domingo, 26 de junio de 2016

La personalización de la Política....

La búsqueda de votos obliga a los partidos españoles a ser más mediáticos

Mariano Rajoy, presidente del gobierno español ha tenido que participar en varios programas de TV para llegar al electorado. Mariano Rajoy, presidente del gobierno español ha tenido que participar en varios programas de TV para llegar al electorado. Photo: Agence France-Presse/Getty Images
MADRID (EFE Dow Jones)--Hace cuatro años, parecía impensable que Mariano Rajoy fuera a sentarse en un programa de entretenimiento en horario de máxima audiencia para arañar votos y asegurarse una mayoría holgada en el Congreso, aunque en aquel momento sólo eran dos los partidos que se disputaban la presidencia y era insólito pensar que la falta de acuerdo pudiera obligar a repetir unas elecciones.
Cuatro años después, todo lo que parecía imposible se ha materializado.
Rajoy, de 61 años, participó el miércoles en “El Hormiguero”, el programa de máxima audiencia en su franja horaria.
El mismo Rajoy que hace seis meses no quiso intervenir en un debate a cuatro y sólo se prestó a un cara a cara con el líder socialista aparecía sin corbata, relajado, gastando bromas al presentador y riéndose de sus propias equivocaciones dialécticas. Incluso se atrevió a subirse a una cinta y a caminar a 7 km/h con una pendiente del 4,5% respondiendo mientras a preguntas tan peregrinas como cuál es el número de habitantes de la localidad valenciana de Requena, municipio natal del conductor del programa, Pablo Motos. “No llegan a los 21.000”, dijo sin dudar Rajoy, sin que en su respiración se percibiesen aparentes estragos por el esfuerzo de la caminata.
Para el Partido Popular, el último tramo de la campaña electoral también se está haciendo cuesta arriba al filtrarse una conversación telefónica del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con el jefe de la oficina antifraude catalana.
“Lo que parece procedente preguntar es por qué sale ahora”, dijo Rajoy, que ve en este suceso una suerte de conspiración contra su partido para enturbiar los resultados de las elecciones.
El presidente del gobierno en funciones puso fin el miércoles a una ronda de entrevistas de Motos con representantes de los cuatro partidos en la que, por ejemplo, Podemos optó por su director de campaña, Íñigo Errejón, y no por su secretario general, Pablo Iglesias, que ya había visitado el programa anteriormente.
“El Hormiguero” es sólo un ejemplo de las múltiples intervenciones que han realizado en las últimas semanas los candidatos en televisión. En menos de un mes hemos visto a casi todos pasar por “Dos días y una noche” con la periodista Susanna Griso, someterse a las entrevistas de un grupo de niños en “26J: Quiero ser presidente” y acudir a todo tipo de informativos para responder a un sinfín de preguntas con las que despejar las dudas de un tercio del electorado que aún sigue indeciso.
Todo esto, además, compaginado con sus actos electorales.
“En campaña se hacen muchas cosas. Se tiene que hacer de todo, menos el ridículo”, afirma Fernando de Páramo, secretario de comunicación de Ciudadanos.
Para los expertos, la nueva visión de los partidos al afrontar la campaña responde a un cambio de la propia dinámica electoral provocada por la entrada de nuevas opciones que ha fraccionado el voto y ha obligado a una personalización de la política.
En el caso de Rajoy, este giro no sólo se debe a la necesidad de convencer a los indecisos, sino también de medirse las fuerzas con su rival directo en su espectro electoral de centro-derecha, Albert Rivera, afirma Gemma Lligadas, profesora de argumentación y debate jurídico de Esade.
Frente a la soltura de Rivera en los medios y a una intachable oratoria, Rajoy ha sido duramente criticado por hacer varias intervenciones públicas retransmitidas por una televisión de plasma, evitando las preguntas de la prensa.
“El perfil antiguo de político serio, rígido, impoluto ha pasado a la historia. El perfil que va a reinar ahora es el otro”, afirma Lligadas.
Cambio de tercio en seis meses
Si la irrupción de dos partidos emergentes en el panorama político obligó al PP y al PSOE en diciembre a adaptar su actividad electoral a una nueva situación, la repetición de las elecciones seis meses después ha forzado a los cuatro a darle un nuevo giro de tuerca a sus programas y a poner toda la carne en el asador en pos de lograr más votos.
“Estos formatos [de televisión] son habituales en otros países. En Estados Unidos, donde nosotros nos reflejamos mucho, a nadie se le ocurre que un candidato no acuda a un ‘late show’”, explica De Páramo, de Ciudadanos.
En esta campaña, la formación de Albert Rivera ha tratado de incidir en dos valores: el cambio y el acuerdo.
De Páramo, que define a Rivera como “el cambio en sí mismo”, explica que, si bien el peso del diseño de la campaña recae sobre un equipo de asesores, el líder de la formación también interviene.
Por su parte, Podemos se ha decantado por una imagen coral de Iglesias rodeado de su equipo para reflejar la confluencia de su partido con Izquierda Unida, señala Jorge Moruno, responsable de argumentario y discurso de la formación morada.
Además, en esta ocasión Podemos ha optado por presentar su programa emulando un catálogo de Ikea con el fin de que sea “el más leído de la historia de la democracia”.
Para ajustarse al nuevo escenario de junio, Moruno explica que el comité de campaña que dirige Errejón, y en el que participa Iglesias, se reunió “para olfatear por dónde iban los tiros y, en base a eso, decidir cómo intervenir”.
El Partido Socialista Obrero Español ha abanderado dos ideas: el cambio frente al PP y el gobierno frente a Podemos, según explica Óscar López, a pesar de que tanto Rajoy como Iglesias --por separado-- siguen tendiéndole la mano como única vía para poner en marcha una nueva legislatura con más de seis meses de retraso.
A pesar de las diferencias de sus idearios, los líderes de los cuatro grandes partidos coinciden en que no se celebrarán unas terceras elecciones generales en España. Aun así, bastarán unas semanas para saber si lo que hoy se presenta como insólito también se hará realidad esta vez.

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