miércoles, 12 de mayo de 2010

La Euro, desde la libra...

Una mirada interesada?

SEGÚN ROYAL BANK OF SCOTLAND

Cinco razones por las que euro seguirá deprimido, pese a los millones de Europa
La moneda única sigue presionada sobre los 1,26 dólares. La reestructuración de la deuda griega parece inevitable.

12/05/2010 - 07:50 - JOSÉ JIMÉNEZ

Los 750.000 millones de euros que Europa ha puesto sobre la mesa para frenar la especulación sobre el euro contribuirán a disminuir el apetito por el riesgo de los especuladores, pero no bastarán para cortar la presión bajista que se cierne sobre la moneda única. De hecho, el euro reaccionó a esta millonaria inyección con un rebote contra el dólar hasta las 1,28 unidades, pero de nuevo ayer volvió a flojear sobre el nivel de los 1,26 dólares.

Y es que lo que le espera a la divisa europea no es un camino de rosas precisamente. Hay al menos cinco razones de peso que penden como una guadaña sobre la cabeza más visible de la unión monetaria, según un informe elaborado por el economista de Royal Bank of Scotland Alan Ruskin. De hecho, dice el experto, el euro ha estado a punto de desencadenar el mayor colapso financiero que se recuerda, y la alternativa era tan horrible, que la factura final para la zona euro puede parecer hasta barata.

Como mínimo, la disponibilidad financiera sirve para solucionar los problemas de liquidez en los países periféricos y compra un tiempo muy valioso para que cada estado miembro ponga su casa en orden desde el punto de vista fiscal, apunta Ruskin. Esta compra de tiempo acaba con el riesgo inmediato de colapso, pero no soluciona la debilidad de la moneda única a corto plazo, según indica el economista escocés, que aporta cinco razones para sostener esta hipótesis.

1.- La reestructuración de la deuda griega parece inevitable, pese a que los plazos parecen haberse alargado ciertamente respecto a lo que el mercado estimaba el pasado fin de semana. La cuestión es que no se soluciona el problema de solvencia heleno, agravado aún más por la dinámica de su deuda, “que probablemente ya esté más allá del punto de no retorno”, incluso teniendo en cuenta los esfuerzos griegos para ajustarse a las exigencias del FMI. Además, tampoco está claro cómo se distribuirán los fondos en caso de que haya reestructuración, en parte porque Bruselas no quiere ni tan siquiera mencionar esta posibilidad.

2.- Se ha destruido el principio que rige la política monetaria del BCE, volviéndose más confusa y mezclándose con las medidas fiscales. En opinión de Ruskin, no se puede negar que las compras de deuda están orientadas específicamente a influir en el precio del dinero, incluso aunque el BCE tenga la intención de esterilizar sus acciones, “cosa que estoy seguro que hará”, apunta el experto. Pero lo más importante. El cambio de discurso frente a lo que opinaba el organismo el jueves, muestra que los acontecimientos son tan graves que la propia existencia del euro estaba en peligro.

3.- Las medidas de liquidez aprobadas suponen en sí mismas más oferta de moneda, es decir, euros que se añaden al sistema, aunque marginalmente, el efecto bajista derivado de la operación puede ser bastante leve.

4.- Las incertidumbres sobre el programa europeo abundan y probablemente seguirán enviando un mensaje negativo sobre los gobiernos. Por ejemplo, se pregunta el economista de RBS: ¿Quién paga por el rescate? ¿No es este un caso en el que se añade deuda para resolver un problema de deuda? ¿No sería como robarle a Peter para devolverle el dinero al mismo Peter? Y por último, los fondos tienen que ser aprobados por los diferentes parlamentos pero… ¿A qué precio político?

5.- Por último, el paquete no puede resolver diferencias macro fundamentales tales como divergencias de productividad entre países, distintas tasas de crecimiento, los problemas de la balanza de pagos o las tendencias de la inflación. “Esto es absolutamente fundamental y no hay manera de salir de los problemas a largo plazo que plantea”, sentencia Ruskin.

En resumen, los millones de Europa constituyen un balón de oxígeno a corto plazo para tratar de poner las cosas en orden, pero no alivian las presiones sobre el euro. Así, Ruskin sigue considerando que la moneda única se encaminará este verano hacia niveles de 1,2 dólares.

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