lunes, 25 de enero de 2010

Callará Campa?

Un grupo de expertos elevan el listón negro.

Los impuestos elevados la favorecenLos expertos contradicen al Gobierno y cifran en un 23% la economía sumergidaLa economía sumergida ha aumentado con la crisis y el número de trabajadores que cobra en negro se ha multiplicado por tres.

25/01/2010 - 08:03 - CRISTINA

Unas simples declaraciones han abierto la caja de pandora de la economía sumergida. La pasada semana el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, cifró el peso de la economía sumergida en España entre el 16% y el 20% del PIB. Sin embargo, estas palabras fueron contestadas por compañeros de su Gobierno.

Así, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que no se trata de "datos" ya que es muy difícil de cuantificar. Asimismo, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, fue el que dedicó las palabras más duras, al sostener que es "excesivamente" osado cifrar el peso que tiene la economía sumergida en el PIB.

Pero lo cierto es que varios organismos han cometido tal desfachatez. Así, en 2008 se cifraba en un 23% del PIB, es decir, 240.000 millones de euros. En ese año, hubo varios informes realizados por el Instituto de Estadios Fiscales (IEF), el Banco de España, el Consejo Económico y Social (CES), el Banco Mundial y la Unión Europea que hablaban de una horquilla que se situaba entre el 20% y el 25% de la actividad económica. La media de nuestros socios comunitarios es de 10 puntos menos. José María Mollinedo, secretario general de los Técnicos de Hacienda (GESTHA) no entiende la razón por la que ha protestado Fernández de la Vega y recuerda "que los datos que se manejan son fruto de estudios muy complejos que emplean mecanismos econométricos".

Mollinedo piensa que, con la crisis económica, ha crecido en dos puntos hasta el 25% ya que las empresas que están en dificultad de pago dejan de pagar lo más prescindible: los impuestos". Para hacer tales declaraciones, el secretario general razona que a los trabajadores no se les puede dejar de pagar porque demandan a la empresa, a los proveedores tampoco, porque dejarían de tener los elementos necesarios para producir y a las entidades bancarias menos porque enseguida actúan y embargan sus bienes".

Por su parte, Gregorio Izquierdo, del Instituto de Estudios Económicos, coincide al afirmar que es muy difícil de cuantificar. Sin embargo, también destaca que hay indicadores que pueden indicar el nivel de economía sumergida que existe en España. Uno de ellos es la diferencia entre la EPA y la afiliación a la Seguridad Social, ya que la primera no distingue si es legal o ilegal, mientras que la segunda sí. Así viendo la diferencia entre los trabajadores legales y los que no podemos obtener una cierta apreciación. En segundo lugar, ver si el nivel de circulación de dinero es superior al que ha generado la actividad económica y, por último, las estimaciones de fraude fiscal.

El hecho de que la declaración de impuestos se presente con demora (el junio de 2010 se declarará el ejercicio 2009) hace que las empresas tengan mayor tiempo para maquillar su declaración y recuerda que los hechos prescriben a los cuatro años.

Según los datos del Ministerio de Economía y Hacienda, las dos grandes bolsas de fraude existentes eran las operaciones de compraventa de vivienda y las actividades derivadas del ejercicio de las profesiones liberales.

Lo cierto es que la crisis ha hecho que la economía sumergida vaya en aumento. Así, según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) el número de trabajadores que cobra en negro se ha triplicado en los últimos cinco años. En palabras de la asociación "hay un millón y medio de trabajadores sin tributar impuestos o cotizar a la Seguridad Social". En noviembre de 2009, los Técnicos del Ministerio de Hacieda (GESTHA) cifraban la economía sumergida en el 23% del PIB, lo que supone un montante de 240.000 millones de euros.

Izquierdo recuerda que la economía sumergida es pro cíclica: los desocupados se refugian en ella y obtienen una vía de financiación, pero cree que no ha aumentado tanto como en otras crisis, ya que se ha sustentando en la construcción y en la inmigración, pero han sido los dos sectores que más han sufrido. "Los flujos de inmigración se han reducido y, además, ha habido la crisis del "ladrillo".

Para Mollinedo el problema es que no están bien definidos los objetivos de la Agencia Tributaria. El organismo pone especial énfasis en vigilar a los pequeños contribuyentes, autónomos, pequeños empresarios, pero señala que los "grandes fraudes lo cometen las grandes corporaciones, los que desarrollan los grandes complejos urbanísticos. Uno de cada 4 euros es en negro".

Para acabar el fraude y la economía sumergida Mollinedo considera que son necesarios tres hechos. El primero, estudios periódicos sobre esta actividad económica; segundo, un objetivo por parte de la Agencia Tributaria para acabar con ella y tercero mayor responsabilidad a los funcionarios y que se les revise su incumplimiento. Sin embargo, ocurre todo lo contrario debido a un sentimiento de impunidad, que lo incentiva, y al proceso de concentración empresarial de los años ochenta, con lo que ha provocó que el control recayese fundamentalmente en el pequeño contribuyente, prosigue Gestha y como ejemplo Mollinedo señala que "los trabajadores declaran 6.000 euros más de media que los profesionales y los empresarios".

Por último, Izquierdo, del IEE, cree que la economía sumergida se debe a impuestos elevados y a un rígido marco regulatorio, por lo que habría que aprobar incentivos para que la economía sumergida no fuese atractiva.

Por su parte, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, reconoce que ha habido organismos muy importantes que han realizado estimaciones, pero recuerda que son precisamente eso "estimaciones. No son una foto registrada de la realidad".

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