cualquier lugar y a cualquier hora
  • Más transacciones gestionadas a través de intercambio sujetos a regulación derivados OTC
  • El creciente foco en la reducción de riesgos sistémicos y en el control debido a la regulación post-crisis
8.  Energía: desafíos para el viejo orden
Factores geopolíticos relacionados con la producción de energía, combinados con una nueva tecnología, requerirá de nuevos productos financieros. Estos deben incluir la financiación de grandes proyectos energéticos.