Grecia: Varufakis 'amenaza' con un referéndum para salir del euro
Adolfo Lorente
Yanis Varoufakis, sigue lanzando órdago tras órdago y sólo logra exasperar todavía más a los líderes comunitarios. El último, amagar con la convocatoria de un referéndum para que el pueblo griego decida sobre su pertenencia al euro.
La cuerda continúa tensándose y nadie sabe muy bien si finalmente se romperá, aunque de hacerlo, sin duda lo hará del lado griego, por la parte más débil. El carrusel negociador sigue su curso y se adentra en semanas decisivas para saber si finalmente los socios comunitarios del euro acceden a desbloquear pagos por valor de 3.600 millones a una Grecia a la que se le acaba el tiempo y sobre todo, el dinero. Pero pese a su extrema debilidad, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, sigue lanzando órdago tras órdago y sólo logra exasperar todavía más a los líderes comunitarios. El último, amagar con la convocatoria de un referéndum para que el pueblo griego decida sobre su pertenencia al euro. No hay que olvidar que Syriza y el propio Ejecutivo de Atenas siempre han defendido su pertenencia al club de la moneda única. Eso sí, a su manera y con sus reglas.
«Si hay un rechazo a nuestras propuestas podría haber problemas. Pero como mi primer ministro (Alexis Tsipras) ha reiterado, no estamos pegados a nuestras sillas. Podríamos celebrar elecciones anticipadas o impulsar un referéndum (sobre la pertenencia a la moneda única)», declaró en una entrevista al periódico italiano 'Il Corriere della Sera'. Palabras que llegan 24 horas antes de la celebración de un Eurogrupo que tendrá lugar esta tarde en Bruselas y en el que la particular tragedia griega volverá a estar en el orden del día, aunque sólo a título informativo porque no habrá decisiones de calado.
Las palabras del locuaz Varoufakis provocaron duras críticas de la oposición en su país, como las del ex primer ministro y líder del partido conservador, Antonis Samaras, que acusó a Syriza de jugar con el 'Grexit' (salida de Grecia del euro) y de descargar las responsabilidades del Gobierno sobre los ciudadanos.
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo quitaron hierro al asunto al calificar estas declaraciones como una «postura negociadora», al tiempo que aprovecharon para culpar al mensajero asegurando que no había dicho eso. Como evidencia, adujeron que «lo relativo a la salida del euro aparece entre paréntesis».
Hoy, Eurogrupo de tanteo
Lo cierto es que Grecia no termina de sorprender a sus socios europeos. Ni a nivel político ni sobre todo a nivel técnico. Porque la última propuesta del nuevo Gobierno de Alexis Tsipras es que amas de casa, estudiantes o incluso turistas, pertrechados con «aparatos electrónicos audiovisuales», puedan trabajar de espías de Hacienda de forma excepcional y por un periodo de dos meses. Una solución casi a la desesperada para combatir en zonas muy señaladas la principal lacra de un país al borde de la bancarrota: el escaso hábito de pagar impuestos, sobre todo el IVA.
«La cultura de la evasión está muy arraigada y la simple noticia de que miles de testigos informales puedan estar presenciándolo en representación de las autoridades puede provocar un cambio radical de actitud dentro de las sociedad», asegura Varoufakis en una carta de once folios enviada al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a finales de la semana pasada. Una misiva en la que se recogen otras seis medidas concretas, aunque la única novedosa es la posibilidad de ingresar 500 millones con licencias de juego 'on line'.
El problema es que la carta no llegó a tiempo para que pueda ser debatida con cierta solidez en la reunión de los ministros de esta tarde. Una cita política que siempre está precedida por un encuentro técnico que se celebró el jueves sin conocer la existencia de la misiva. Quizá la demora no fue casual ya que lo que busca el nuevo Gobierno de Tsipras es entablar una negociación «política» en lugar de fiarlo todo a las conversaciones técnicas con los hombres de negro de la Comisión, el FMI y el BCE.
No sólo eso. El gran problema es que la nueva batería de propuestas está muy lejos de convencer a sus socios. «Carta arriba, carta abajo, la cosa no cambia mucho. Al parecer, el Gobierno griego entiende este problema de manera diferente a nosotros», ironizó Valdis Dombrovskis, vicepresidente comunitario del Euro. También ayer se pronunció Dijsselbloem para reconocer que la puerta abierta que él mismo había dejado para que el Eurogrupo adelantara dinero en marzo no tiene visos de realidad. «Grecia tiene una necesidad urgente de dinero pero tiene que dar algún paso antes de recibir dinero. No creo que vaya a pasar este mes», recalcó.
Pero al margen de la política, la clave del futuro griego la tiene un BCE que de momento no ha dado ningún signo de flaquear ante las presiones de Atenas. «Tiene en su mano la soga que está en nuestro cuello», censuró el primer ministro heleno el pasado viernes. Ayer, sin embargo, el representante francés del comité ejecutivo, Benoît Coeuré, reiteró que no aceptarán ampliar el techo de emisión de deuda griega a corto plazo para que lo compren sus bancos previo paso por la ventanilla de Fráncfort ya que eso sería «ilegal».
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