martes, 21 de junio de 2016

Franco o...la paz de los Cementerios....

Hoy en grandes mitos del franquismo tardío: el milagro económico español. Cuenta la leyenda que el camino de la dictadura a la 'dictablanda' fue un paseo sin sobresaltos, con tecnócratas y suecas tirando al alimón de la economía celtibérica, desde despachos y playas, y con los españolitos de bien recogiendo alborozados los frutos de la sobria gestión del régimen.
Una imagen propagandística que queda muy dañada en las páginas del último ensayo de Antonio Cazorla -'Miedo y progreso. Los españoles de a pie bajo el franquismo 1939.1975'-, que va más allá de los tópicos para analizar, entre otras muchas cosas, el lado oscuro del desarrollismo franquista, de los salarios míseros a la precariedad de los servicios sociales.
Cazorla, catedrático de Historia Contemporánea de Europa en la Trent University (Ontario, Canadá), pasó ayer por Madrid para presentar su libro.
'Miedo y progreso'
'Miedo y progreso'
PREGUNTA: ¿Quiénes eran los españoles de a pie de los que habla su libro?
RESPUESTA: Aquellos que no suelen aparecer en los libros de historia o cuyo nombre no reconocemos.
P: Se atribuye a Franco la siguiente frase: “Haga como yo, no se meta en política”. ¿Qué nos dice esta cita sobre Franco y qué nos dice sobre el día a día de los españoles de a pie durante el franquismo?
R: Franco tenía desdén por todos los políticos, salvo por él mismo. En realidad, siempre desdeñó tanto a sus subordinados como a sus antiguos jefes (Alfonso XII, Sanjurjo, José María Gil-Robles, etc), a estos últimos los condenó al olvido durante su dictadura. Creo que era un misántropo y un mitómano. No le interesaba la verdad salvo que le afectase a él. Y esto incluye a la gente común. Franco no quería una movilización política de las masas, salvo para aplaudirle. Nunca dejó de ser un oficial del ejército: mandar y que se le obedeciera (la lealtad) era lo importante para él, a veces más que los resultados. Era un hombre sin imaginación y sin generosidad.
P: Los eslóganes oficiales de la época hablaban de los 25/40 años de paz. ¿Qué tipo de paz trajo el franquismo?
Franco era un misántropo; un hombre sin imaginación y sin generosidad
R. La de los cementerios, el silencio de los vencidos y la explotación económica de los débiles. Y el reverso de todo esto: el recuerdo de los caídos franquistas, la celebración de la Victoria de unos españoles sobre otros y los beneficios desorbitados del capital y de la propiedad, que además pagaron impuestos ridículos, lo que dejó al país desprovisto de servicios sociales modernos y de transferencias en servicios y rentas hacia los pobres.
P: ¿Ha cuajado en España una visión nostálgica y suave del tardofranquismo como 'dictablanda' feliz y bien gestionada?
R: Si, mucha gente quiere creer eso: por ignorancia, porque les fue bien y porque algunos medios de comunicación, empezando por TVE, intentan anestesiar a la sociedad. Y no digamos ya autonomías y ayuntamientos, sobre todo, los controlados por el Partido Popular. Y por ello en España se hacen centros culturales tan lujosos como inútiles pero escasean los museos de historia. No es una coincidencia.
P: ¿Cuál fue el precio del denominado 'milagro económico' español del franquismo?
El balance del milagro económico del franquismo es la pérdida de bienestar y de oportunidades
R: El primer precio fue que llegó quince años después que en el resto de Europa. El segundo fue que los trabajadores tuvieron escaso poder de negociación. El  balance fue la pérdida de bienestar y de oportunidades, por ejemplo en educación, para varias generaciones de españoles. 
P: Cuando se analizan los éxitos económicos del desarrollismo suelen citarse factores como la emigración y el turismo, pero no la explotación de los trabajadores. ¿Por qué?
R: Porque los economistas e historiadores no lo saben o no les importa, o ambos.
P: ¿Cómo distribuyó la riqueza el régimen franquista?
R: Muy mal.

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