miércoles, 18 de mayo de 2016

Ojo a Trump...

Cuanto más se mete la prensa y el “establishment” con Donald Trump, más ganador le veo. De hecho, creo que su campaña está basada precisamente en que el americano medio empatice con él en la misma medida que aumenta su antipatía hacia la prensa “liberal” –así denominan allí a su versión de la izquierda-, Wall Street, los políticos y las élites en general.
Quienes piensan que Trump no tiene opciones a la Casa Blanca deben de pensar que hay más votantes cultos e informados que gente que sólo lee las páginas deportivas de los periódicos. La realidad es que el principio de un hombre un voto implica todo lo contario. No quiero con esto decir que el pueblo se equivoque ni que la democracia sea mala. Con todos sus defectos, la democracia sigue siendo el mejor sistema político con diferencia y, de hecho, muchas veces el instinto del votante de a pie es más acertado que el de todos los analistas juntos. Lo que quiero decir es que si queremos acertar en un pronóstico político tenemos que ponernos en el lugar del votante medio, no en el de las élites ni en a quien votaríamos nosotros.
la democracia sigue siendo el mejor sistema con y, de hecho, muchas veces el instinto del votante de a pie es más acertado que el de todos los analistas juntos
Aclarado que esto no es personal y que, además, no me tranquiliza nada la idea de ver a Donald Trump en la Casa Blanca, sí les digo que le doy más probabilidades de ganar a Donald Trump que a Hillary Clinton. Seguramente Hillary esté más capacitada, sea más racional, más equilibrada, etc., pero ¿es una “ganadora”? No lo creo. Se las está viendo y deseando para superar a un tipo tan radical como Bernie Sanders ¿Le gusta a la gente? Hasta los que la van a votar dicen que no les gusta.
Otro tema que se olvida es la importancia de la comunicación en el mundo actual. Y no sólo que el candidato sea un buen comunicador, sino que sepa “llegar” a la gente. Y por mal que nos caiga, la dura realidad es que comparado con Hillary, en capacidad de comunicación Donald juega en otra liga.
En cualquier caso, aquí lo que importa no es ya quién vaya a ganar, que de momento es sencillamente imposible de predecir, sino cómo puede afectar a los mercados una victoria de Trump. Porque lo que pasaría si gana la predecible, equilibrada, conectada y racional Hillary ya lo sabemos. Pero en finanzas hay que contemplar todos los escenarios. Especialmente si tienen probabilidades de materializarse.
Trump no es un antisistema, es un empresario. Atípico, pero empresario. Y no conozco a ningún empresario que no tenga cierto grado de pragmatismo
Mis conferencias de inicio del año se titulaban “2016, el año de la volatilidad”. Pues si hasta la fecha se ha cumplido la predicción -ya ven la montaña rusa que están siendo las bolsas- con una victoria de Trump se cumplirán más. A medio y largo plazo no tendría por qué afectar tanto, pues Trump no es un antisistema, es un empresario. Atípico, pero empresario. Y no conozco a ningún empresario que no tenga cierto grado de pragmatismo. Pero durante la campaña y probablemente al inicio de un supuesto mandato no creo que aporte precisamente estabilidad a los mercados. Si cumpliera alguna de sus promesas económicas –guerra comercial con China, renegociar la deuda de los EEUU– más que volatilidad tendríamos caos. Pero una cosa son las campañas y otra las legislaturas. Aun así, hay cosas que no me sorprendería que decidiera hacer si llegara a la presidencia.
La que tiene más opciones de materializarse es su promesa de abandonar la política del dólar fuerte. Si hay algo que le fastidia al americano de a pie es la competencia de China y otros países emergentes, que consideran profundamente desleal. Sólo quien no haya pisado los EEUU en los últimos años puede decir lo contario. Y estar como Don Tancredo mientras el resto del mundo te hace la competencia devaluando su divisa – Japón incluido y China “en ello” – no creo que le guste al duro y competitivo Trump. Guerra comercial a muerte puede que no, pero redefinición del terreno de juego sí. En una presidencia Trump no sería buena idea apostar por el dólar. Y sería buena idea calcular las consecuencias de un dólar débil, porque el dólar es la divisa más importante del mundo y lo que haga el dólar afecta a todos los activos financieros.
Si hay algo que le fastidia al americano de a pie es la competencia de China y otros países emergentes, que consideran profundamente desleal
También ha hecho alusión a los tipos de interés –que considera demasiado bajos-, pero cualquier acción a favor de tipos más altos revalorizaría el dólar y creo que para Trump bajar el tipo de cambio del dólar es mucho más importante que tener tipos de interés altos.
Tampoco me extrañaría que tensara la cuerda con China. No ya que busque una auténtica guerra comercial, pero sí que quiera cambiar el “statu quo”. Y aunque al final la sangre no llegue al río, un enfrentamiento a cara de perro China–EEUU no es en absoluto descartable y sería una fuente de inestabilidad.
A primeros de año les dije que fueran prudentes con la renta variable, que había cosas como la renta fija europea que lo harían bien, especialmente la corporativa (ver Por el momento mejor acreedor que socio) Y lo han hecho. No sabemos si ganará Trump ni tampoco si en caso de ganar será el Trump de las elecciones o un nuevo Reagan. Pero mientras tanto, y visto lo visto, mi recomendación del mes de enero de que su cartera sea “todo terreno” (ver '¿Qué es una cartera Todo terreno?') no sólo no pierde vigencia, sino que la gana.

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